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Cacas de perro luminosas en Comendadoras

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Somos Malasaña

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El problema de los excrementos de perro abandonados en las calles está extendido y cronificado por el centro de Madrid. El colectivo Luz Interruptus, artistas visuales que utilizan la iluminación como expresión artística y, habitualmente, de denuncia, ha querido llamar la atención sobre esta reprobable práctica de algunos desaprensivos dueños de animales, especialmente sobre aquellos que no recogen las cacas que sus mascotas dejan en los espacios donde juegan los niños.

El resultado de su acción-denuncia fue una instalación nocturna de bolsas de plástico recicladas en la plaza de las Comendadoras, una zona habitualmente tomada por estas minas antihigiénicas.

Más imágenes y explicación de la acción, en Luz Interruptus

Isa

Soy dueña de perro en malasaña, recojo las cacas y considero de muy mala educación proceder de otra manera. Entiendo el malestar de la gente cuando encuentran excrementos en la calle porque es el mio, ahora protestar con decenss de pilas de litio envueltas en toneladas de plastica no solo me parece una chorrada sino lo mas antiecologico que se puede hacer... Una pose irrespetuosa disfrazada de modernez

Myrna

Yo también soy vecina de la plaza de las Comendadoras y cuando esa mañana salí a llevar a mi hija a la guarderia... oh sorpresa, la plaza entera parecía un campo de coles. A medida que me voy acercando me doy cuenta que no son coles, son bolsas de plástico de las que sirven para recoger los excrementos de los perros. Pero nada de bolsas de esas gratuitas que regala el ayuntamiento, no, eran de las que tienes que comprar en la tienda de animales, con marca y todo.

No me pude contener y abrí una de las bolsas para ver lo que había dentro. Cual fue mi sorpresa que ademas de un burruño de plástico y una bombilla LED, también contenían una pila de botón grande, si, de esas que si las tiras al mar contaminan 600.000 litros de agua y si la tiras al canal de Isabel Segunda nos mata a todos los madrileños de un solo sorbo.

Lo del plástico lo dejamos por que ya sabemos todos lo "bio-degradable" que es. Si calculamos que unos "Artistas" tiran 200 bolsas con una pila de mercurio en cada una de ellas y a los servicios de limpieza no se les ocurre mirar lo que hay dentro ya tenemos el desastre montado.

El que firma este articulo y los "artistas" perpetradores de está acción deberían hacérselo mirar y si le parece que un excremento de perro es más peligroso, no solo para los niños, si no que para la sociedad en general es que andan bastante perdidos. Y por supuesto también animo a los dueños de los perritos que se lleven sus residuos (estos SI bio-degradables) a la papelera más cercana.

Vivaldi

Alguna caca de perro se puede ver pero no es lo habitual. Va habiendo ya cierta concienciación. Esta acción, contaminante-artística, parece más un acto de publicidad de los artistas para darse a conocer y las sempiternas ganas de tocar las narices al ayuntamiento.

Isaías EB

Pero si en el centro de Madrid es donde menos mierda de perro se ve y menos cantidad de perros abandonados ves (de hecho yo nunca he visto un perro callejero en la zona del centro y llevo ya casi 9 años en Madrid...)

daniel

¿Y qué me decís del pis? Ahí donde juegan los niños de la guardería entre semana y todos los fines de semana críos de diferentes procedencias que vienen a rebozarse en la arena bien meadita.

El olor es inconfundiblemente penetrante. Y si ha llovido un poco, hasta coloca.



La cosa es que está prohibido que los perros entren en el área donde está la arena (media plaza) y donde supuestamente habría vegetación si no fuera por la lluvia ácida. Empero, el cartel ha sido convenientemente redecorado. Justo ahí donde estaban las bolsas marcando las cacas.



No obstante, los afortunados niños tienen el privilegio de tener a su disposición un cuadrado a modo de reserva, que ocupa una décima parte de la plaza, mientras que nuestros amigos los perros disfrutan de los nueve décimos de parcela restantes. Un espacio donde el orín y los puñados de arena son todo uno.



Casualmente ayer hablé con dos policías municipales que andaban por allí y me dijeron que para poder ocuparse del asunto, primero tenemos que ponernos de acuerdo entre vecinos para pedir que se respete la limitación de entrada de perros en lo antaño era el parque. Que para eso está la junta y que esta escucha a los administradores de las comunidades. Ahí queda eso por si alguien quiere ponerle el cascabel al gato (qué apropiado ¿eh?)



Lo que no se puede es impedir que los perros vacíen sus vejigas las aceras circundantes hasta convertirlas en cauces de bonitos ríos amarillos de infinitas tonalidades de olores.



En realidad siempre he pensado que Malasaña es el barrio del olor a pipí. Y como dice mi hija a veces "papá, a esa altura de la pared, no llega un perro".
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