La normalización de la sexualidad en solitario
Hoy día masturbarse está mucho más normalizado que hace algunos años atrás. El acto de darse placer mediante la estimulación genital no es algo nuevo, podemos ver su representación en obras de arte prehistóricas en las mismísimas cavernas.
Sin embargo, a pesar de ser algo natural, se ha mantenido silenciado a lo largo de la historia, convirtiéndose en un tema tabú. Todo ello está muy relacionado con el cristianismo y sus valores, ya que llegaron a vincular el sexo por placer con algo ilícito, siendo natural únicamente si realizaba para reproducirse. Resultando así la masturbación como un pecado peor que otros muchos.
La masturbación también se consideró la culpable de infecciones y enfermedades mentales, de todo tipo y por causas muy dispares. Por ello, la autoestimulación se vinculaba con la culpa y la vergüenza. Esta herencia histórica y cultural, muy estrecha con la religión y los valores de la sociedad, ha hecho que hasta hace relativamente poco se haya ocultado y reprimido.
Cada vez se están realizando más estudios e investigaciones llegando a concluir en que la masturbación y la estimulación con juguetes y vibradores sexuales benefician a la salud: libera el estrés, mejora el sistema inmune, reduce el riesgo de padecer cáncer de próstata, ayuda a ejercitar el suelo pélvico, reduce los dolores menstruales, ayuda a mejorar el sueño, favorece a nuestra piel… entre otros múltiples beneficios.
A través de la masturbación los humanos descubrimos nuestro propio cuerpo, siendo un proceso de autoconocimiento y autocuidado. Cuando se llega al orgasmo mediante la autoestimulación, nuestro organismo se relaja llegando a reducir la ansiedad, además al ser un acto en solitario no tenemos que pensar en nada ni en nadie más, dejando de preocuparnos en estar sincronizados o no con la otra persona.
Al estimularnos entramos a un mundo imaginario de ensueño, lleno de fantasías, muchas de ellas reprimidas. Llegando a vivir y sentir experiencias únicas y placenteras. Conociendo a la perfección lo que nos gusta y lo que no. El derribo de prejuicios en cuanto a la masturbación, sobre todo en el sector femenino, es más visible tras la invención del revolucionario succionador de clítoris. Debido a los valores patriarcales de nuestra sociedad, los hombres hablaban de la masturbación de una forma mucho más natural que las mujeres, pero con el surgimiento de este aparato sexual se ha logrado equilibrar la normalización del tema en ambos géneros.
Las redes sociales también han tenido mucho que ver con la desestigmatización, por generar y reproducir comentarios y recomendaciones del succionador, así como por aportar múltiple información acerca del clítoris en sí mismo.
Los juguetes sexuales existen desde hace siglos, pero muchos de ellos se centraban en simular formas fálicas para introducirlos en la vagina y provocar un orgasmo vaginal, olvidándose de la estimulación externa del clítoris. Muchos vibradores convencionales podían ser usados externamente, llegando a producir orgasmos clitorianos y alcanzando el climax.
Por ello, aunque ya existían consoladores y aparatos sexuales que producían resultados óptimos en nuestro cuerpo, la aparición del succionador ha marcado un antes y un después en la sexualidad femenina.
Tanto es así que además de las mujeres que no reconocían que se masturbaban en solitario, el derribo del tabú por redes sociales fomentaba a las que por la vergüenza o la presión social no se habían autoestimulado nunca, llegando a masturbarse por primera vez y conociendo sus cuerpos a solas. Por lo que, de forma incuestionable, podemos afirmar que este tipo de juguetes sexuales han contribuido al empoderamiento femenino.
Ahora que ya conoces los múltiples beneficios de la masturbación, ya sea con vibradores o no, tanto en mujeres como en hombres, diviértete y vive nuevas experiencias con juguetes sexuales. Existen modelos y diseños para todo tipo de gustos: estimuladores anales, realisticos, rotadores, sofisticados, clásicos… Además, podrás utilizarlos tanto tú como con tu pareja. Elige entre la gran variedad y ¡a disfrutar que la vida son dos días!
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