Mapa de los 'pisos lanzadera' de las mafias de la venta ilegal de latas de cerveza
Actuar contra las mafias que proveen de latas de cerveza a los vendedores que recorren por las noches las principales zonas de ocio del centro de Madrid, entre las que destaca Malasaña, es un objetivo prioritario en el que coinciden asociaciones de vecinos, organizaciones ciudadanas, empresarios de hostelería y organizaciones de comerciantes. A esta unanimidad también se suman los responsables municipales, si bien no lo estarían haciendo con la contundencia deseada, según el parecer, sobre todo, de la Plataforma de Asociaciones por el Turismo, el ocio, la Hostelería y la Cultura de la Comunidad de Madrid.
El asunto está alcanzado tintes de problema endémico y alimenta otros males de esa misma categoría tales como el ruido nocturno y la suciedad de las calles. Además, ha llegado incluso a penetrar en las propias comunidades de vecinos de las zonas más afectadas por esta actividad a través de los llamados ‘pisos lanzaderas’: para proveer de latas a los vendedores, las mafias poseen viviendas cercanas donde acumulan y enfrían las cervezas.
Pisos lanzadera en Malasaña
Pisos lanzadera en Malasaña
“El tema de los lateros no puede combatirse ni solucionarse atacando únicamente a los vendedores en la calle”, indican desde la citada coordinadora empresarial de la Comunidad de Madrid. “Hay que frenarlo desde su origen, por lo que hay que ir directamente contra los mayoristas. Quienes venden las latas en la calle, no son más que un peón en toda la red que se mueve en este negocio. Por tanto, hay que llegar directamente a las esferas más altas para poder erradicarlo”. Esta plataforma insta a los agentes de la autoridad a investigar para descubrir el entramado de las bandas organizadas, “empezando por intervenir sobre los pisos francos de estas tramas”.
Para facilitarles la labor han elaborado un listado en el que ubican con precisión esas viviendas, que en Malasaña sitúan en los siguientes puntos: calle Palma 9, calle Ruiz 7, calle Luna 32, calle San Andrés 32 y Corredera Alta de San Pablo 6. A esta lista, empresarios de la noche, miembros de la plataforma Corazón de Malasaña, añaden otros dos pisos situados en Divino Pastor 29 y en San Vicente Ferrer 28.
Según los empresarios, pese a que esta información concreta ha sido comunicada a la Delegación de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid y a los mandos y oficiales de laComisaría de Centro, no se habría hecho nada al respecto.
Para la distribución de latas de cervezas entre los vendedores en plena noche, las mafias también hacen uso de furgonetas, que aparcan en cualquier calle y a las que acuden a reponer mercancía los ‘lateros’, tal y como atestigua un miembro de la asociación de comerciantes Vive Malasaña. Dueño de un bar en la calle San Andrés, este empresario se encontró hace unas semanas una furgoneta aparcada en la misma puerta de su establecimiento que estaba proveyendo de cerveza a los vendedores paquistaníes que últimamente han venido a sumarse a los chinos que solían trabajarse en solitario la zona.
Problemas de todo tipo
Problemas de todo tipo
Los empresarios creen que los pisos lanzadera tienen un papel fundamental para la logística y avituallamiento de los lateros y aseguran que además de almacenar y enfriar en ellos miles de latas de cerveza, en esos mismos pisos se manipulan alimentos que posteriormente también son distribuidos por las calles de Madrid, haciéndose todo “al margen de las más elementales normas de seguridad alimentaria”. Por si fuera poco, creen que el peso del material acumulado en las viviendas supone un peligro para la estructura de los viejos edificios del distrito Centro y aseguran que la carga, descarga y el trasiego que se desarrolla alrededor de estos pisos generan múltiples molestias y problemas al tráfico de la zona y, sobre todo, a los vecinos, algunos de los cuales han presentado denuncias.
Otra de las preocupaciones del fenómeno de los ‘lateros’ tiene que ver con la economía sumergida -siendo una competencia desleal para los negocios legalmente establecidos- y con el blanqueo de capitales, teniendo en cuenta que las magnitudes económicas de este fenómeno, según los empresarios. Los datos que maneja el sector del ocio y las organizaciones hosteleras hablan de que sólo en el distrito Centro de Madrid cada noche del fin de semana, de jueves a sábado, operan un mínimo de 150 lateros en grupos organizados y distribuidos por el conjunto de las emblemáticas zonas turísticas y de ocio de Madrid. “Se estima que pueden llegar a vender en torno a 20.000 latas cada noche. Es decir, un mínimo de 50.000 latas durante el fin de semana, lo que supone más de 2,5 millones de latas a lo largo del año”.
Los posibles problemas sanitarios, “el almacenamiento de las latas de cerveza puede llegarse a producir en los contenedores y alcantarillado de la vía pública”, es una arista más de este problema a tener en cuenta; lo mismo que el hecho de que la falta de control en la venta lo convierte en “uno de los principales mecanismos de adquisición de bebidas por parte de los menores de edad”. El fenómeno de los lateros, además, estaría diversificando sus actividades de tal manera que las latas de cerveza que eran inicialmente su principal producto de venta, se está extendiendo al de todo tipo de bebidas y combinados alcohólicos, bocadillos, menudeo de droga…“, según denuncian distintos empresarios.
Por supuesto, el fenómeno de los lateros estaría también retroalimentando al del botellón. El presidente de la Asociación de Hosteleros de Malasaña (AHM), Juanma Alonso, lo tiene claro: “Hace 15 años había jaleo, pero no es lo de ahora. Ellos han ayudado a que se incremente muchísimo la cultura del botellón: ahora tenemos botellones los fines de semana en la puerta de nuestros bares. Y la policía no hace nada. Cada vez hay más lateros y se mueven a donde está la gente por la noche. El día en que el Madrid ganó la Champions en Malasaña no había ni uno solo. Se habían ido todos a Cibeles”.
Concienciación ciudadana
Concienciación ciudadana
Pero para que la lucha contra los ‘lateros’ tenga éxito no basta con aumentar la presión policial sobre las mafias. La concienciación del consumidor se adivina esencial para ganar la guerra, algo que tienen claro empresarios, autoridades y vecinos. En el barrio, la AHM prepara una campaña informativa al respecto, mientras que distintas organizaciones vecinales, agrupadas en la Plataforma Maravillas, tienen el tema sobre la mesa desde hace meses y lo retomarán a la vuelta del verano.
Para unos y otros, actuar contra las mafias es clave, pero lograr que el consumidor final sepa a lo que contribuye -y a lo que se arriesga- con su acción de comprar una cerveza a un vendedor ambulante, no lo es menos. Insisten también en que hay que dar a conocer que los ‘lateros’ perciben unos 50 céntimos por hora trabajada, por lo que nuestra compra ayuda a perpetuar su explotación laboral.
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