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'La Roja' ya calienta el ambiente en Bilbao medio siglo después de su último partido

El estadio de San Mamés se iluminará de morado y se repartirán 45.000 cartulinas para confeccionar un mosaico

Eduardo Azumendi

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'La Roja' aún no ha saltado al terreno de juego, pero el ambiente ya se está caldeando en Bilbao y, por extensión, en el conjunto de Euskadi. La selección española volverá a jugar en la capital vizcaína más de 50 años después de hacerlo por última vez. El estadio de San Mamés fue elegido una de las sedes de la Eurocopa 2020, que tendrá carácter itinerante para celebrar el 60 aniversario de la primera edición del torneo. La última vez que la selección española jugó en San Mamés fue el 31 de mayo de 1967, frente a Turquía, en un partido correspondiente a la fase de clasificación para la Eurocopa de Italia 1968. Y como era previsible después de un par de semanas de confirmarse que ‘La Roja’ es cabeza de serie y, por lo tanto, jugará todos sus encuentros de la primera fase en Bilbao, ya han empezado los primeros movimientos a favor y en contra.

En el Ayuntamiento de Bilbao incluso se ha tratado en pleno la posibilidad de aprovechar el tirón de la cita para promocionar la ciudad y potenciarla vinculando la marca a la del combinado nacional. El concejal del PP en el Ayuntamiento bilbaíno, Carlos García, ha reclamado al equipo municipal que elabore una campaña de promoción de Bilbao como sede de la selección nacional. Y frente a él, la concejala de EH Bildu, Jone Goirizelaia, considera la presencia de la selección en San Mamés como parte de un “proceso de colonización”.

Muy en la línea de lo que piensa la parlamentaria de EH Bildu Jasone Agirre, quien interpeló al lehendakari Iñigo Urkullu durante un pleno parlamentario y le invitó a aprovechar la celebración de estos encuentros en Bilbao para “decir al mundo que Euskal Herria quiere ser dueña de su futuro” y para defender el “derecho a decidir de los vascos y decir al mundo que aquí hay un país, que es Euskal Herria, que tiene derecho a animar a su selección”. Así, Agirre ha emplazado a Urkullu a dar un paso adelante y decidir si quiere estar con la “mayoría de la gente de este país” o estar sentado en el palco de autoridades “detrás de Manolo el del bombo”.

Aunque sigue comprometido con la reivindicación de que las selecciones deportivas vascas sean reconocidas internacionalmente con carácter oficial, Urkullu ha dejado claro que hay que dedicarse al “trabajo diario”. Por eso, entiende que la difusión internacional de esta competición, junto a los miles de personas que acudirán a presenciar los partidos que se disputen en Euskadi, tendrá un considerable “impacto económico” en el comercio, la hostelería y los hoteles del País Vasco. Un impacto que no se debe desaprovechar.

“Se trata”, ha recalcado el jefe del Ejecutivo vasco, “de un evento que contribuirá a la proyección internacional de la imagen de Euskadi, por lo que mal harían las instituciones si no aprovecharan la oportunidad”.

El debate en el pleno de Bilbao se sustanció finalmente con la aprobación de un acuerdo (con los votos de los socios PNV-PSE) en el que se apuesta por desarrollar todas las acciones de promoción de Bilbao en el marco de la cita deportiva con el objetivo de generar impacto económico y de proyección internacional. El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto (PNV), también ha querido zanjar el debate: “La Eurocopa es un evento de carácter internacional, sin más instrumentalizaciones”.

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