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Se buscan denunciantes de las filtraciones en las oposiciones de Osakidetza: “Hay gente que te lo dice y no se atreve”

Julio Sánchez y Patxi Nicolau, en la sede de ESK en Vitoria

Iker Rioja Andueza

El sindicato ESK, que como LAB está personado en la investigación penal de las irregularidades en las oposiciones médicas del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), sigue recibiendo información anónima de la existencia de filtraciones en las sucesivas convocatorias y asegura incluso que es una práctica “sistemática”. Algunas de esas pistas se han convertido en denuncias formales ante la magistrada de Vitoria, como la última realizada sobre las categorías de Neurocirugía o Neurofisiología, pero otras no terminan de cristalizar. “Hay gente que te lo dice y no se atreve”, han comentado el abogado de ESK, Julio Sánchez, y el portavoz de la central, Patxi Nicolau, en una rueda de prensa, en la que ha vuelto a animar públicamente a los posibles informadores de que den el paso. 

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Sánchez y Nicolau asumen que no es fácil que alguien decida denunciar. Han aplaudido que sí lo hicieran -y además a cara descubierta- tres anestesistas del hospital de Mondragón, Manoel Martínez, Roberto Sánchez y Marta Macho, pero son conscientes de que salir a la palestra puede suponer un “linchamiento”. “Son machacados por hacerlo”, han lamentado los representantes de ESK, que han reiterado que “preservarán el anonimato” de quienes les trasladen datos útiles para la investigación penal si así lo desean.

Sobre la marcha de la investigación en torno a la OPE, asumida en junio por la magistrada Ana Jesús Zulueta en sustitución de la que inició la instrucción, Yolanda Varona, el sumario muestra que desde entonces no se ha citado a declarar a ningún testigo ni imputado. Algunas diligencias se han resuelto también meses después de solicitadas, como la entrega de unos primeros exámenes originales que no fueron trasladados de manera completa a las partes y que ya han sido devueltos a Osakidetza. LAB, asimismo, no tiene aún respuesta a su demanda de conocer los expedientes completos de todas las especialidades dudosas.

ESK no muestra preocupación por ello y ha indicado que “el juzgado está haciendo un trabajo muy bueno”, “impecable”. “Es importante un trabajo pausado”, han manifestado los representantes sindicales. Y han añadido: “Se están haciendo las cosas. Cuanto más tranquilo vaya, mejor. No tenemos pegas”. 

La causa, que tiene como fecha límite otoño de 2020, se centra hasta el momento en 11 especialidades. En tres de ellas, Anestesia, Digestivo y Angiología, se han determinado ya posibles responsabilidades y han sido citados como investigados los autores de los exámenes. Los sindicatos ESK y LAB habían denunciado ante la Fiscalía irregularidades en más categorías, hasta 19. Neurocirugía era una de ellas y se aspira a que los nuevos datos permitan retomar esa línea de trabajo. Neurofisiología, en cambio, nunca había sido analizada. Las sombras vienen porque se repite el patrón de que los colegas del autor real del examen son quienes mejores notas obtienen. ESK quiere que ambos comparezcan como imputados.

Estas novedades en la causa de la OPE han coincidido en el tiempo con los exámenes pendientes desde el año pasado y que se han celebrado este fin de semana. Se pusieron en juego 26 plazas y Osakidetza introdujo 12 medidas para dar más garantías y evitar unas irregularidades que nunca ha dado por probadas. ESK afirma no tener un análisis completo de las notas pero adelanta que “hay algunos resultados inusuales” que conviene analizar para descartar que se hayan reproducido las filtraciones. “Nos enfrentamos a un sistema clientelar”, ha insistido Nicolau.

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