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Sobre este blog

Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.

Autores:

Aina Gallego - @ainagallego

Alberto Penadés - @AlbertoPenades

Ferran Martínez i Coma - @fmartinezicoma

Ignacio Jurado - @ignaciojurado

José Fernández-Albertos - @jfalbertos

Leire Salazar - @leire_salazar

Lluís Orriols - @lluisorriols

Marta Romero - @romercruzm

Pablo Fernández-Vázquez - @pfernandezvz

Sebastián Lavezzolo - @SB_Lavezzolo

Víctor Lapuente Giné - @VictorLapuente

Luis Miller - @luismmiller

Lídia Brun - @Lilypurple311

Sandra León Alfonso - @sandraleon_

Héctor Cebolla - @hcebolla

10 gráficos para despedir una década

Piedras de Papel

Aunque la Real Academia Española ha aclarado que, con la llegada de 2020, no comenzará la tercera década del siglo XXI, sí dejaremos atrás los años 10. Por ese motivo, en Piedras de Papel decimos adiós a 2019, haciendo un balance especial, para ver qué ha ocurrido en este decenio.

Hemos seleccionado 10 gráficos sobre algunos temas de los que se ha hablado mucho, y otros de los que no se ha hablado tanto. No están todos los que son, pero sí son todos los que están. Con ellos, ¡os deseamos un Feliz Año!

1. Una década hablando de desigualdad

1. Una década hablando de desigualdadUna de las principales consecuencias para España de la Gran Recesión que empezó en 2008 ha sido el aumento de la desigualdad. En 2019 se ha publicado la nueva versión de la base de datos SWIID, que nos permite mostrar este aumento de la desigualdad en España en comparación con otros países.

Este gráfico recoge la evolución de la desigualdad de ingresos antes de impuestos y transferencias. Los valores bajos del coeficiente de Gini de mercado se corresponden con una desigualdad baja y los más altos con una mayor desigualdad. Pues bien, mientras que, antes de la crisis, la economía española era la que generaba menos desigualdad de entre las cinco grandes economías europeas, la crisis ha hecho que esta desigualdad aumente 5 puntos y se sitúe en valores medios.

Si bien en la mayoría de países aumentó la desigualdad, lo que llama la atención del caso español es el ritmo al que lo hizo hasta 2013, momento desde el que se ha mantenido estable. La principal culpable de este aumento no es otra que la pérdida de ingresos ocasionada por el principal mal de la economía española: el desempleo.

2. El cambio climático avanza

2. El cambio climático avanza

Acabamos los años 10 de este siglo mucho más preocupados por el cambio climático de lo que lo iniciamos. En el Acuerdo de París de 2015, la comunidad internacional se comprometió a autoimponerse límites de emisiones consistentes con el objetivo de que la temperatura global del planeta no sea 1,5º más alta de los niveles preindustriales. Pero hasta la fecha, los compromisos de los países y la evolución de las emisiones no están siendo consistentes con ese objetivo.

Mientras acumulamos evidencia sobre los enormes costes (medioambientales, económicos, sociales) de un ascenso de las temperaturas por encima de esa cifra, el planeta se ha seguido calentando y el nivel del mar ha seguido creciendo. Como muestra el gráfico, todos y cada uno de los meses de 2019 hemos tenido una temperatura global media significativamente por encima de la de 2009, y ya aproximadamente un grado por encima de la media de 1950-81.

3. Cambian los perfiles del suicida

3. Cambian los perfiles del suicidaEn 2018, el último año disponible en la serie del INE, el suicidio se mantuvo como primera causa de muerte externa (o no natural) en España. Cuando se observa la tendencia en los últimos diez años, destacan varias cuestiones.

La primera es que el suicidio es un fenómeno masculino, pero cada vez menos: en 2008 un 77% de todos los suicidios eran cometidos por hombres; en 2018, el porcentaje se había reducido notablemente, hasta llegar al 74%. Segunda, coincidiendo con la crisis se observa un aumento en las defunciones por suicidio, tanto entre hombres como entre mujeres; el pico máximo está en 2014, año en que comienza oficialmente la recuperación del PIB. Tercera, cuando se desagrega por amplios grupos de edad emerge una pauta destacable. Entre los hombres, el cambio porcentual entre 2008 y 2018 es negativo en todos los casos, excepto para aquellos de edades comprendidas entre los 45 y los 64 años. Entre las mujeres, el cambio porcentual en el período es, por el contrario, positivo para varios grupos de edad, así como para el total.

Aunque no es, desde luego, una de las principales causas de muerte en España, el suicidio es un indicador muy relevante del bienestar de una sociedad. Convendrá prestar atención a su evolución en el futuro, fundamentalmente en ciertos tramos de edad especialmente sensibles. 

4. La política como epicentro de las preocupaciones ciudadanas

4. La política como epicentro de las preocupaciones ciudadanasEn términos políticos, la última década ha sido convulsa. El panorama político ha cambiado de forma drástica en España. A finales de 2009, parecía impensable que una Comunidad declarara de forma unilateral la independencia, que se repitieran las elecciones ante la incapacidad de formar gobierno, que una fuerza de extrema derecha se convirtiera en la tercera fuerza política del país o que el Rey Juan Carlos se viera obligado a abdicar en su hijo por el desprestigio de la familia real. A finales de 2019, ya nada parece políticamente imposible.

Y, como se puede ver en el gráfico, la preocupación social por las cuestiones de índole política ha crecido significativamente en el último decenio, mientras ha descendido la preocupación por el paro y los problemas de índole económica.

Es más, mientras hace diez años los ciudadanos valoraban de forma más negativa la situación económica, que la política, ahora ocurre lo contrario. Despedimos 2019 con datos elocuentes: en noviembre, el 78,6% de los ciudadanos calificaba como mala o muy mala la coyuntura política del país.

5. Frente a los recortes, una mayor demanda de gasto público

5. Frente a los recortes, una mayor demanda de gasto públicoLa Gran Recesión ha tenido importantes consecuencias en cómo los ciudadanos se aproximan a la política y en qué papel debe tener el Estado. Una de ellas es la demanda de gasto público. Según las series del CIS, el porcentaje de aquellos que creen que se invierten pocos recursos en servicios como la sanidad, la educación o las pensiones ha aumentado esta década en torno a 18 puntos porcentuales (lo que representa un incremento del 40% aproximadamente). De hecho, durante esta década el apoyo al Estado de Bienestar ha alcanzado máximos históricos en las series del CIS (iniciadas en los años 80), aunque ya hay indicios de estancamiento e incluso de cambio de tendencia.

Este incremento de la demanda por el gasto público es probablemente una reacción a la política de recortes sociales tras la crisis de deuda. En efecto, la opinión pública suele reaccionar de forma termostática, esto es, en sentido contrario a las políticas del gobierno: demandamos más gasto cuando nos quitan, dejamos de pedir tanto cuando nos dan. Ante la política de recortes, la ciudadanía decidió cerrar filas en torno a las políticas sociales.

6. El crecimiento de Madrid y la convergencia con Cataluña

6. El crecimiento de Madrid y la convergencia con CataluñaSegún los datos recientemente publicados por el INE (Revisión Estadística 2019 Producto Interior Bruto regional. Serie 2000-2018), en este decenio la fracción de la economía española que representa la Comunidad de Madrid ha convergido con la de Cataluña.

Cataluña ha mantenido su peso en el conjunto del país: quienes han retrocedido, relativamente, son las Comunidades Autónomas del interior. Como se observa en el panel derecho del gráfico, durante la recesión el ritmo de variación del producto de Madrid se destacó sobre el del conjunto del país.

Es aventurado hacer una lectura política del gráfico, pero parece evidente que el “proceso” en Cataluña comienza cuando se produce la convergencia y se incuba durante unos años en los que la recesión impactaba en la economía catalana de una forma bastante distinta a la madrileña. Sobre las causas de esto deberíamos debatir.

 

7. Un sistema fiscal más regresivo

Hace 10 años la economía española se encontraba en plena crisis, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, y lo peor estaba aún por llegar: el rescate bancario de 2012 y las medidas de austeridad que traía como condición. Diez años después, la recuperación es aún parcial y quedan graves secuelas, como los elevados niveles de deuda pública o la fuerte devaluación salarial, que paulatinamente se empiezan a revertir.

Sin embargo, hay tendencias que parecen consolidarse. Una de ellas es el aumento en la regresividad de nuestro sistema fiscal, que ejerce mucha más presión sobre las rentas del trabajo que sobre las rentas del capital, concentradas en la parte más rica de la distribución de hogares. A pesar de que la remuneración del trabajo ha perdido peso estructural en el PIB a favor de los beneficios empresariales, la dependencia de la recaudación pública sobre las rentas del trabajo está creciendo, mientras que la recaudación de las rentas del capital disminuye. La elusión y evasión fiscales pueden tener una parte importante de la responsabilidad.  

8. Modelo territorial: de la polarización de la opinión pública a la polarización política

8. Modelo territorial: de la polarización de la opinión pública a la polarización políticaDurante los últimos años, la visión de los ciudadanos españoles sobre el modelo territorial del Estado se ha polarizado para luego regresar de manera gradual, pero progresiva, hasta niveles similares a los de 2019.

La polarización aumenta significativamente entre otoño de 2012 y finales de 2014, cuando se elevan ligeramente las preferencias por un modelo que permita la secesión de algunas Comunidades Autónomas. Y, al mismo tiempo, se dispara el porcentaje de ciudadanos que prefiere un Estado completamente centralizado (con un único gobierno central sin Comunidades Autónomas) hasta superar el 20%.

Desde aproximadamente el año 2015 comienza una disminución gradual de las preferencias más centralizadoras y aumenta progresivamente el número de quienes prefieren dejar las cosas tal y como están (un Estado como en la actualidad), con la excepción de un breve período de repunte del centralismo (entre finales del 2017 y primer trimestre del año 2018).

Sin embargo, a pesar de que los datos de hoy son relativamente parecidos a los del comienzo de la serie en el 2009, esta evolución en realidad enmascara la polarización política que, a día de hoy, existe sobre la cuestión territorial, cuyo reflejo es la distancia entre las preferencias territoriales de los votantes de los partidos que tienen representación parlamentaria en el Congreso.

9. Inmigración: más ruido que nueces

9. Inmigración: más ruido que nuecesEntre 2009 y 2019 la población inmigrante (nacida fuera y residente en España), apenas aumentó en 300.000 personas, una cifra ridícula para un país como España, en el que residen 47 millones de habitantes y que en la década previa (1999-2009) vio incrementarse la población nacida fuera en más de 5 millones de personas.

En otras palabras, el tamaño de la población inmigrante que reside en España ha permanecido estable en términos absolutos y relativos – en torno al 14 por ciento de la población total. Su composición por grandes regiones de origen sí que ha cambiado algo, al reducirse el peso de los europeos comunitarios y aumentar, sobre todo, los centroamericanos que hasta ahora eran muy minoritarios.

Una vez más, el ruido mediático, las incesantes imágenes de pateras desembarcando en la costa andaluza y los titulares apocalípticos anunciando que batimos nuevos récords en llegadas irregulares distorsionan la visión de conjunto y nuestra capacidad para poner las cifras en perspectiva.

10. Del bipartidismo al multipartidismo

10. Del bipartidismo al multipartidismoEl siguiente gráfico muestra la composición del Congreso en 2009 y la actual, tras las elecciones de noviembre. Y lo mucho que ha cambiado la política española en los últimos diez años. El viaje de un país donde el bipartidismo lo acaparaba todo y ocupaba más de un 92% de los escaños del Congreso a un país multipartidista y con una de las fragmentaciones parlamentarias más altas de Europa. En los últimos cuatro años, el juego político ha pasado de estar dominado, a nivel nacional, por 2 partidos a ser disputado de forma competitiva por 6 fuerzas políticas.

En el tránsito hemos dejado atrás los frecuentes gobiernos de mayoría absoluta para, todo parece indicar, tener nuestra primera coalición de gobierno. En este período también hemos abandonado nuestra excepcionalidad como país sin extrema derecha para tener a Vox, con 52 escaños, como tercera fuerza política. En estos diez años muchas de nuestras viejas certidumbres políticas de 2009 han quedado enterradas.

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