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Sánchez logra la última prórroga de la alarma con Ciudadanos y la abstención de ERC en un debate con bronca de PP y Vox

Pedro Sánchez durante su intervención en el Congreso.

Irene Castro / Aitor Riveiro

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El Congreso ha avalado prorrogar por última vez el estado de alarma con 177 votos a favor, 155 en contra y 18 abstenciones. Pedro Sánchez, que ha ido perdiendo apoyos desde que lo decretó el 14 de marzo ante la emergencia sanitaria, ha salvado los últimos quince días de la excepcionalidad, que en esta ocasión tendrá importantes modificaciones ya que la gestión del proceso final de desescalada se cede plenamente a los gobiernos autonómicos.

Casi tres meses después, el presidente ha celebrado que se hayan cumplido los objetivos gracias al férreo confinamiento: doblegar la curva y reducir sustancialmente los contagios. Sin embargo, se le ha resistido el que en este periodo ha sido otro de sus llamamientos: la unidad política. “El enemigo es el virus y la política debe servir para combatirlo juntos”, ha expresado en un Pleno en el que PP y Vox han mantenido un constante ataque contra el Gobierno, al que culpan del elevado número de fallecimientos provocado por la pandemia de la COVID-19.

En un momento en el que la crispación política ha desbordado todos los límites, Sánchez ha reclamado al conjunto del hemiciclo que se “aparque la mezquindad y la irrelevancia de la pequeña política” para abordar la recuperación que se tendrá que llevar a cabo en los próximos meses ante la merma económica que ha supuesto la pandemia. “El enemigo es el virus y la política debe servir para combatirlo unidos. No puede ser el pretexto para dividir y combatir al adversario. Es una de las lecciones que debemos extraer”, ha afirmado. “Virus es un término que viene del latín y significaba originalmente veneno. Lo estamos viendo en algunos lugares, señaladamente en EE UU, y no queremos verlo cuajar en España. El veneno del odio es el veneno más dañino porque corroe las sociedades y aniquila las comunidades. Señorías, digamos 'no' al veneno del odio, 'no' a la violencia física ni a la violencia verbal. 'No' al insulto. 'No' a la provocación”, ha reclamado.

Sánchez: “¡Viva el 8 de marzo!”

El mensaje que quería trasladar el presidente era claro, consciente de que tras su intervención Pablo Casado y Santiago Abascal subirían a la tribuna cargados de acusaciones. “Demostremos a la ciudadanía española la utilidad de la política, lo imprescindible del servicio público. Demostremos que servimos para algo más que para llenar titulares de crispación”.

“Quiero rogarles ahora, antes de terminar, que muestren sus discrepancias con el Gobierno con altura parlamentaria. Sin descalificaciones ni insultos. Sin presunciones de culpabilidad. Sin acusaciones gruesas de mala fe y de conspiraciones inverosímiles”, ha expresado Sánchez, que no ha hecho una alusión concreta a la investigación que se lleva a cabo en un juzgado de Madrid sobre la actuación del Gobierno y, en concreto, por la autorización de la movilización del Día de la Mujer Trabajadora, pero ha lanzado una clara defensa ante el cuestionamiento que hace la derecha: “Lo digo alto y claro: ¡Viva el 8 de marzo!”.

El comentario lo ha replicado el líder de la extrema derecha: “Ocultaron información y se atreven a gritar viva el 8 de marzo, que es como gritar viva la enfermedad y viva la muerte”. También Pablo Casado, que ha mantenido el tono duro contra Sánchez, a quien ha llamado “el pato cojo con el peor balance de gestión”, ha cuestionado que se mantuviera la celebración del Día de la Mujer Trabajadora pese a la emergencia sanitaria: “Ser feminista no es poner en riesgo la vida de cientos de miles de mujeres”. “Ha hecho de la polarización su hoja de ruta, del sectarismo y el populismo, en una campaña electoral permanente -ha proseguido el líder del PP-. El que reparte cicuta habla hoy de veneno”. De nuevo Casado y Abascal han acusado al Ejecutivo de las muertes por la COVID-19.

A pesar de que había asegurado que no entraría en las “provocaciones”, Sánchez sí ha respondido a algunos de los ataques vertidos por Casado y Abascal. Ha avalado la gestión de Fernando Grande-Marlaska ante el controvertido relevo del coronel Diego Pérez de los Cobos por su negativa a informar de la actuación de la Guardia Civil en el marco de la investigación de un juzgado de Madrid y ha aprovechado para reprochar a la “derecha y la ultraderecha” lo que ha considerado una “fijación” con el 8M. “No se sume al señor Abascal; hace pequeño a su partido y hace grande a la ultraderecha”, le ha advertido a Casado, a quien ha dicho que el acrónimo del PP responde ahora a la “provocación permanente”.

Sánchez ha reprochado que se utilicen las víctimas como arma arrojadiza y se produzca una “apropiación de la bandera que es de todos”. “La bandera es la bandera de todos. Representa nuestra historia, nuestros descubrimientos, nuestra literatura, nuestro paisaje y nuestro patrimonio -ha dicho-. No hay buenos españoles y malos españoles. No usemos, por tanto, la bandera como si fuera un arma o como si fuera una frontera que separa. No usemos el nombre de España en vano”.

El presidente, que ha hecho un recopilatorio de las medidas que ha adoptado el Gobierno durante la emergencia sanitaria, ha recordado que “la experiencia pasada que estamos viendo en otros países, incluso en potencias tan importantes como EEUU, demuestra que no hay ningún Gobierno preparado para esta sacudida”. Sánchez, que ha llegado al Congreso con los apoyos necesarios para sacar adelante la última prórroga -tras cerrar acuerdos con PNV y Ciudadanos, y recuperar la abstención de ERC- ha explicado que, en esta ocasión, se cederá la gestión de la desescalada a los presidentes autonómicos cuando las comunidades lleguen a la fase 3. “Hemos pasado del mando único a la cogobernanza y ahora a gobernanza plena”, ha afirmado. También ha defendido que el plan de desescalada aprobado por el Gobierno está teniendo un efecto positivo: “No ha tenido impacto negativo en la evolución de la pandemia”.

Una de las iniciativas en las que Sánchez se ha detenido en profundidad ha sido el ingreso mínimo vital, que ha asegurado que representa “el país que queremos”. “El coste de esta medida irá directamente a reactivar la economía en la medida en que los hogares se van a animar un poco más en el consumo de servicios básicos como alimentos o ropa”, ha aseverado.

Abascal: “Iglesias quiere una guerra civil”

De nuevo ha sido Abascal el que ha salido al ataque contra la renta mínima, que ha calificado como “una cartilla de racionamiento”. “Los españoles tienen dignidad, no quieren limosnas. Una renta mínima permanente y universal no es más que un augurio de pobreza”, ha continuado. A pesar de los llamamientos a abandonar la crispación, el líder de Vox ha dedicado buena parte de su intervención a atacar al Gobierno: “Los españoles han visto peligrar su salud y su vida a manos de un gobierno negligente y su libertad económica a manos de un Gobierno sectario, extremista y guerracivilista”.

Abascal ha cargado especialmente contra el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, tras el rifirrafe que protagonizó con Vox la semana pasada, cuando afirmó que quieren dar un golpe de estado. “Yo creo que Iglesias quiere una guerra civil. En su vanidad y fanatismo es capaz de provocar cualquier drama en España. No vamos a caer en sus provocaciones”, ha dicho el líder de la extrema derecha. “Su problema no es lo que hacemos, es lo que representamos los dos partidos y lo que representamos es democracia, convivencia, tolerancia, igualdad, fraternidad. Todo aquello que usted no representa y que desgraciadamente está siguiendo la derecha de este país”, le ha contestado Sánchez.

Sánchez ha anunciado que el Consejo de Ministros aprobará el próximo martes 9 de junio un decreto ley a través del que se regulará la nueva normalidad. El objetivo es que no desaparezcan algunas medidas excepcionales que se han aprobado a través de órdenes ministeriales durante la vigencia del estado de alarma. “Recopilará medidas de recuperación, prevención y contención”, ha asegurado. La idea es consensuar en un consejo interterritorial ese paquete de medidas. El objetivo es “aunar en una sola norma las medidas sanitarias” que se tendrán que mantener para “evitar el riesgo de un rebrote de la pandemia”.

Ese era uno de los compromisos alcanzados por Moncloa con Ciudadanos a cambio de su apoyo a la sexta prórroga. El partido que lidera Inés Arrimadas ha votado 'sí' a todas las ampliaciones del estado de alarma. “No nos gusta usted nada, no nos gustan nada sus socios de coalición, pero somos el centro moderado”, ha dicho el portavoz, Edmundo Bal, que pese al entendimiento para prolongar el estado de alarma, ha hecho un duro discurso contra el Gobierno y ha recordado que es su “adversario”. “Le dejan en la estacada en cada votación”, le ha dicho Bal a Sánchez sobre sus aliados parlamentarios. “Le agradezco su apoyo, efectivamente no somos socios. Ojalá le enseñe a otros partidos otra forma de hacer oposición”, ha contestado el presidente al portavoz de Ciudadanos.

ERC se abstiene y pide a Sánchez que elija socios

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha celebrado que el Gobierno se haya avenido a negociar y ha justificado así su vuelta a la abstención. No obstante, ha lanzado varias advertencias a la coalición, a la que ha recordado que no es un “socio” del Gobierno sino que usará los votos de sus trece diputados. “No somos los criados de nadie, nuestro único amo es el pueblo trabajador de Catalunya y a este solo le sirven los hechos”, ha dicho el portavoz republicano, que ha reivindicado a su formación frente a JxCat y ha recordado que la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat es una condición para que ERC siga siendo una fuerza con la que Sánchez pueda negociar. Rufián también ha advertido a PSOE y Unidas Podemos de que la alianza con Ciudadanos es incompatible con la izquierda: “Si eligen a la derecha serán una cosa, y si eligen a la izquierda son y serán otra cosa, todo no puede ser”.

Por el contrario, JxCat ha confirmado su voto en contra. “La nueva prórroga prorroga nuestro estado de decepción”, ha expresado Laura Borrás, que ha reprochado el tono a su aliado en el Govern. También Compromís ha mantenido el rechazo ante la negativa del Gobierno a aceptar su propuesta para el fondo de reestructuración para mejorar en el reparto para las comunidades infrafinanciadas. El diputado del BNG ha vuelto a la abstención en esta ocasión. Íñigo Errejón, Aitor Esteban y Ana Oramas, que votan a favor de la prórroga, han hecho un llamamiento para que se baje el tono en el Congreso. Coalición Canarias y Nueva Canarias secundan la alarma ante la intención del Gobierno de aprobar un paquete de ayudas especial para el archipiélago. El diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte, también ha respaldado la prórroga sin haber negociado nada a cambio, como ha reprochado que hayan hecho otros grupos con cuestiones que “nada tienen que ver” con la emergencia sanitaria. La CUP mantiene su rechazo y UPN ha virado al 'no' desde la abstención.

El Gobierno optó en esta ocasión por no abrir una negociación con EH Bildu tras la polémica suscitada tras el acuerdo para la quinta prórroga del estado de alarma. La justificación fue que en esta ocasión no tenía la necesidad de esos votos al haber amarrado previamente los apoyos necesarios con Ciudadanos y la abstención de ERC. Aún así, la izquierda abertzale ha mantenido el voto en blanco, pero ha reclamado al Ejecutivo que elija a sus aliados.

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