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España recicla algo más, pero todavía incumple el nivel mínimo exigido por Europa

Vertedero en las afueras de Pinto (Comunidad de Madrid)

Raúl Rejón

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España ha aumentado un poco la cantidad de basura que recicla, pero, aún así, se queda lejos del nivel exigido por la normativa europea. En 2021 –último año con datos consolidados– se recicló el 42% de los desechos municipales, cuando desde 2020 el objetivo está en llegar al 50%, según los datos remitidos a Eurostat.

De hecho, según una reciente revisión de la Agencia Europea del Medio Ambiente sobre la política de residuos de los 27, España es uno de los estados de la Unión “en riesgo” de incumplir con los siguientes niveles de reciclaje mínimos marcados en la ley, a saber, el 55% para 2025 y el 60% en 2030.

La estadística de basuras y reciclaje va retrasada. Por eso las cifras más recientes son de 2021. Ese año, en España se generaron algo más de 22 millones de toneladas de basura o lo que es lo mismo, unos 467 kilos de desechos por persona. Casi media tonelada por ciudadano. Supone un aumento del 4% respecto al año anterior.

De ese volumen, casi el 20% se recicló y algo más del 22% se utilizó para compostaje –la creación de fertilizante agrícola a base de la descomposición controlada de material orgánico–. El resto terminó incinerado (un 10%) o, sobre todo, en un vertedero: casi el 47%. Así que más de 10 millones de toneladas de desechos acabaron tiradas en depósitos de los que no se aprovecha nada.

'Adicción' al vertedero

Porque el destino más habitual de los residuos urbanos en España es ir a parar al vertedero: más de cuatro de cada diez kilos de basura generada. Y eso sí que está lejísimos de la normativa europea que requiere que ese volumen se reduzca hasta el 10% del total en el año 2035. España también está en el grupo de países que la agencia medioambiental considera en peligro de no llegar a ese objetivo “si no intensifica sus esfuerzos”.

Existe un consenso bastante generalizado acerca de que la principal fuente del problema está en el bajo nivel de recogida selectiva de los residuos domésticos. Tirar cada tipo de basura a un contenedor distinto es el primer paso para reciclar más: los envases por un lado, la materia orgánica por otro, el papel y cartón por otro y el resto de desechos aparte.

Pero en España se arrastra todavía la inercia de que deshacerse de la basura echándola a un vertedero es más barato que montar un sistema selectivo. La gran mayoría de los residuos urbanos se recogen todavía mezclados: un 78%, 16,8 millones de toneladas en 2021 como refleja la memoria de Transición Ecológica con datos de las comunidades autónomas. Casi cuatro veces más que todo lo que se separa para poder tratarlo luego.

La adicción a los vertederos supone un problema para España. No solo lastra las tasas de reciclaje y alimenta una montaña de basura de millones de toneladas cada año, sino que ha provocado que la Comisión Europea denuncie a España ante el Tribunal de Justicia Europeo por “no tomar las medidas necesarias de manera que la gestión de residuos no ponga en peligro a la salud de las personas y el medio ambiente”.

En febrero pasado, Bruselas presentó la demanda –después de abrir el caso en 2015– por la “persistencia de, al menos, 195 vertederos ilegales que no han sido cerrados, sellados y restaurados”. También se denuncia “la falta de investigación, inspección y cumplimiento de las obligaciones en materia de vertido de desechos”.

Esta realidad no es ajena al Gobierno que reconoce que “para aumentar las tasas de reciclado, es necesario poner en marcha una serie de acciones específicas que permitan, en primer lugar, incrementar la recogida separada”.

¿Reducir la generación?

El reciclaje no es un capricho ecologista. “Frena el uso de recursos naturales y su impacto ambiental, reduce la generación de basura y recorta la emisiones de gases de efecto invernadero”, según describe este informe del Parlamento Europeo para argumentar la apuesta de la UE por la denominada economía circular.

El reciclaje frena el uso de recursos naturales y su impacto ambiental, reduce la generación de basura y recorta la emisiones de gases de efecto invernadero

Parlamento Europeo Definición, importancia y beneficios de la economía circular

En el caso de las materias primas “críticas” –como el litio, el wolframio o las tierras raras–, el suministro es limitado, pero la demanda no para de crecer. La Unión Europea todavía importa más materias primas de lo que exporta –en 2021 el saldo negativo sumó 35.000 millones de euros, según la Comisión Europea–. “Reciclar materias primas mitiga estos riesgos de suministro”, analiza Bruselas. “Especialmente con las materias críticas necesarias para las tecnologías clave para combatir el cambio climático como son los motores eléctricos”, añade. Tan sencillo como recuperar el cobre desechado para no tener que sacarlo del subsuelo.

Para las emisiones de gases de efecto invernadero, la Agencia Europea del Medio Ambiente calcula que actualmente la gestión de residuos (de basura) supone más del 3% del CO2 que se está bombeando a la atmósfera.

Otra pata para generar menos basura –es decir, menos desechos que gestionar– es fabricar menos objetos, paquetes o envases de usar y tirar. Entre 2009 y 2020 el volumen total de paquetes en Europa creció un 20% hasta los 84 millones de toneladas. La normativa para la eliminación de plásticos de un solo uso ya afecta a vasos, cubiertos o tapas y está preparándose otra batería para abordar, por ejemplo, los sobres unidosis o los microbotes de limpieza. A cambio, podrán reutilizarse envases del cliente en comercios de take away.

El Ministerio de Transición Ecológica ha elaborado un nuevo Plan Estatal de Residuos, pendiente de aprobación por el Consejo de Ministros, en cuyo borrador explica que la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados “ha ampliado las fracciones de residuos municipales para las cuales la recogida separada es obligatoria” al tiempo que indica que “las entidades locales dispongan de una red de recogida suficiente que incluya puntos limpios o, en su caso, puntos de entrega alternativos”.

Transición Ecológica calcula que “con la puesta en marcha de todas estas medidas, cabe esperar que la cantidad de residuos municipales recogidos de forma separada se incremente significativamente”. Y de ahí pueda pasarse al reciclado.  

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