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Adelante Andalucía hereda viejos problemas de la izquierda: unidad en el programa, división en la lista electoral

Podemos suma 6 números uno provisionales por dos de IU en las listas conjuntas para las primarias de Adelante Andalucía

Daniel Cela

“Primero el cómo, luego el qué y finalmente el quién”. La confluencia de Podemos e IU se ha ido gestando a fuego lento durante año y medio en una especie de juego del gato y el ratón con la prensa: los periodistas preguntaban insistentemente cuál iba a ser el nombre de aquel invento, porque sin nombre, es difícil llamar a las cosas y entender de qué hablamos. Luego preguntamos quién sería el interlocutor preferente de todo aquello, el jefe o la jefa, la cabeza visible, el cartel electoral, el candidato a la Presidencia del Gobierno andaluz. Quién, quién, quién.

El nombre de la confluencia no era un empecinamiento de la prensa. La dirección estatal de Podemos, en abierto enfrentamiento con la ejecutiva regional, quería saber desesperadamente si su marca andaluza iba a mutar en otra cosa, en otro partido político. En todo este tiempo, Teresa Rodríguez, Antonio Maíllo y todo su séquito de colaboradores han aguantado estoicamente la presión mediática, postergando ad infinitum el quién, y así han ganado tiempo y espacio en los medios disertando sobre el cómo y el qué.

Al final los políticos han ganado a la prensa: llevamos año y medio con el foco fijo en un proyecto político nuevo que ha hecho del misterio, la intriga y el drama (la crisis interna de Podemos) la mejor de las campañas de marketing posibles. No ha sido el “programa, programa, programa” de Julio Anguita, pero sí hemos aprendido que la confluencia es un proyecto forzosamente andaluz que no acepta tutelas de Madrid; que se trata de una fórmula autóctona distinta a la que diseñaron Pablo Iglesias y Alberto Garzón para las generales (Unidos Podemos), y que este vehículo funcionará, hasta donde pueda, con dos conductores. Una vez aprendimos eso, nos revelaron que el nombre de la cosa es Adelante Andalucía, y que la candidata a presidenta será Rodríguez.

La unidad de la confluencia

Pero que la confluencia iba también de nombres propios lo demuestra el hecho de que, a la hora de elegir las listas electorales en cada provincia andaluza, la unidad del grupo se ha fracturado. Y se ha roto, como suele ocurrir, por la rama más débil: Equo ha abandonado la coalición en cuanto se concretaron los candidatos y vio que sus portavoces quedaban alejados de los puestos de salida con garantías de lograr representación parlamentaria.

Adelante Andalucía se presentó a finales de julio como una confluencia de cinco partidos, aunque sólo tres tienen experiencia institucional -Podemos, IU y Equo-. Los otros dos -Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista- eran, en realidad, marcas recién creadas que recogen los rescoldos del Partido Andalucista, disuelto en 2015: Primavera Andaluza tiene seis meses de vida e Izquierda Andalucista se registró en marzo de 2016. 

Dice Maíllo que “la novedad de este proyecto es que la referencia política es coral” y que “Adelante Andalucía está proporcionando hitos, no desde la conflictividad tan frecuente en la izquierda, sino desde la unidad y el esfuerzo colectivo, que es lo que la gente nos demanda”. La salida de Equo de la confluencia ha distorsionado ese mensaje de “fraternidad de las fuerzas del cambio” que inspiraba el proyecto. El quién se ha superpuesto al qué. Las consecuencias de este divorcio también han llegado a Madrid, donde Equo está integrado con tres diputados en el grupo parlamentario de Unidos Podemos, que lidera Iglesias. “Allí se ha hecho un cordón sanitario para que la ruptura andaluza no les salpique”, explican fuentes de la ejecutiva regional.

En el aire ha quedado un cierto poso de decepción entre los ecologistas, conscientes de que si acuden en solitario a las urnas andaluzas no lograrán representación parlamentaria. Dicen desde Equo que “el nudo gordiano de esta alianza lo forman Podemos e IU” (con 15 y 5 diputados actualmente). Sus líderes, Rodríguez y Maíllo, han negociado una lista conjunta con un reparto de candidatos proporcional a su peso en la Cámara, un reparto “horizontal”, dicen, que sin embargo dejó insatisfecho a Equo. El partido verde anunció su salida de la confluencia cuatro días después de presentar, junto a sus compañeros, el programa electoral de Adelante Andalucía. Hay más unidad en el cómo que en el quién, algo muy común en la tradición de fractura de la izquierda.

En aquella comparecencia conjunta -cinco grupos, cinco portavoces-, se les preguntó a todos si había unidad, y todos dijeron que sí. Se preguntó si no habría finalmente primarias, tras pactarse una candidatura unitaria, y Rodríguez respondió que esperaba que hubiera una lista alternativa. Pero nadie se ha presentado contra Adelante Andalucía, de modo que no habrá primarias de facto. Más bien, como admite un veterano de IU, “serán primarias a la búlgara”, la unanimidad de todos ante la ausencia de contrincante.

En 2013, el propio Maíllo calificó de “paripé” las primarias del PSOE andaluz en las que Susana Díaz fue elegida secretaria general por aclamación (sus rivales no lograron los avales necesarios y no hubo votación). En este caso la falta de rival no la determina el número de avales exigidos, pero el resultado es el mismo: ni los críticos de la vieja guardia de IU ni los críticos en la dirección nacional de Podemos han presentado candidaturas alternativas.

Votando a un único candidato

Los afiliados de Podemos e IU y los inscritos en la web de la confluencia votarán a partir de este viernes al único candidato que existe, o no acudirán a votar. Equo no tiene claro aún si presentará candidatos en todas las provincias. Los ecologistas tienen ahora a la diputada por Málaga, Carmen Molina, que forma parte del grupo parlamentario de Podemos. Esperaban mantenerla en la Cámara, pero la confección de la lista de Adelante Andalucía la situó demasiado abajo como para garantizarle el escaño. A los verdes no les ha sentado mal que Teresa Rodríguez haya elegido encabezar la candidatura de Málaga, empujando hacia abajo las posibilidades de Molina. Pero sí que por encima de ella colocasen al portavoz de Podemos en Ronda, Alejandro Serrato, que recusó un voto particular de la diputada de Equo contra la construcción de una autovía en la Serranía de Ronda. “No nos vamos sólo por los nombres, sino por los principios”, ha escrito la propia Molina.

El partido verde (2.000 afiliados en Andalucía) nunca ha tenido presencia en el Parlamento hasta que en 2015 se integró en la lista de Podemos. “Las confluencias te debilitan mucho si no es un pacto entre iguales. Equo ganó presencia al aliarse con Podemos, pero también se resintió mucho”, advierten fuentes de la ejecutiva regional, que remarcan que “la decisión de romper por el poco espacio que nos dejaban fue unánime”. 

En la lista definitiva de Adelante Andalucía hay seis candidatos de Podemos y dos de IU como cabezas de cartel. Los dos grupos han cuadrado el “sudoku” de las listas barajando tres posibles escenarios electorales: bueno, regular y malo. En el peor de los casos, dicen, mantendrían el resultado que ahora tienen en la Cámara: 20 diputados. Antonio Maíllo cree que el reparto es suficientemente “ponderado”, acorde a la representación de cada grupo. IU tiene ahora representación en cinco provincias: Sevilla, Cádiz, Córdoba, Málaga y Granada. Su alianza con Podemos puede darles más presencia en el Parlamento. La teoría de Maíllo es que al rebasar el 15% del escrutinio en cada provincia, con la suma de votos Podemos-IU, la confluencia podrá superar el tope de la ley d´Hont a los partidos pequeños, y pelear de igual a igual con PSOE y PP por la bolsa de restos.

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