¿Es Greta Thunberg una salvadora blanca?

Con el calor no solo aumentan las temperaturas, también las llamadas a hacer voluntariado en lugares lejanos para supuestamente ayudar a personas de países en situación vulnerable. Aunque no tengas idea de lo que hay que hacer ni cómo, ni lo que estan demandando las poblaciones locales, lo importante es que vayas desde Occidente con tus “buenas” intenciones a vivir una experiencia unica y poder hacer un reportaje irrespetuoso cuyo objetivo no sea visibilizar una realidad sino que el centro seas tú y tu “buenhacer”.

Esto que he descrito es lo que se llama salvadorismo blanco (volunturismo o postureo insolidario), un complejo que se expresa en la actualidad a través de actitudes coloniales que, disfrazadas de generosidad, tienden a ser perjudiciales. Esto se debe a que no respetan la dignidad, autonomía y deseos de las comunidades a las que se pretende apoyar, es decir, no parten de un principio de solidaridad, respeto y reconocimiento.

Un ejemplo clásico es la típica persona que va a un poblado africano a construir un pozo sin tener ni idea de cómo se construye uno, tan solo subiendo fotos de menores (incluso sin ropa) sin ningún permiso a redes sociales con un pie de foto que diga “son tan felices con tan poco” o “teniendo nada, me han dado tanto”. O el típico documental sobre Senegal donde ves más mujeres blancas cantando nanas a bebes negros que cualquier cosa que tenga que ver con el país. Pero también tenemos la otra cara de la moneda de ese salvadorismo blanco como es el caso de Abdou, donde los medios y el sector social se centraron en enaltecer la figura de Luna por darle un abrazo durante la crisis de Ceuta de 2021.

Lo importante era el abrazo que ella daba, no quién era él ni por qué estaba en esa situación, aunque Abdou fuera deportado sin tener un acceso a un intérprete en Ceuta, o que volviera y muriera en situación administrativa irregular recientemente en Málaga. Porque ese abrazo no lo iba a salvar ni lo salvó finalmente, porque las políticas que generaron las condiciones para que se produjera esa imagen son las mismas de la Masacre de Melilla y las políticas migratorias que siguen actualmente.

Teniendo entonces claro el concepto salvadorismo blanco, ¿aplica a Greta Thunberg siendo una mujer joven, nórdica, europea, con relevancia pública, que se une a la Flotilla de la Libertad?

Pues la respuesta es no. Ni ella ni ninguna de las personas que estaban ahí, ni tampoco quienes forman o formaron parte de la Marcha Global a Gaza, pues realmente están haciendo uso de sus privilegios para solidarizarse con una causa, no siendo ellas el centro sino la causa en sí.

Un pueblo como el palestino, al igual que sudanés o el congoleño, que está viviendo un genocidio, necesitan de nuestra solidaridad consciente tomando todas las medidas que estén en nuestra mano para que se visibilice y se ponga fin a esta situación con las medidas reparatorias correspondientes

Porque aunque tanto los y las miembros de la Flotilla de la Libertad han tenido repercusiones dispares, que evidencian las posiciones de privilegio que podemos ocupar, debido a la diversidad de nacionalidades y raciales que componían el grupo, la visibilidad de la situación a la que se está sometiendo el pueblo palestino y las formas de actuar del colonialismo sionista contra quien no le compre la reescritura de los hechos y su relato ha sido el objetivo en todo momento de su actuación.

Es como si cuando las mujeres en situaciones de acoso o abuso sexual le pedimos ayuda a un hombre y su respuesta es “no es asunto mío”. Puede ser hasta comprensible que alguien no quiera pasar por la incomodidad de involucrarse. Sin embargo, cuando aquello que no nos atraviesa directamente, o que incluso nos puede llegar a poner frente a un crudo espejo, tomamos la posición de que no es asunto nuestro, tomamos el camino fácil y cómodo del inmovilismo.

En este caso, el “hombre” que está en la posición de poder interlocutar y tomar medidas es Occidente (y quienes vivimos aquí) ¿Exigir a nuestros gobiernos el fin de la compraventa de armas a Israel es ubicarnos como salvadoras? ¿O asumir la responsabilidad y solidaridad con un pueblo?

Realmente lo que hace este tipo de dinámicas es responsabilizar a la víctima de la violencia que sufre, pues tienen que ser ellas las que resuelvan solas sus problemas, buscando hacerlas mártires de sus causas y aniquilando cualquier atisbo de solidaridad, siendo cómplices quienes señalan a figuras como Greta Thunberg de salvadoras blancas.

Un pueblo como el palestino, al igual que sudanés o el congoleño, que está viviendo un genocidio, necesitan de nuestra solidaridad consciente tomando todas las medidas que estén en nuestra mano para que se visibilice y se ponga fin a esta situación con las medidas reparatorias correspondientes.