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Un nuevo protocolo obliga a las limpiadoras del hospital de Granada a manipular residuos infecciosos

Cubos con residuos infecciosos en el pasillo del hospital

Néstor Cenizo

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En plena crisis de coronavirus, un cambio en los protocolos de limpieza de las habitaciones del Hospital Virgen de las Nieves de Granada ha sublevado a un buen número de trabajadoras. El cambio quizá hubiese generado menos indignación en otro momento, pero en esta crisis sanitaria muchas temen que las exponga a un mayor riesgo de contraer el coronavirus. Ese cambio las obliga a manipular las bolsas de los contenedores para residuos infecciosos generados por pacientes sospechosos o confirmados por coronavirus. Eso es lo que hicieron al menos durante el fin de semana pasado.

Así lo han denunciado varias trabajadoras a eldiario.es/Andalucía y consta en un documento del Hospital Virgen de las Nieves de Granada. Allí se señala que el personal sanitario debe cerrar la bolsa roja de los “contenedores de residuos infecciosos” y después llamar al personal de limpieza, que se encargará de sacar la bolsa, desinfectar la superficie exterior del cubo mediante un pulverizador y reponer la bolsa.

“A continuación, el personal depositará la bolsa roja dentro de otra bolsa transparente, en la que además depositará los EPI que haya utilizado en la manipulación de la bolsa roja”. Después deben cerrar esa segunda bolsa, atarla, desinfectarla mediante pulverización y transportarla para colocarla en una caja ubicada en el vestíbulo o en la “zona sucia”. Cuando la caja esté llena, las limpiadoras son también las encargadas de cerrarla, sellarla y trasladarla al almacén de residuos.

Este procedimiento, que se aplica en plantas de hospitalización de pacientes de COVID-19, servicio de urgencias, laboratorios y puntos de toma de muestra para test de coronavirus, es muy diferente al que venían realizando hasta ahora. “Nunca se ha hecho así. No estamos preparadas para eso y corremos un alto riesgo”, protesta una delegada sindical de CGT en el Virgen de las Nieves.

El método anterior

Hasta ahora, las auxiliares de planta cerraban la bolsa con residuos y también los contenedores, que eran desinfectados por las limpiadoras. Después, una persona especializada en su manipulación los sacaba y una empresa los recogía para destruir los residuos y desinfectar a fondo los contenedores, antes de devolverlos al hospital. Esta labor la realizaba Ecoclinic.

El cambio es sustancial, y obliga a las limpiadoras a manipular bolsas en las que se depositan EPIs, gasas y materiales de cura y sueros. Otra trabajadora corrobora la denuncia y asegura que el nuevo sistema se aplicó al menos durante el pasado fin de semana. “Tenemos que meter las manos en el contenedor, sacar la bolsa contaminada, que seguro que te roza en el pecho, ponerle una brida a la bolsa roja, echarle lejía y meterla en una bolsa transparente”, comenta.

“Avisé a los sindicatos porque me pareció muy fuerte. No tenemos formación ni tenemos que manipular eso porque hay gente especializada”, comenta esta mujer. Según dice, tan solo han recibido una charla de cinco minutos sobre manipulación de residuos peligrosos.

Fuentes oficiales del hospital se remiten a la empresa de limpieza, Clece, S.A. “Es un tema que gestiona Clece a nivel provincial y hasta donde sé ayer introdujeron cambios en el procedimiento”, dicen. Y desde la empresa aseguran que siguen instrucciones del hospital. “Efectivamente antes no lo hacíamos [manipular los residuos infecciosos]. El hospital tiene unas circunstancias que debería explicar y nos ha solicitado a través de medios formales que lo hagamos nosotros. Sólo hemos cursado un requerimiento que nos da el hospital”, explica una portavoz de Clece, que se remite a las explicaciones del centro hospitalario.

Escasez de material 

El sistema parece no aplicarse, por ahora, en otros centros andaluces. Sin embargo, Ana Román, que trabaja en el Hospital de Úbeda, cuenta otro método también distinto al habitual. Los contenedores sí son retirados por personal especializado, pero la limpieza se realiza en el recinto. “Antes los contenedores verdes se los llevaba una empresa, pero ahora los está limpiando en los aparcamientos un chico con una mascarilla. Han puesto como unos mantones de la aceituna, y pasan los coches y la gente”, relata. Un sistema parecido se sigue en el Hospital de Jaén, donde la manipulación la realizan trabajadores especializados, a veces en la calle, según cuenta otra trabajadora de este centro, Ana Herrera.

Las trabajadoras de la limpieza del Virgen de las Nieves ya denunciaron que Clece, S.A. no cumple con su obligación de lavar la ropa de trabajo. Una práctica que fue denunciada ante la inspección de trabajo. La empresa respondió que sólo tiene la obligación de lavar los uniformes de trabajadores en contacto con residuos biosanitarios.

Las trabajadoras con las que ha hablado este medio también coinciden en denunciar la falta de equipos de protección. Por ejemplo, la limpiadora de Granada entra en habitaciones de infecciosos y solo consiguió dos mascarillas diarias después de protestar mucho. “Las mascarillas nos la dan cada día, pero solo a quienes entran a coronavirus. A nosotras, si no entramos en planta de coronavirus, nos dicen que no tenemos que tener mascarillas. Y en el hospital todo el mundo las lleva”, dice Herrera, desde Jaén.

Personal de “bajo riesgo”

Estas trabajadoras de la limpieza hospitalaria (un sector muy feminizado) están consideradas “de bajo riesgo” en un protocolo de actuación elaborado por el ministerio de Sanidad para las mutuas de prevención de riesgos. La razón es que, según Sanidad, no existe un “contacto estrecho” con los pacientes de coronavirus.

“Llevo un mes sin ver a mi hijo porque sé el trabajo que tenemos y que puedo llevar algo”, lamenta Ana Herrera, que denuncia que los vestuarios en su centro son ridículos y no tienen duchas, a pesar de que deberían ducharse antes de regresar a casa. “Nosotras entramos y limpiamos del techo al suelo, nos comemos los bichos antes que nadie, pero según la Junta de Andalucía no tenemos contagios”. Cree que la supuesta falta de positivos es porque antes se las confina en cuarentena. De esa forma, son baja por enfermedad común. Con positivo, la baja sería por accidente de trabajo (60% del salario a cambio de la empresa). En ese caso, la mutua debe hacerse cargo del pago del 75% del salario desde el segundo día.

Ellas dicen que cada vez realizan más tareas y con menos medios y se ven como meros “peones”. “Ellos mismos están haciendo que nos contagiemos más. Estamos agobiadas, porque ves que si te contagias la que pierdes eres tú”, concluye una de ellas.

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