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La discriminación salarial y la temporalidad comprometen el futuro del hospital de Andújar

El Hospital Alto Guadalquivir de Andújar (Jaén)

Javier Domínguez Reguero

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La delegada de Salud y Familias en la provincia de Jaén, Trinidad Rus, informó al cierre de 2020 que el Hospital Alto Guadalquivir de Andújar (Jaén) había incrementado la plantilla media en un 8,6% y alcazaba los 683 profesionales en los dos últimos años. Pero los municipios de la comarca de la Campiña de Jaén, gobernados por PSOE, Ciudadanos e IU, llevan semanas denunciando el “desmantelamiento” del centro hospitalario que ha pasado de ser “un modelo exitoso a encontrarse ahora mismo al borde del precipicio”. “Nos preocupa mucho que el hospital sea, de aquí a un mes, en un mero centro de salud”, dice la alcaldesa socialista del municipio jiennense de Lopera, Isabel Uceda. “Hemos pedido una cita urgente con el consejero [Jesús Aguirre] para que venga y vea las demandas de nuestros vecinos”, dice Miguel Ángel Carmona (Cs), alcalde de Arjonilla.

El Hospital Alto Guadalquivir lleva prestando servicio desde 1999 y está gestionado bajo el modelo de Agencia Pública Sanitaria (APS), una entidad de titularidad pública adherida al Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA). Carmona recuerda la “alegría” con la que la comarca acogió su apertura: “Ya no teníamos que desplazarnos a Jaén”. Las agencias sanitarias se pusieron en marcha para facilitar la accesibilidad tanto geográfica como asistencial a los vecinos de las provincias de Jaén y Córdoba a la sanidad pública, pero el proyecto se ve amenazado por la discriminación salarial y la temporalidad de los profesionales sanitarios.

Del incremento del 8,6% de la plantilla, sólo un 1,8% son facultativos. “Es una cifra irrisoria que muestra lo que está ocurriendo en el hospital”, dice Uceda. Y sin médicos, todo el personal sanitario se ve afectado a pesar del refuerzo de enfermeras (6,6%), técnicos de administración (17,1%) o celadores (29,5%) que exponen desde la Consejería en estos dos años. Rus rechaza cualquier “menoscabo” al Hospital Alto Guadalquivir mientras que los alcaldes piden soluciones por “el deterioro de la gestión”.

Discriminación salarial

Los facultativos de las APS cuentan con un régimen laboral distinto al de aquellos del Sistema Andaluz de Salud (SAS). Desde el pasado junio, cuando el Gobierno andaluz suspendió el plus de exclusividad que penalizaba la compatibilización del trabajo en la sanidad pública con la privada, un médico del Hospital de Andújar cobra menos que uno perteneciente al SAS a pesar de que ejerzan las mismas funciones.

La equiparación salarial de la hora de guardia con la media nacional sólo se ha aplicado a los médicos del SAS. Estos cobran alrededor de 4 euros más que uno de la APS. “Esto es un montante importantísimo ya que si un médico hace entre 80 y 100 horas de guardia al mes, supone unos 400 euros más. O 400 euros menos para nosotros”, explica Raúl Illanes, médico de urgencias y representante del Sindicato Médico en el Hospital Alto del Guadalquivir.

Esta diferencia irá en aumento a partir de este mes de enero cuando los médicos de las APS cobren “groseramente unos 600 euros menos” que sus compañeros del SAS. Illanes se lamenta de que la Consejería no diera “opción ninguna” a la negociación sobre todo cuando el porcentaje de médicos de APS con respecto a los del SAS es “ínfimo” y el esfuerzo económico para realizar la equiparación salarial sería “insignificante”. Rus ha manifestado que “hasta el momento” nadie de la plantilla del hospital ha dejado su puesto por el desequilibrio económico en las guardias.

Décadas de contratos temporales

A esta discriminación salarial de los facultativos de las agencias sanitarias se les une la alta temporalidad de los profesionales del hospital Alto Guadalquivir. “Se viene arrastrando desde hace años aunque se ha acuciado en los últimos meses”, dice el presidente Asociación de Trabajadores Eventuales, Interinos y Temporales de la Agencia Pública Sanitaria Alto Guadalquivir, Antonio Espejo.

“Nuestra principal reclamación es la estabilidad en el empleo. Hay personas que llevan 15 años trabajando con contratos temporales o bien ocupando vacantes que se eternizan”, resalta Espejo. Esta situación está prohibida por la Directiva europea 1999/70/CE aunque “no se ha traspuesto en España para el sector público”.

En la actualidad más de un centenar de trabajadores públicos temporales han demandado a la administración andaluza. “Sabemos que tenemos fraude de ley en la contratación temporal entre nuestros trabajadores”, subraya Espejo. Según sus cálculos, hay más de un millar de trabajadores temporales en la APS del Alto Guadalquivir, aproximadamente un 50%, aunque “no todos están en fraude de ley”.

Los demandantes se aferran a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea del pasado 19 de marzo que promulga sanciones “efectivas, proporcionadas y disuasorias” para evitar los abusos derivados de la utilización de sucesivos contratos de duración determinada. “Tenemos los primeros juicios en febrero y tenemos mucho que ganar”, dice Espejo, que prevé indemnizaciones que podrían llevar a la “quiebra” a la administración por el alto número de denuncias. Este abuso de la temporalidad en el empleo público ha llevado recientemente a más de 10.000 trabajadores canarios a una huelga indefinida.

Falta de atractivo

La discriminación salarial y la temporalidad provocan que el Hospital Alto del Guadalquivir deje de ser un lugar de trabajo atractivo para muchos profesionales sanitarios. “Tenemos unos buenos pueblos, donde se vive bien, y nos llama la atención que los médicos no se asienten aquí. Esto se ha convertido en un lugar de paso, un sitio donde van y vienen”, dice Carmona. “Si existe un detrimento económico de 400 o de 600 euros, obviamente todo el que tenga la opción se marcha”, dice Illanes. Espejo complementa: “Vemos como a diario compañeros se van a otras bolsas [de empleo]. Es una constante que se repite en los últimos años”. Para Uceda la situación del hospital se hará “insostenible” cuando se materialicen los traslados en el SAS y se tome posesión por parte de los profesionales de las plazas de Oferta Pública de Empleo (OPE) pendientes de resolución. “No sabemos cuál es el plan alternativo que tiene la Junta de Andalucía para cubrir estas vacantes”, dice la edil de Lopera.

Rus explica que “se está trabajando en la integración de las Agencias Sanitarias en el SAS para equiparar las condiciones laborales de los profesionales de todo el sistema sanitario público andaluz”. También descarta la “huida de profesionales” aunque Illanes explica que el traslado de los sanitarios se ha pospuesto por el “desbarajuste” que produciría realizarlo en mitad de la crisis sanitaria de la Covid-19.

Merma de servicios

“Ya no como alcalde sino como usuario, he visto cómo los servicios se han ido degradando”, dice Carmona, que además apunta al estado de las instalaciones: “Hay que invertir porque se nota el uso y el paso del tiempo”.

“Se está poniendo la excusa de la pandemia para dejar todo de lado”, resalta la alcaldesa de Lahiguera, Francisca Calero (IU). Y añade: “Se está incrementando la lista de espera y se están anulando muchas citas. Cuando salgan las nuevas plazas, nos vamos a quedar sin especialistas”.

La preocupación de los vecinos también es compartida por el Sindicato Médico que augura un “retroceso” para la sanidad de la comarca. Los alcaldes de la Campiña de Jaén se quejan de un servicio “deficitario” en especialidades como oftalmología, traumatología, dermatología o urología. Desde la Delegación de Salud se explica que “todas las especialidades” con las que se abrió el hospital siguen vigentes. “El servicio se da, pero esta afirmación es una manipulación torticera de la realidad porque hay una infravaloración de la plantilla de estas especialidades provocando que el volumen de pacientes que se atienden al mes sea muy bajo”, explica Illanes. Y de ahí que aumente el tiempo para poder ver al facultativo correspondiente, como menciona Calero.

“Estamos alertando de que el hospital puede colapsar”, dice Uceda, que además recela de los posibles beneficios para la sanidad privada. “Hay vecinos que han sido trasladados a la Clínica Cristo Rey de Jaén o a la Clínica Quirón de Córdoba”. “Sin especialistas, se produce una derivación a la privada”, recalca Carmona.

Traslados de pacientes

A Anita Reca, octagenaria de Lopera, le programaron su operación de cataratas en una clínica privada de Jaén. La Agencia Sanitaria Alto Guadalquivir, según su página web, “pretende acercar los servicios sanitarios especializados a la población con el objetivo de que ningún andaluz se encuentre a más de 30 minutos de un centro hospitalario”. Sin embargo, Anita recorrió los más de 50kms a la capital jiennense. “Me dijeron que no tenía que pagar nada lo cual es mentira porque he tenido que pagar la medicación que me han enviado. El seguro no la cubre”, dice.

Este desplazamiento es un “trastoque” no sólo para los pacientes sino para sus familiares. Anita habló en la sala de espera con vecinos de las localidades de Marmolejo, Arjona o Arjonilla que habían ido a la capital para ser operados o para continuar con sus seguimientos médicos. “Me da pena que abandonen un hospital que es tan bueno y que lo hicieron para despejar el de Jaén”, cuenta. A ella no le gustó “nada” la experiencia en la clínica privada, pero, “¿qué vas a hacer cuando llevas tres meses esperando a una operación? Ya no veía con el ojo izquierdo”.

Para Carmona puede darse una “hecatombe” en el hospital si no se pone solución a la discriminación salarial, a la temporalidad y al desgaste de las infraestructuras. “Y más ahora en estos tiempos de pandemia”. La Consejería de Salud y Familias defiende su gestión a base de notas de prensa. Este diario ha intentado sin éxito hablar con la delegada en Jaén, Trinidad Rus. La oposición y los profesionales sanitarios también se mantienen a la espera de una respuesta para conocer las soluciones que se plantean a sus reivindicaciones. “Esto no es un problema político sino un problema para las personas y su salud”, remata el alcalde de Arjonilla.

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