Espadas enfrenta el estallido de una rebelión interna en el PSOE de Málaga en plena campaña de las europeas
En el PSOE de Málaga hay golpes de sable desde que el último congreso provincial constituyó la actual ejecutiva, liderada por Daniel Pérez, pero el ruido interno fue in crescendo las últimas semanas y ha terminado estallando en el peor momento posible: media docena agrupaciones municipales se han roto y están en manos de gestoras -incluida la de Vélez-Málaga, la mayor de la provincia junto a Marbella- y cuatro miembros de la ejecutiva provincial han dimitido, incluida la ex diputada Beatriz Rubiño, muy crítica con la dirección actual.
En el cuartel de mando de Juan Espadas -secretario general del PSOE andaluz- la gestión de esta crisis por parte de Daniel Pérez no ha sentado nada bien, sobre todo el forcejeo en Vélez-Málaga y los “trapos sucios” que ha aireado el portazo de Rubiño, una dirigente muy querida entre la militancia malagueña.
Todo este ruido han sido interferencias en la agenda de Espadas, que la semana pasada tenía planeado sacar pecho por la victoria en las elecciones catalanas y propulsar la campaña a las europeas con la presentación de la candidatura de Teresa Ribera en Sevilla. “En su lugar, ha tenido que responder ante micrófonos por los líos del PSOE de Málaga”, farfulla un dirigente próximo a Espadas, que se lamenta de que “son estas cosas las que no nos permiten despegar” como oposición.
El PSOE malagueño ha encadenado las tres últimas semanas más convulsas que se le recuerdan. No es que acumule alegrías en los últimos tiempos, pero la crisis en la agrupación de Vélez-Málaga, ha visibilizado la contestación interna al secretario provincial, muy próximo a Espadas.
El pasado jueves, apenas un par de días después de que se anunciara una gestora para Vélez, abandonó la Ejecutiva Provincial Beatriz Rubiño, exparlamentaria andaluza proveniente del susanismo y muy popular entre la militancia, con una carta en la que acusaba al equipo de Pérez de “falta de comunicación y transparencia” y de “autocrítica y reflexión”. Un día después, la alcaldesa de Parauta (280 habitantes) se sumó a la denuncia en una entrevista en COPE: “Soy la política del PSOE que mejores resultados ha sacado en la provincia de Málaga y en España y conmigo no se ha sentado nadie”.
La dimisión de Rubiño no ha sido una cosa baladí en el PSOE de Málaga, que venía precedida de cinco crisis consecutivas en cinco agrupaciones distintas -todas ellas rotas y ahora en manos de gestoras-. Rubiño fue diputada en el Parlamento andaluz y sus ex compañeros -algunos con escaño, otros sin nada- afean al secretario provincial la “falta de mano izquierda”.
“Todo tiene que pasar por él. No escucha ni mira alrededor. Por no ver, no ha visto ni que estábamos en precampaña para las europeas y forzar la explosión de la agrupación de Vélez o enfrentarse en abierto a Beatriz [Rubiño] no era lo que más le convenía al partido en este momento”, explican fuentes de la ejecutiva regional.
“Beatriz es muy trabajadora, se deja la piel por el partido, va a todos los actos que puede y le permite su trabajo. No ha sido muy leal por parte de la dirección atribuir su marcha a la falta de compromiso con el PSOE”, lamenta una diputada.
“Falta visión de conjunto”
La sucesión de acontecimientos en Málaga ha dejado con el pie cambiado al partido. Espadas mantiene su apoyo total a Pérez, pero en la dirección regional hay malestar con el manejo de los tiempos, que ha llevado a detonar ahora una crisis de consecuencias imprevisibles. “En la semana que teníamos que estar sacando pecho por la victoria en las catalanas, Juan andaba respondiendo sobre gestoras y crisis interna en el PSOE de Málaga”, lamentan las fuentes consultadas.
El ruido orgánico ocupa espacio y distorsiona el mensaje de los socialistas en la precampaña a las elecciones al Parlamento Europeo del 9 de junio. “Falta visión de conjunto”, subrayan.
Pérez, que ganó las primarias con el 80% de los votos, el aval de Juan Espadas e integrando en la dirección a la mayoría de las corrientes del socialismo malagueño, tuvo que salir al paso este jueves, templando las aguas con Rubiño y restando peso a la crisis.
En conversación con este periódico, enmarca la situación en un proceso de renovación de ejecutivas locales habitual en otras provincias y en cualquier partido, y asegura que la militancia veleña elegirá nueva Ejecutiva poco después de las elecciones europeas.
Sus críticos están convencidos de que ha forzado la implosión de la agrupación más numerosa de Málaga pensando ya en aglutinar apoyos para la reelección en el congreso provincial, que será previsiblemente en otoño, una vez se celebre el federal y el andaluz.
Falta mucho para eso. Falta el resultado de las europeas, si se repiten las catalanas, saber si el Gobierno de Pedro Sánchez cuenta con Presupuestos Generales y si Espadas mantendrá el apoyo del presidente para continuar en el cargo o si se activa un plan b con tiempo para las andaluzas de 2026.
Gestora en Vélez: dimisiones revocadas y denuncias de presiones
El proceso para llegar a la gestora de Vélez ha durado quince días, y ha estado trufado de rectificaciones y momentos inverosímiles. El 3 de mayo se informó de que habían dimitido 19 de los 36 miembros de la Ejecutiva Local, lo que obliga a constituir gestora. Entre ellos, el senador Víctor González (muy cercano a Daniel Pérez, y al que se sitúa como nuevo hombre fuerte en Vélez), la exalcaldesa Salomé Arroyo o el gerente de la Fundación Cueva de Nerja, José María Domínguez.
Dos días después, dos de los 19 dimisionarios firmaron una carta en la que se retractaban, asegurando que firmaron la dimisión “creyendo que era la fórmula para pedir una asamblea extraordinaria y no la creación de una gestora”, según los términos literales de la carta, a la que ha tenido acceso este medio. Pérez cree que pudieron confundirse porque, en efecto, la gestora es el paso previo a convocar una asamblea.
En todo caso, con su renuncia a dimitir desaparecía la mayoría necesaria, así que la Ejecutiva Provincial pidió un informe a la Secretaría de Organización de la Ejecutiva Federal del PSOE, en Ferraz, que revocó las dimisiones. Pero apenas unos días después, volvió a haber “quórum” de dimisionarios, al sumarse dos nuevos y tres renuncias previas.
Francisco Medina, hasta ahora portavoz del PSOE veleño, denuncia una campaña para presionar a afiliados y simpatizantes en esos días. Este medio ha tenido acceso a una carta en la que una exmilitante, Sara Rubio, asegura que el 7 de mayo la llamaron para exhortarle a firmar un documento “sí o sí”, y que luego sufrió “más de veinticuatro horas de llamadas telefónicas y mensajes de WhatsApp muy hirientes”. Rubio, que formó parte de la Ejecutiva local, ya no es ni siquiera afiliada.
La mayor agrupación de Málaga
Tras quince días, la gestora está a punto de constituirse formalmente. Los Estatutos del PSOE prevén que sea propuesta por la Ejecutiva Provincial, informada por la Comisión de Ética Regional y aprobada por la Comisión Ejecutiva Federal para su “entrada en vigor”. Medina asegura que la agrupación veleña no ha recibido la orden, pero Pérez subraya ya cuenta con el aval regional y que solo falta la confirmación del Federal. Un trámite, porque esta vez las dimisiones están “constatadas”.
La nueva gestora (liderada por Jorge Gallardo, alcalde de Cártama) garantiza al aparato provincial el control temporal de la segunda mayor agrupación de Andalucía (tras Triana), a las puertas de un proceso de renovación del liderazgo orgánico en la provincia, que previsiblemente se abrirá en otoño.
La crisis de la agrupación veleña, que cuenta con algo más de 400 afiliados, venía gestándose desde hace tiempo. Este es un municipio especialmente significativo por ser el tercero por población de la provincia (85.377 habitantes) y haber supuesto, hasta el pasado junio, el de mayor peso con gobierno socialista. Tras las elecciones municipales, el PSOE cayó de siete a solo tres concejales, insuficiente para reeditar el gobierno de coalición.
El hasta entonces alcalde, Antonio Moreno Ferrer, apoyó a José Antonio Gómez frente a Daniel Pérez en las primarias provinciales de noviembre 2021, y fuentes diversas sitúan en esa contienda el origen de lo que ahora sucede, apuntando a un movimiento táctico de Pérez para controlar la agrupación.
Cuando Moreno Ferrer fue claramente derrotado en las municipales su suerte estaba echada, razonan. El exalcalde renunció al acta de concejal, pero se mantuvo al frente de la agrupación. En ese escenario, la gestora era el único modo que tenía Pérez de “asegurarse el poder”, según denuncia Medina, hasta ahora portavoz del PSOE veleño, cuyos responsables negociaron con Pérez una asamblea, sin llegar a buen puerto.
Sexta gestora en pocos meses
La constitución de otra gestora, sin embargo, acentúa la debilidad del partido de cara al exterior. “Cada una tiene una particularidad”, subraya Pérez, que no ve un cuestionamiento general. Esta es la sexta, tras las de Fuengirola, Torremolinos, Ardales, Sierra de Yeguas y Periana, si bien en las dos últimas ya se ha convocado asamblea. En las demás, no hay plazo, pero Pérez promete que será pronto. Los Estatutos conceden 90 días para convocar asamblea, un plazo que ya se dobla en Fuengirola.
Otras fuentes creen que los movimientos tienen su origen en un fallido proceso de integración de sensibilidades tras las primarias, que dio como resultado una mastodóntica Ejecutiva Provincial con unos 60 miembros. “En el congreso regional se pactó apoyar a Dani; aquello estaba abocado al Juego del Boquerón [en alusión a El Juego del Calamar], y ha tardado muy poco en ocurrir.
La dirección actual es ficticia, porque el 80% fue obra de Juan Espadas. Cuando llegas así no tienes auctoritas, y no te hace caso nadie. Todo el mundo sabía lo que iba a ocurrir. Fue una irresponsabilidad“, denuncia Javier García León, exsecretario general del partido en Fuengirola, quien cree que la crisis no está cerrada.
Tampoco son ajenos los malos resultados en las elecciones municipales del año pasado, las primeras bajo el liderazgo de Pérez en la provincia. El PSOE perdió los pocos municipios de peso que aún gobernaba en coalición municipios, como Vélez-Málaga, Benalmádena (75.801) y Mijas (91.691 habitantes), en este caso tras una moción de censura de PP y Vox. De esta forma, Cártama (28.412, el 13º por población) es el municipio más poblado gobernado por los socialistas. El resto están en manos del PP.
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