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Un fin de semana de 'sold out' en Pirineos Sur: Amaia y Viva Suecia conquistan Lanuza

Un momento de la actuación de Viva Suecia.

Candela Canales

21 de julio de 2025 18:12 h

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Pirineos Sur ha vivido este fin de semana dos días de lleno total. Los culpables: Amaia e Izaro –sustituta de Valeria Castro– el sábado y, un día después, Viva Suecia y Ultraligera.

La cancelación de Valeria Castro a causa del fallecimiento de su abuela conmocionó a los asistentes al concierto, que esperaban disfrutar de la artista canaria. Sin embargo, Izaro, compañera de profesión y amiga, la sustituyó durante la noche del sábado. Recién llegada de México, facturó la maleta a Madrid en vez de a Bilbao y subió a este escenario pirenaico a dar el mejor espectáculo posible. La amistad entre Izaro y Valeria Castro fue patente durante todo el concierto. Uno de los momentos más especiales fue cuando la artista vasca cantó 'Mi canción para Elisa', dedicada a su abuela, ya fallecida, que emocionó al público.

Izaro finalizó su gira hace tres días en México y llegaba directa a Lanuza con una banda perfectamente engrasada. Con formato clásico (batería, bajo y guitarra), y con la propia Izaro muchas veces al piano, se ganaron rápidamente a un público expectante y curioso por la propuesta de la artista.

Con canciones en castellano y en euskera, Izaro consiguió conquistar a los asistentes al concierto, explicando el porqué de muchas de sus canciones e incluso dedicando una a su “amiguita”, Valeria Castro. En el momento de los aplausos, empezó a sonar una canción de Valeria Castro, 'La raíz', que los asistentes cantaron al unísono para mandar un mensaje de apoyo a la artista canaria.

Izaro en Pirineos Sur

Depués, apareció Amaia. Con una puesta en escena pocas veces vista en este festival, la artista salió de una gran estructura al ritmo de 'Tocotó' y conquistó a los asistentes con su dominio instrumental, tocando el piano en numerosas ocasiones y hasta el arpa. La cantante demostró una gran calidad vocal y generó momentos de silencio absoluto entre los espectadores, que no se atrevían a cantar para escuchar su voz.

Amaia presentaba su último disco, 'Si abro los ojos no es real', aunque también cantó canciones de los dos anteriores. Las versiones son algo habitual en los espectáculos de la artista navarra, con 'Santos que yo te pinte' de Los Planetas, el homenaje a Federico García Lorca con 'Zorongo gitano' y la reivindicación de Papa Levante con 'Aunque parezca mentira'.

Amaia en Pirineos Sur

'Si abro los ojos no es real' ha sido el álbum de la consagración definitiva, con el que ha convencido a todo tipo de públicos, y gran parte del repertorio se ha centrado en él. El irresistible ritmo de “Magia en Benidorm”, la belleza de 'Nanai' (con guiño a 'La tarara') o el inspiradísimo piano de 'C’est la vie' son buenos ejemplos que han sonado esta noche. La conversación de Amaia con su madre, que se refleja en 'Auxiliar', una canción donde la cantante expresa las preocupaciones de su madre al irse ella de casa, y en 'M.A.P.S', donde la artista le responde: “Aunque no te escriba estoy bien, fíate”.

Amaia se mostró cómoda en todo momento, hablando con los asistentes de las primeras filas que acabaron en el agua del embalse, a pesar de los 12 grados que marcaba el termómetro. La artista bromeó con bañarse ella también y reinvidicó “lo bonito que es el norte”. Ella, de Pamplona, le dedica una canción a modo jota a un parque de su cuidad, ese momento fue uno de los más especiales del espectáculo, cuando la artista reivindicó Pamplona como “la mejor cuidad para vivir”, para acabar confesando entre risas que “yo no vivo ahí”.

La cantante, acompañada de percusión, guitarra, teclados y bajo, destacó por su versatilidad en diferentes estilos y por su manera única de cantar. Amaia terminó su concierto con 'Bienvenidos al show', dejando a los espectadores con ganas de más y, seguramente, con el deseo de volver al “sitio más bonito en el que he tocado nunca”.

El ritmo no bajó al día siguiente. Las entradas de Viva Suecia se habían agotado poco después del anuncio de su concierto, un síntoma de la expectación que había levantado el grupo. Y no defraudó: los murcianos arrasan en cada festival y Pirineos Sur no iba a ser la exepción. Con un reparto de plagado de éxitos, con la habitual fuerza que despliegan los cuatro miembros de la banda, paseos entre el público incluidos, Viva Suecia ofreció hora y media de lujoso indie rock.

Incluso la lluvia, que amenazó durante toda la tarde al escenario de Lanuza, respetó la noche salvo por unos minutos. Temas como 'Bien por ti','La orilla' 'Adonde ir', 'Justo cuando el mundo apriete' o 'Dolor y gloria' levantaron a los miles de fans congregados frente al escenario. El concierto empezó alto y acabó por las nubes, on 'La voz del presidente' y, por supuesto, con 'El Bien'.

El escenario de Lanuza, a reventar este domingo, con Viva Suecia y Ultraligera.

Antes de Viva Suecia había sido el turno de Ultraligera, una actuación también muy esperada de un grupo forjado en decenas de conciertos por todas las salas nacionales. 'La basura' fue el pistoletazo de salida de un concierto sólido, con guitarras furiosas y con cuatro músicos con muchas cosas que decir.

Era el último show de su gira y como tal se lo han tomaron: con toda la energía que les quedaba. Gisme, que contó que su primer festival de su vida como espectador fue Pirineos Sur, corría, saltaba y agitaba el pie del micro como si le fuera la vida, y no tardó en quitarse la camiseta: la sudó.

Noche del viernes

El viernes, fueron Delaporte y Juanjo Bona los que se subieron a ese escenario flotante. Calentó la noche el que fuera finalista de OT y ganador de Jotalent, con una actuación intensa, arropada por sus incondicionales y entregados fans; después Sandra Delaporte y Sergio Salvi apretaron el acelerador y las revoluciones para llevar a los miles de espectadores hasta el éxtasis. Sin duda, ha sido la noche con el público más joven pero no menos preparado para revolucionar el anfiteatro convirtiéndose en los protagonistas de la jornada.

Juanjo Bona está girando con su primer disco, 'Recardalino', que ha supuesto la constatación de que su propuesta es muy sólida: ha logrado aunar tradición y modernidad con una colección de canciones deliciosas. Su concierto ha significado una puesta al día de la jota aragonesa, con una producción potente y una interpretación apasionada y valiente.

El desenfreno llegó cuando Delaporte pisaron el escenario. El dúo, apoyado por batería y un teclista, salió con todo el cargador lleno y convencieron con sus canciones tecno pop que son pura adrenalina. Sandra Delaporte es una cantante y performer contagiosa: salta, grita, baila, corre, anima al público… Y Sergio Salavi, más hierático, pero igual de proclive al baile, parapetado tras sus ordenadores, lanzaba las bases electrónicas sin tregua. Fue un concierto que empezó muy arriba (“Un jardín”, “Soy de aquí”, con fuerte influencia de ritmos latinos), pero finalizó aún más alto. Con “Ángel caído” y su versión de “Toro” de El Columpio Asesino lograron subir la temperatura del pantano.

Justo antes de los bises sonó su versión de un clásico absoluto de Pirineos Sur: “Cariñito”, hit eterno y que suena bien mezclado en cualquier género y que el dúo sabe imprimirle su personalidad. El techno desatado, con los BPMs a toda pastilla, llegó con, precisamente “Techno rico”, toda una declaración de intenciones. Y para finalizar dejaron el drum’n’bass frenético de “Cagarla” provocando el desfase absoluto de la pista. Porque como dicen al final de este tema: “si no, para qué estás vivo”.

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