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La subida del gas pilla por sorpresa y asfixia a las comunidades de vecinos

Contadores del gas, imagen de archivo

Miguel Barluenga

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Las comunidades de vecinos de todo el país asisten alarmadas al aumento en el precio del gas, que ha provocado que los costes se hayan multiplicado y se generen derramas que pueden superar los mil euros por domicilio para hacer frente a este gasto necesario durante los meses del invierno. Las tarifas que entraron en vigor el pasado mes de octubre han supuesto una subida de los precios que antes estaban fijados y que se han multiplicado. Y tantos las asociaciones como los vecinos se han movilizado ya para elevar la voz frente a lo que consideran una situación tan inesperada como desproporcionada.

La regulación se divide en tramos en función del consumo anual. Para aquellos que consumen más de 1,5 millones de kilovatios hora (kWh) al año, como las comunidades de mayor tamaño, el precio del término fijo se ha multiplicado. La nueva regulación rebaja otros costes que apenas se perciben por la subida del gas. Al tratarse de grandes consumidores no pueden pasarse al mercado regulado, limitado a los pequeños consumidores particulares que consuman un máximo de 50.000 kWh anuales.

El precio se ha multiplicado casi por cinco. A principios del pasado año se pagaba algo más de 16 euros por el megavatio hora y ahora se acerca a los 80 euros. El mayor repunte se registró el 22 de diciembre, cuando se alcanzaron los 171,12 euros por megavatio hora. Jorge Puyuelo, vecino de Huesca, explica que el pasado mes de enero se convoco “por sorpresa” a los vecinos de su edificio a una reunión extraordinaria organizada por la administración de fincas. Allí se les comunicó que entre los meses de octubre y diciembre la cuenta de la comunidad “ascendió a 20.000 euros más de lo esperado”. Lamenta las formas y los tiempos: “Nos podrían haber avisado antes para estar más preparados”.

La empresa que suministra el gas les ha concedido “una especie de crédito para pagarlo en varios meses”: “Una de las formas de ahorro es poner un termostato que llevamos tiempo pidiendo. Antes la calefacción estaba encendida las 24 horas. En octubre hacía que dormir con la venta abierta del calor que hacía”. Se ha contratado la colocación de un termostato de 2.000 euros que se suma a la derrama. La propuesta que se ha lanzado a los vecinos de su inmueble es la de un pago de 300 euros durante seis meses que se sumarían a los 170 que ya abonan como gastos de comunidad.

Colegios profesionales de administradores de fincas, con el Madrid al frente, han solicitado al Gobierno que las comunidades de propietarios puedan acogerse al mercado regulado del gas. Según explican, el incremento del precio del gas está suponiendo un “quebranto” para la economía de las comunidades de propietarios con calefacción centralizada, “puesto que no tenían contemplado en sus presupuestos anuales estas subidas de precio y han tenido que realizar derramas para hacer frente a dicho gasto”. 

Han realizado una comparativa para explicar la diferencia entre el precio regulado o el libre en una comunidad de propietarios: una comunidad con tarifa en el mercado libre con un consumo de 80.000 kWh anuales tendría que asumir un coste de 924 euros por vivienda, mientras que en el mercado regulado el coste sería de 452,96 euros, la mitad. Esto se debe a la aplicación de la denominada Tarifa de Último Recurso (TUR), fijada por la administración y a la que cabe acogerse solo si el consumo es inferior a 50.000 kWh/año con un suministro de baja presión.

Solo un 20% de los usuarios de gas natural en España se acogen a estas tarifas. Las del mercado libre son más caras: hasta un 78% superiores según publicó ‘Cinco Días’ y hasta un 103% según la organización de consumidores Facua. Las comunidades de vecinos no tienen así alternativa al rebasar ese consumo anual de 50.000 kWh. Por eso los administradores de fincas reclaman al Gobierno que las comunidades puedan acogerse al mercado regulado y optar a así a tarifas más competitivas.

Feaccu Huesca, la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de la capital oscense, también alerta de que esta situación puede derivar en impagos en el marco de una subida de la inflación del 7,9% en la provincia, la mayor de las últimas décadas. Pide al Gobierno medidas como la congelación de impuestos para la calefacción. Una alternativa la representa la instalación de contadores individuales de calefacción para pagar por la energía que consumen. Una posible solución encaminada a todos aquellos edificios con calefacción central construidos con anterioridad a 1998.

En 2020 se aprobó el Real Decreto 736/2020 que obliga a instalar contadores individuales en las instalaciones de calefacción y refrigeración centralizadas. Esta norma busca que se ahorre energía y se haga un reparto más justo de los costes en las casas con calefacción central, pues cada vecino pagará por lo que consume y no según su coeficiente de participación en la comunidad de propietarios.

La norma obliga a que se instalen contadores individuales en los edificios con sistemas de calefacción o refrigeración central construidos antes de 1998, cuando se aprobó el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE). Los edificios más modernos ya tenían la obligación de poner esos contadores. Gracias a estas medidas, se estima que se va a conseguir un ahorro medio energético en las viviendas de un 24%, haciendo que cada usuario pague por lo que realmente necesita y utiliza, sin disminuir su confort.

En gran parte de Aragón esta reforma, otro gasto añadido, deberá completarse antes del 1 de octubre de 2022 para los bloques con más de 20 vecinos y antes del 1 de marzo de 2023 para los de menos de 20. La instalación supone unos 70 u 80 euros por radiador, aunque en función de las necesidades el precio total por vivienda puede irse por encima de los mil euros.

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