El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon.
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Querido Facebook, te escribo esta carta porque me he portado muy bien este año a pesar de que tú no lo hayas valorado nada. He sabido en numerosas ocasiones de tus normas, más que cuestionables, y he tragado muchas veces con tu mensajito - respuesta de “hemos revisado tu denuncia pero no contraviene las normas de la comunidad de Facebook. Su ayuda nos sirve para mejorar cada día” -. He tragado que no creído, claro. Porque ya soy mayor y sé que no existen tus normas éticas, sólo existe que tú puedas seguir lucrándote a costa de cualquier cosa, incluso de las amenazas, la incitación al odio, la apología de la violencia, la humillación y muchas cosas más. Es un poco rollo esto de ser mayor, pero es lo que hay.
Estos últimos meses me he hartado de denunciarte páginas. En la mayor parte de ellas se hace apología de la violación a las mujeres, se pretende acabar con las razas del mundo para que vuelva a reinar la paz con una raza única, se insulta y se llama “personas enfermas” a quiénes deciden poner fin al sufrimiento de no haber nacido con el sexo-género que les da la real gana, vierten insultos contra las mujeres y hombres que defendemos y exigimos la igualdad entre las personas, acosan y bravean con declararnos “la guerra” a quiénes no toleramos la burla, la humillación, el abuso y el maltrato hacia las mujeres, hacia las personas que vienen huyendo del horror de sus países, o aquellas que tratan a las niñas como sujetos de chiste, mofa y sugieren perpetuarlas como esclavas del patriarcado.
Al parecer todo esto, denunciado con explícitos argumentos, no infringe tus normas comunitarias. ¡Claro! vaya a ser que deje de existir esa página que hace alabanza de las agresiones y la violación a las mujeres, faltaba más, que tiene más de ochenta mil “me gusta” y, a ti, te dejaría de generar riqueza.
No sé si te acordarás, porque andas liado con lo de evaluar si las denuncias infringen tus normas comunitarias moralistas pero, hace unos meses, me mandaste un mensaje relativo a un post que puse en mi perfil personal. Al parecer hubo usuarios , o usuarias, a quiénes les parecía ofensivo que yo pusiera una foto en la que se presentaba pintura roja, simulando sangre, para hacer denuncia de una nueva mujer asesinada por violencia machista en el país en el que vivo. Aunque, la verdad, vete tú a saber hasta cuando seguiré viva porque parece que las normas de mi país tampoco consideran agravio comunitario que nos estén matando a la mitad de la población. Bueno, que me enrollo, vuelvo al tema.
Y resulta que en el mensajito, en aras de la paz en la convivencia virtual, me dices que me “invitas” a quitar el post porque puede traerme peores consecuencias y cerrarme el perfil. ¡Mátame camión! Ahí se queda el post y me eliminas el perfil si te da la gana. Y a partir de entonces las fotos que he ido poniendo sobre estos temas, no llevan pintura roja, contienen sangre de la verdad. De la que habrán vertido las mujeres asesinadas. Que igual así es menos ofensivo.
Así que para este año nuevo te pido por esta carta, como lo he hecho ya en mis múltiples envíos de mensajes, que cambies de una vez la porquería de normas comunitarias que tienes.
Que siendo una de las más redes sociales importantes que existen y, muy a mi pesar, que crean opinión, te cuestiones y soluciones ser cómplice de los mensajes, la intención y el efecto que hacen todas esas páginas basura que mantienes.
Y ya de paso, que por pedir no quede, plantéate también el eliminar a los perfiles personales de quiénes son tan ignorantes que, hasta para insultar, cometen faltas de ortografía.
Ya sé que esto es un exceso para ti pero te lo pido por una buena causa, lo prometo. Es por la recuperación de mis ojos originales que llevan sangrando mucho tiempo, y cada día más, cuando leen un “veros a la mierda” o un “que las feminazis se ballan a recibir clases de umor”. Me lo merezco ¿no crees?
Y creo que no tengo nada más que decirte. O sí. Que voy a seguir utilizando la herramienta que ofreces para poder comunicar mis inquietudes y propuestas. Aunque no me hagas ni caso. Y que no pienso dejar pasar ni una sola para recordarte que tus normas comunitarias son machistas, son homófobas, son racistas y xenófobas. Que eres cómplice de todo ello, y lo sabes.
Además conoces mejor que yo que lo de las redes sociales molonas y populares dejan de serlo, de un día para otro, cuando aparece alguna otra más chachi, con normas comunitarias más deplorables que la tuyas. Y, es cuando, te levanta el mercado. Que la sociedad somos así de desagradecida. Y entonces tú les mandarás denuncias. Y su respuesta será que tus denuncias, llenas de remilgos, se la traen al pairo. Así que te quedarás sin tu red social molona pero seguirás siendo cómplice de por vida de haber retroalimentado que la humanidad sea mucho más asco de lo que ya es.
Querido Facebook, como sé que no te va a molestar, porque no infringe tus normas, quiero que sepas que sueltas un tufo a ponzoña y veneno que tira para atrás, y que tus criterios no son más que el fiel reflejo de la basura que mantienes.
Atentamente.
Yo.