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Cantabria pone a prueba su nuevo semáforo COVID por municipios en el primer fin de semana sin estado de alarma con el ojo puesto en la movilidad externa

Reapertura del tráfico entre Cantabria y Euskadi tras el fin del estado de alarma.

Rubén Alonso

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Tras el fin del estado de alarma que tuvo lugar en la madrugada del sábado al domingo, Cantabria encara el primer fin de semana sin las medidas que este marco legal establece, como el toque de queda, los cierres perimetrales y la limitación de reuniones sociales.

No obstante, la comunidad ha implantado desde el miércoles un nuevo modelo para contener la cuarta ola basado en restricciones individualizadas por municipios, en función de la situación epidemiológica de cada uno. Así, la primera relación de cada uno de ellos con su nivel de alerta desprende que Cantabria tendrá este fin de semana el 90% de los municipios con el interior de la hostelería abierta, con un tercio de su aforo.

Tan solo diez mantendrán los interiores clausurados a la espera de que la próxima semana se actualice el semáforo COVID que ha diseñado el Gobierno autonómico y que permite abrirlos, con limitaciones de aforo, tan solo en los dos más bajos. Por lo pronto, en nivel 4, el más elevado, se encuentran Marina de Cudeyo, Santa María de Cayón, Colindres y Liérganes; y en nivel 3 Castro Urdiales, Reocín, Medio Cudeyo, San Felices de Buelna, Valdeolea y Los Corrales de Buelna.

Y en este contexto, Sanidad pone a prueba este modelo con el ojo puesto en la movilidad externa que está permitida tras el levantamiento del estado de alarma y que se concentra principalmente en las localidades más turísticas de la región y con mayor afluencia de visitantes procedentes, en su mayoría, de Euskadi. “Tenemos que estar muy atentos por cómo la llegada de gente de fuera afecta a los municipios, ya que suele concentrarse en áreas determinadas”, manifestó esta semana el consejero, Miguel Rodríguez.

El semáforo COVID establece los niveles en función de la incidencia acumulada a siete días tanto en población general como en mayores de 65 años. A nivel global, la comunidad está conteniendo la cuarta ola, con descensos diarios en las tasas de contagio y en la presión hospitalaria, con lo que Sanidad espera mantener esta tendencia pese a la relajación de las medidas que se ha llevado a cabo en la mayor parte de los municipios, que se sitúan en el nivel 2 de alerta.

Entre las localidades con peor panorama epidemiológico se encuentra Castro Urdiales, ciudad limítrofe con Euskadi y habitual de visitantes y turistas procedentes de Bizkaia. No obstante, su incidencia COVID está cayendo progresivamente con 164 casos a siete días, cuando ha estado recientemente por encima de los 200. Colindres, por su parte, en una situación de riesgo muy alto, ha expresado su “descontento” con el criterio de Sanidad y ha solicitado que se establezcan factores correctores por población.

Y Santoña, pese a encontrarse en nivel 2, ha manifestado su “preocupación” por la llegada de visitantes de Euskadi y ha anunciado que extremará la vigilancia de las medidas este fin de semana. Precisamente sobre el control de las restricciones, Delegación de Gobierno anunció dispositivos especiales de Guardia Civil y Policía Nacional para disuadir botellones, haciendo además un llamamiento a la “responsabilidad individual” para evitar este tipo de prácticas.

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