Cuando Murcia afirma que sin el trasvase Tajo-Segura “no existirían” las Tablas de Daimiel
El Congreso de los Diputados debate en la tarde de este martes una Proposición de Ley relativa al mantenimiento del trasvase Tajo-Segura presentada por la Región de Murcia. La defenderá el presidente autonómico, Fernando López Miras, ante el hemiciclo.
La propuesta busca blindar el trasvase y evitar la aplicación de nuevas reglas de explotación del acueducto que implicarían enviar menos agua. Entre otras cosas para garantizar el caudal ecológico del río Tajo en todo su curso en territorio español, tal y como avalan varias sentencias del Tribunal Supremo.
Desde Murcia sostienen que el acueducto ha sido “un instrumento vertebrador del territorio” que ha “contribuido notablemente al desarrollo económico y social de las cuencas receptoras”, es decir, Alicante, Murcia y Almería, pero también se asegura que “se ha beneficiado la cuenca cedente”.
Entre los beneficios para la cuenca cedente, situada en varias comunidades autónomas, aunque el agua sale de la cabecera del Tajo, entre Cuenca y Guadalajara, la propuesta de Murcia asevera que sin el trasvase Tajo-Segura, “no existiría hoy un paraje como el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, a quien nutre de agua”.
Una premisa que, según comentaba estos días la consejera de Desarrollo Sostenible en Castilla-La Mancha, Mercedes Gómez no es cierta. “Es falso”, coincide Rafael Gosálvez, profesor de Geografía Física en la Universidad de Castilla-La Mancha.
“¿Dónde han visto eso?”, se preguntaba también la consejera, recordando que salvo en alguna “pequeña ocasión”, hace ya años. Se trasvasaron por encima de los 2 hectómetros cúbicos de agua porque se quemaron las turbas -la materia orgánica casi toda vegetal que se acumula bajo el agua del parque nacional- en periodo de sequía extrema.
Una cantidad ínfima de agua porque lo habitual en las Tablas de Daimiel, cuando hay peligro de incendio subterráneo, es que se active la batería de pozos de emergencia. Es decir, se usa el agua subterránea de reserva del río Guadiana para evitarlo o combatirlo, como confirma el profesor Gosálvez.
Las Tablas de Daimiel llevan años en peligro de desaparición, pero los colectivos ecologistas sostienen que el trasvase de agua desde el Tajo tampoco es una solución. De hecho no lo ha sido. De momento ni siquiera ha llegado a aplicarse de manera regular. La batalla interna en Castilla-La Mancha - más allá de la otra 'guerra del agua'- está en cómo conciliar el desarrollo económico y agrario en Ciudad Real con el equilibrio ambiental del humedal.
Lo que sí es cierto, es que se ha utilizado agua del trasvase Tajo-Segura como parte de las pruebas para la puesta en marcha del primer ramal de la llamada tubería manchega que permitirá dotar de agua de calidad para beber a esta zona.
Ocurrió en el año 2010 con la prueba inicial y después en el año 2023 cuando se envió agua clorada para limpiar la propia tubería. Las obras de la infraestructura permanecieron varios años paradas durante la época de “recortes” derivada de la crisis financiera de 2008.
Hace un año la hoy ex directora de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha Mercedes Echegaray recordaba que las reglas de explotación del trasvase incluyen la reserva de agua para la Mancha, para beber y para el humedal. Abogaba por buscar el equilibrio y, decía, “quizá el mantra pasa por la tubería manchega” que permitirá disponer de un máximo de 30 hm3 para abastecimiento y 20 para el humedal al mes.
Ahora, en pleno proceso para cambiar las reglas de explotación del trasvase vuelve a ponerse sobre la mesa el debate infinito sobre agua en España y, en particular la de la cuenca del río Tajo que discurre entre Castilla-La Mancha, Madrid, Extremadura y Portugal.
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