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Los primeros agentes de la Guardia Civil en testificar relatan episodios de violencia el 1-O y en las semanas previas

Un guardia civil desciende de un vehículo el 1-O

Pedro Águeda / Oriol Solé Altimira

Los primeros miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que han declarado en el juicio del procés han respaldado la tesis de que en las semanas precedentes al referéndum del 1 de octubre de 2017 se produjeron continuos episodios de violencia, ya fuera en los registros del 20 de septiembre o en la misma jornada de la votación.

“Masa”, “tumulto”, “actos violentos”, “terror”, “rabia descontrolada” o “intento de asalto”, han sido las duras expresiones que se han pronunciado este martes por parte de cuatro de los siete agentes que estaban citados para testificar, todos ellos a petición de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado. Los guardias civiles han descrito un escenario opuesto al pacifista que han dibujado los acusados y testigos soberanistas.

Este martes, un guardia civil y jefe de la Policía Judicial en la provincia de Barcelona, ha coincidido con el exdelegado del Gobierno en Catalunya Enric Millo sobre dos guardias civiles pateados en la cabeza y el uso de “producto deslizante” (Fairy, declaró el político) en distintos centros de votación. El comandante ha sido el único de los testigos este martes que tuvo una participación activa el 1-O y ha descrito con crudeza el “hostigamiento” con el que los agentes fueron recibidos en 19 colegios de la provincia de Barcelona.

El mando ha hablado de lanzamiento de sillas metálicas y de madera a sus agentes en dos colegios y otros tantos intentos de atropello, con una moto y un vehículo rural, en otras intervenciones. También ha calificado de “muy grave” el asalto en una ubicación distinta a un guardia civil al que “la masa” le quitó por la fuerza el casco, el escudo y la defensa para después golpearle. Estas dos últimas agresiones ya fueron recogidas por el jefe de la Guardia Civil en Catalunya, Ángel Gozalo, en un informe en el que expuso al TSJC los incidentes del 1-O; no así el episodio con “producto deslizante” del que han hablado Millo y este mando.

La exposición de una violencia activa contra los agentes por parte de algunos votantes el 1-O no ha sido la única confirmación de las tesis de la Fiscalía sobre la violencia que ha realizado el agente. El comandante también ha avalado la supuesta inacción de los Mossos d'Esquadra para impedir la votación y ha destacado que en los dos únicos colegios en los que se encontraron con un dispositivo de la policía catalana más allá de los “binomios” fue en los que la gente les dejó acceder sin problemas.

Incluso ha dicho que en algunos colegios la patrulla de Mossos “recriminó” la actuación de la Guardia Civil. Pero, ha añadido, no encontraban urnas porque las habían “escondido”, en alusión a una supuesta connivencia entre policías autonómicos y votantes. Ese mismo mando, a preguntas de las defensas, ha concretado que no presenció in situ ninguna de las agresiones sino que le fueron reportadas por sus agentes, de los que ha tildado su actuación de “proporcionada”. También ha dicho desconocer cuántos de ellos están siendo investigados por golpear injustificadamente a los votantes.

Ese mismo guardia civil, comandante, estuvo en el registro de Unipost del 19 de septiembre, donde se incautaron de miles de sobres con notificaciones para los miembros de las mesas del 1-O. De éste ha dicho que se concentró una “masa” que no dejaba moverse al convoy al término de la actuación policial. Fueron los Mossos, ha relatado, los que tuvieron que descender de sus coches y, “en algún caso”, utilizar las defensas. El comandante ha dicho que los agentes fueron “filmados”, “grabados”, “hostigados” e “increpados”.

El 20-S en Exteriores

El testimonio más rebatido por las defensas, ha sido, sin embargo, el del jefe del dispositivo de seguridad que acompañaba a la comisión judicial que registró la Conselleria de Exteriores el 20 de septiembre en presencia de uno de los detenidos de la jornada, el jefe de tecnología de la conselleria, Xavier Puig. Este agente ha expuesto un escenario desconocido hasta ahora que incluye violencia como, ha afirmado, él no ha visto en peligrosas operaciones contra el crimen organizado y el narcotráfico en las que ha participado durante 25 años.

El agente ha descrito una protesta que era pacífica que se fue tornando en violenta, según su apreciación, y que incluso temió por que decidieran asaltar la Conselleria. De un par de decenas se pasaron a entre 200 y 300 manifestantes que, cuando los agentes procedieron a sacar al detenido del edificio, “tiraron agua, botellas...”. Se trató de “una lluvia” de objetos que luego no ha podido concretar en si fueron dos o cinco.

“La multitud –ha añadido– se agolpó de tal manera que quisieron sustraer al detenido de la cápsula de seguridad”. Y ha añadido: “Intentaban sustraerlo [a Puig], lo agarraban por el cuello y ropa y hubo forcejeos”. De hecho, según el guardia, después de salir de delante de la Conselleria el detenido “dijo que fue un capítulo de terror total”. “Realmente pensé que intentaban asaltar el departamento”, ha remachado. Minutos antes se había vivido una escena similar cuando salió del edificio la secretaria que levantó acta del registro, que acabó llorando dentro del coche, ha indicado el guardia.

Este agente ha hablado de una negativa total de los cinco o seis mossos a actuar y de que le informaron de que los antidisturbios estaban desplegados en otros puntos de la ciudad y no podían acudir. Imágenes de los hechos muestran a policías autonómicos de los ARRO, uno de los grupos de intervención, en la zona y retirando a manifestantes. La abogada de Jordi Cuixart ha solicitado que se proyectaran los vídeos, lo que ha motivado una nueva negativa del presidente del tribunal, acompañada esta vez de una queja por parte de Manuel Marchena.

El juez ha considerado que eso dilataría más aún la vista y que no es necesario porque van a ser parte de la prueba que va a considerar el tribunal para formarse criterio. Marchena no ha escondido su enfado por la protesta formal que realizaron las defensas el viernes ante la negativa a exhibir vídeos para contradecir a los testigos. “Se están presentando escritos sobre este tema que parece que da la impresión de que queremos una pieza separada en documental sobre decisiones que se están tomando en el juicio”, ha aseverado el magistrado.

El punto álgido de la protesta, según el agente, se vivió cuando la entonces presidenta del Parlament, Carme Forcadell, pasó en su coche oficial frente al departamento y desde el vehículo, añade el guardia, movió la mano para “agitar a la masa”. Cuando Olga Arderiu, abogada de Forcadell, le ha preguntado por qué no lo declaró nueve días después ni lo hizo constar en ningún atestado, ha dicho que ha sido porque “le ha salido ahora”. La abogada ha pedido que se le recordara que podría incurrir en falso testimonio al no estar documentado en ningún atestado de la causa.

Jordi Pina, letrado de Sànchez, Rull y Turull, también ha intentado restar relevancia al relato del testigo contradiciéndole con lo que expresó en su atestado de ese día. Y es que este martes el agente ha dicho que un coche policial resultó dañado en un cristal y en el limpiaparabrisas debido a los golpes de los concentrados, pero no lo reflejó en su atestado sobre el registro. Asimismo, a preguntas de Xavier Melero, el agente ha reconocido que pese a la gravedad del momento no tuvo que hacer ademán de emplear su arma a modo disuasorio.

En la sesión matinal de la jornada, las defensas también han protestado por la limitación que, a su juicio, realiza el tribunal al no permitir la exhibición de vídeos o documentos para contradecir a los testigos. Ha sido cuando el segundo agente en declarar ha atribuido a uno de los testigos del juicio, el diseñador gráfico Enric Vidal, una declaración que no había hecho, en el sentido de que Òmnium habría encargado cartelería para el referéndum y que lo abonaría la Generalitat.

La letrada de Jordi Cuixart, Marina Roig ha recordado que Vidal, ni en instrucción, ni en su declaración en el juicio, había dicho tal cosa, ya que no consta en los atestados. Ante su insistencia por que esta circunstancia quedara puesta de manifiesto, el presidente del tribunal ha recordado al testigo su obligación de decir verdad. Por su lado, el primer agente en comparecer ha afirmado que hubo “un asedio” en Economía el 20-S pero ha admitido que el registro se efectuó “con normalidad”.

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