Los agricultores alertan de robos de olivas ante los altos precios del aceite
El encarecimiento a niveles históricos del precio del aceite de oliva lo ha colocado como un objetivo de los ladrones. Tras denunciarse ya robos en olivares y almazaras de Andalucía y Extremadura, estos ya han llegado también a las comarcas del interior de la Comunitat Valenciana.
Así la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) advierte de que estos robos se están produciendo coincidiendo en el tiempo con la apertura de centros de recepción. Este colectivo ha señalado un caso concreto n la Hoya de Buñol donde un agricultor ha denunciado el robo este pasado fin de semana de 600 kilos de aceitunas en 18 olivos de su propiedad. Además, este olivicultor sufrió unos días después un segundo robo afectando a los olivos restantes de su terreno, por lo que ha presentado una segunda denuncia. “Por las huellas que han dejado y no se han molestado en ocultar, debe tratarse de un grupo de tres personas que acudieron al campo con la maquinaria idónea para la recogida de aceitunas. Fueron a los árboles que tenían más cosecha y actuaron de manera muy organizada y rápida”, declara.
La organización agraria alerta de que los robos añaden más dificultades a los olivicultores valencianos, puesto que las perspectivas de producción apuntan a un desplome del 50% respecto a un aforo normal debido a la falta de lluvias en las comarcas interiores de la Comunidad Valenciana, así como a varios temporales de pedrisco y a elevadas temperaturas en primavera.
Ante esta situación tanto AVA-ASAJA como La Unió han pedido a la Delegación del Gobierno que extreme la vigilancia tanto en los campos de olivos como en los centros de recepción y las almazaras que pueden adquirir mercancía robada y generar un mercado negro de aceitunas para la elaboración de aceite de oliva.
La Unió Llauradora ha solicitado que esta vigilancia se extienda a aquellos cultivos que ahora que están en plena de campaña de recolección como las olivas, pero también cítricos, almendras o la uva de mesa, entre otras. Este colectivo indica que una oleada de robos, junto con la disminución de cosecha por problemas meteorológicos en la mayor parte de producciones, provocaría la pérdida de ingresos para las personas afectadas después de todo un año de intenso trabajo. Señala además que los robos se suelen cometer a pequeña escala para que sean considerados como hurtos y no robos, evitando consecuencias penales para los delincuentes.
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