El nuevo gigante de Calp causa grietas en las viviendas colindantes
Vecinos al borde de la desesperación. La nueva torre de 21 pisos que se está alzando en la calle Holanda de Calp, otro nuevo gigante urbanístico, está provocando serios desperfectos en las viviendas colindantes localizadas en el edificio anexo Las Olas, donde han aparecido grietas tanto en el interior de los pisos como en las zonas comunes. La cuestión es seria. Los propietarios afectados han tenido que apuntalar incluso la piscina por serio riesgo de hundimiento.
La causa es que la flamante torre vecina, cuyas obras avanzan a marchas forzadas hasta el punto de que su estructura de hormigón es ya bien visible, se está alzando a tan sólo 6 metros de las viviendas de Las Olas, cuya comunidad de propietarios ha denunciado a la promotora ante el juzgado.
Las grietas aparecieron en todos los pisos prácticamente desde que comenzó la obra y se colocaron en la parcela de la torre postes de hormigón de más de veinte metros de largo “pegados nuestra finca y clavados a golpes”, según señala un propietario, quien añade que “los ruidos y las vibraciones han sido terribles”.
Los trabajos han llegado a efectuarse incluso fuera del horario permitido en verano, una situación que sólo se remedió después de que los vecinos llamaran hasta en 3 ocasiones a la Policía Local.
Por si fuera poco, los peritos a los que han acudido estos propietarios sostienen que a medida que el nuevo edificio entre en carga, es decir, que se vayan añadiendo nuevas plantas hasta alcanzar las 21 previstas, los destrozos en Las Olas van a ser aún mayores. Uno de los muros perimetrales de este último bloque está ya a punto de caerse.
Un símbolo más
Lo que está sucediendo en la calle Holanda se erige así en otro símbolo más de la peculiar expansión urbanística que Calp está viviendo en los últimos tiempos bajo el gobierno del popular César Sánchez gracias a las continuas modificaciones del Plan General.
Una de ellas es la que ha permitido que la torre se esté levantando a sólo 6 metros de otro bloque y en una zona donde hasta ahora sólo existían edificios de 8 alturas como mucho. Gracias a ese cambio en el planeamiento, aunque la parcela no tenía la superficie requerida, el promotor ha podido alzar en ella la nueva construcción a cambio de realizar un edificio más estrecho y con más alturas.
Es lo mismo que va a suceder en el polémico plan de El Saladar: de nuevo otra modificación del PGOU ha permitido suprimir el límite de las alturas para concentrar allí la edificabilidad a la que tenían derecho los propietarios del yacimiento romano Baños de la Reina, que ahora podrán construir en una zona de gran sensibilidad medioambiental y muy próxima al humedal de Les Salines.