Las llamadas a la teleasistencia retratan el caos en la gestión de la dana: la “mayoría” de las muertes fueron previas al Es-Alert

Antes de las 17.00 del 29 de octubre de 2024, mientras que el president Carlos Mazón permanecía en el restaurante El Ventorro comiendo con Maribel Vilaplana y se iniciaba la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi), ya había fallecidos en Utiel. Y, antes de las 20.11, cuando por fin llegó el mensaje Es-Alert a los móviles, la “mayoría” de víctimas habían fallecido. Así de contundente se expresa la jueza instructora de la causa de la dana en un auto dictado este miércoles en el que acuerda que se incorpore al procedimiento el documental de TVE 'Cecopi: les hores crítiques'.

La magistrada, tras más de un año con las diligencias abiertas, ya cuenta con elementos suficientes para acreditar las horas de la mayoría de fallecimientos respecto a la operativa de respuesta a la emergencia de la dana.

La instructora recuerda que el retraso en la convocatoria del Cecopi “no solo era manifiesto con carácter general para la organización de las medidas de protección a la población”. Al inicio de la tardía reunión, “ya no se podían adoptar medidas para salvar la vida de las víctimas de Utiel”. En la localidad, “a dicha hora habían fallecido en su mayoría o estaban a punto de fallecer”, agrega la magistrada. “Lo mismo”, apostilla, “sucedió en localidades como l'Alcúdia, Godelleta, Turís y Torrent”.

El auto, uno de los más duros de los últimos meses de instrucción, alude como prueba relevante a las llamadas a la teleasistencia de los fallecidos que estaban conectados al servicio el día de la tragedia. Una de las llamadas se hizo por parte de la hija de A. P. O., vecina de Utiel de 90 años, a las 15.51. La mujer alertó de que Utiel ya estaba inundada y expresó la “preocupación” que sentía por su madre, “que desgraciadamente se hizo realidad”, agrega la jueza.

La jueza ya cuenta con las transcripciones de las llamadas al servicio de teleasistencia de la hija de la nonagenaria, que vivía sola en una planta baja acompañada por una perrita. El teléfono fijo de la mujer se había cortado y la operadora de la teleasistencia llamó al teléfono 112 y a la Policía Local de Utiel para alertar de la situación de la mujer.

“Me temo lo peor”

La Policía Local le dijo que no estaban haciendo rescates. La operadora llamaba a continuación a la hija de la mujer, completamente desesperada. “Con 90 años y si tiene la casa medio llena de agua, no sé cómo estará ya”, decía la hija.

La mujer conocía de primera mano la situación en Utiel: “Esto está muy mal, y yo me temo lo peor. (...) Ella no se puede mover, y estaba entrando el agua”.

En una de las últimas llamadas, la operadora del servicio de teleasistencia de la Generalitat describía la situación: “Una barbaridad, pero es que no es solo ahí, hay muchos pueblos como el tuyo. Esta todos los servicios saturados”.

La trabajadora reseñaba las localidades afectadas: Paiporta, Catarroja o Algemesí. “Todos los servicios están saturados, no contesta ni Dios, te cuesta un montón que te puedan coger [el teléfono]”, decía.

En el último audio transcrito, la hija de A. P. O. le dice a otro operador: “De momento yo creo que han parado la búsqueda, pero que pensamos que está dentro de la casa con todo el agua”.

Los “cortes continuos” en el Cecopi

Esa era la tétrica situación sobre el terreno. Mientras tanto, la operativa de coordinación ante la emergencia era igual de caótica. La reunión del Cecopi se desarrolló a trancas y barrancas. A pesar de estar convocada a las 17.00, empezó un cuarto de hora más tarde por problemas técnicos. “No se celebró inmediatamente tras su convocatoria”, indica la jueza.

Además, hubo dos largas pausas, muy cuestionadas por la instructora, que alude a los “cortes continuos” y a las “desconexiones de los intervinientes presenciales para reflexionar”.

En la reunión del Cecopi, “ya no se podían adoptar medidas para salvar la vida de las víctimas de Utiel, ya que a dicha hora habían fallecido en su mayoría o estaban a punto de fallecer”, concluye la magistrada.

Muertes antes y después del Es-Alert

El otro hito de la jornada se produjo a las 20.11 con el envío a los móviles de la población de la provincia de Valencia del mensaje Es-Alert. Antes de esa hora, recuerda la instructora, “la mayoría de víctimas habían fallecido”. Previamente al envío del Es-Alert, consta en la causa que la esposa de uno de los ancianos conectados a la teleasistencia recurrió desde su vivienda de Paiporta al servicio a las 18.52.

El usuario de la teleasistencia “pereció finalmente”. Otras de las fallecidas, de Picanya, recurrió al servicio de teleasistencia a las 18.54, “expresando su temor al ver que el agua entra en su domicilio”. Los operadores contactaron con ella a las 19.04, aunque “después ya no fue posible”.

Tras el envío del Es-Alert también hubo fallecidos. La magistrada recuerda el caso de un padre y su hijo que murieron en Sot de Chera. La madre y esposa de las víctimas pasó con su hija de ocho años toda la noche “junto al cuerpo sin vida del menor”, recuerda la jueza instructora.