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Mollà fulmina al gerente de la Epsar, gestor de las 460 depuradoras públicas valencianas, tras cuatro años perpetuando el modelo del PP

Enrique Lapuente, gerente de la Epsar.

Sergi Pitarch

Valencia —

Ni un cambio y con balones de oxígeno para sus antecesores nombrados por el PP. Así se acaban este jueves los cuatro años de Enrique Lapuente como gerente de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar), la sociedad que gestiona las 460 depuradoras de la Generalitat Valenciana que fue saqueada por la trama Emarsa con más de 11 millones de euros durante los años 2004 y 2010.

El consejo de administración de la Epsar aprobará esta mañana la salida del alto cargo mientras la consellera Mireia Mollà ya trabaja en la búsqueda de un nuevo o nueva dirigente que aplique las políticas del Gobierno del Pacte del Botànic, según han confirmado fuentes de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica. La decisión ya ha sido comunicada al actual responsable.

Enrique Lapuente llegó a la Epsar con los nuevos tiempos botánicos de la mano de la exconsellera Elena Cebrián y de Verds-Equo. Una persona llegada del mundo empresarial, pero que desde el primer momento dejó claro que pocos cambios iba a hacer en el funcionamiento de la entidad. De hecho, mantuvo en su equipo directivo a la docena de cargos que habían nombrado sus predecesores del PP, incluso el condenado a cárcel por el caso Emarsa José Juan Morenilla.

La confianza de Compromís en el gerente, pero también de miembros del consejo de administración en representación socialista como Ramón Marí, fue desgastándose durante la pasada legislatura. Uno de los momentos clave fue cuando la Intervención General puso en cuestión unos contratos de la Epsar en obras de urgencia y de la Copa América y Lapuente salió en defensa de los anteriores gestores del PP. No solo no investigó un tema que denunciaron los socialistas en la legislatura 2011-2015, sino que hizo alegaciones que defendieron la gestión de Morenilla.

No fue menor el palo que la Sindicatura de Greuges dio a Lapuente por la opacidad de su gestión. El órgano fiscalizador emitió un demoledor informe contra el gerente de la Epsar en el que le afeaba que no le entregara información relevante en un expediente abierto contra la entidad y su trabajo. El defensor del pueblo valenciano censuró que Lapuente demorara un año y siete meses la contestación a un recurso de una empleada que reclamaba que se sacaran a concurso tres puestos de trabajo cubiertos a dedo en la etapa del PP.

Concretamente, estos empleos -uno de ellos cargo directivo- los ocupan Patricia Stuyck Pons -prima del eurodiputado valenciano Esteban González Pons-, el concejal del PP de Aldaia Héctor Ferrandis y la secretaria del actual Consejo de Administración, Sabela García.

Otras polémicas que han envuelto a la entidad dirigida por Lapuente han sido la contratación con la empresa pública Proaguas de Alicante en ámbitos que no le correspondían. En ese caso, con premio indirecto para su predecesor en la Epsar, Juan Luis Martínez Muro, directivo de esta sociedad.

Recientemente, el gerente que este jueves acaba su mandato inició un proceso contra la empresa DAM porque su propietario podría serlo también de la controladora de seis plantas depuradoras. Será la única acción hecha en cuatro años para corregir años de dudosa gestión popular. En el haber de Lapuente también quedará la reducción de la deuda de la Epsar, aunque a costa de las inversiones.

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