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Agendando intereses

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Después de tantos meses viendo cuán heterogéneos son los miles de ciudadanos que salen a la calle en València casi todos los días 29 de mes y el sentimiento de lo que reivindican, lo demás queda tan falso. Tras tantos sentidos parlamentos escuchados, de personas que han perdido lo más preciado que tenían sin que casi nadie les dé la más mínima explicación, nos llega la manifestación del lema impronunciable. Se coloca el término mafia, pero luego no sale de la boca del convocante. Y así todo. Esa es la actitud. Y los que tiene a su alrededor lo saben. Algunos, incluso, vieron la foto en directo. Contemplaron como Núñez Feijóo sonreía, debilitado por el plante y la entrevista de Díaz Ayuso. Como figuraba entre los duros, tutelado por Aznar. Cuando en realidad parecía tan convidado de piedra como Rajoy.

Ese es el líder que acaba de unir su destino al de Carlos Mazón. Otro bandazo de Génova, después de estar informados al minuto (aunque sin llamadas en el registro) y de reclamar la emergencia nacional para apartar a la Generalitat del mando de la tragedia. Tras haber evitado las fotos y hasta señalar errores, ahora, según se acerca el congreso del PP, Mazón recupera un sitio en el partido. Cerca de Feijóo, en Alicante y, por supuesto, a puerta cerrada, lejos, muy lejos, de la gente que le pide explicaciones. Le dejan un hueco ante la reunión popular de la revisión de las primarias que no quiere el gallego y reclama la madrileña. Foto con el Feijóo más necesitado de los últimos meses. No con Ayuso ni con Moreno Bonilla.

Extraño equilibrio el que hacen en el alambre. Mazón para seguir vivo. Feijóo para salir indemne del congreso. Si los aliados del presidente gallego son todos como el valenciano, llegará pronto el día en que dirá que ya no preside el PP porque no quiere. Al contrario que Mazón, que sí quiere. Quiere ser President y, en la montaña rusa en la que vive cada día, ahora le toca un impulso distinto. Como la mayoría, contradictorio con los anteriores. Recibe el afecto de la gente a la que le pagan el autobús para la excursión a Madrid. Se abrazan a él y lo recibe tan contento. Como si fuera espontáneo, como si fuera real. Pero no lo es. Como no lo es el apoyo de Feijóo. Su debilidad es tan grande que le sirve cualquier aliado. Hoy. Mañana, no. Mazón sirve para sumar compromisarios al congreso. Después su valor volverá a ser negativo. Pasado el cónclave, los apoyos congresuales serán historia y los presupuestos aprobados, un arma para cualquier diputado/a popular al que le abran la puerta del despacho más grande del Palau. Dijo el presidente del PP que Pedro Sánchez debería hablar con la gente. Y Mazón asentía con la cabeza. Quien no puede salir a la calle o dar un discurso en una asociación afín dando lecciones de contacto popular.

Y mientras se habla de mafia, pese a la foto con el narco en la retina de todos, se hacen imitaciones como si el club de la comedia estuviera haciendo casting. ¿Aún no han entendido que no es momento de hacer bromas ni burlas? En la comunidad donde la fiesta no acaba nunca, no tocan espectáculos de humor. Ni aunque tuvieran gracia. Las víctimas de la riada, esas que ahora sí son dignas de comparecer en les Corts, merecen mucho más respeto. La reconstrucción a la que Feijóo dice en público que fía el futuro del presidente valenciano también tiene que ser moral. Y esa no se hace con imitaciones.

Entre manifestaciones y abrazos nos ha llegado una de las casualidades de la agenda. El día del registro a Ábalos en València, llega el espaldarazo de Feijóo a Mazón en Alicante. Habría sido extraño que la Guardia Civil encontrara algo en casa del ex dirigente socialista después de tanto tiempo. No le queda nada, ni bueno ni malo. Solo el cráter que ha dejado al estrellarse. Falta determinar el daño que hace la caída del prohombre del PSOE en el impulso de los socialistas valencianos, confiados en el desgaste de Mazón mucho más que en construir su alternativa. Y entre espectadores de lujo, imitadores sin fuste y ex ministros en camiseta, la antipolítica sigue ganando enteros. Y mientras, Compromís sigue pensando en qué quiere ser de mayor. Vistos los antecedentes, lo decidirán la tarde antes de necesitar cerrar una candidatura para las elecciones que antes se convoquen. Y así, llegaremos a otro día 29.

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