Podemos multiplica por 10 la asistencia a sus asambleas tras el éxito electoral
Parados y funcionarios. Yayoflautas y jóvenes desencantados. Gente con experiencia en otros partidos y personas sin ninguna trayectoria política. Centenares de personas, hasta 1.000, según algunos cálculos, acudieron el domingo al Puerto de Valencia a la asamblea de Podemos en la ciudad. Hasta ahora, no llegaban a la centena de participantes, pero Podemos es el partido que ha puesto patas arriba (o al menos lo pretende) la escena política española, y con ella la valenciana.
Los representantes de Podemos –desconocidos en la escena pública, presentados por sus nombres de pila, Jordi, Sandra, Nino, Rubén, Alex- desgranaron ante los asistentes las propuestas básicas del partido. Lo hicieron ante un público dispuesto en círculos, nombre que recogen las agrupaciones locales o comarcales en las que, de momento, se organiza la formación, sin sede física ni estructura de organización clásica.
Los miembros de Podemos pusieron entusiasmo para superar los problemas de organización causados por la avalancha de gente. Mientras algunos explicaban su credo –“no somos de extrema izquierda, somos de extrema necesidad”- otros atendían las colas de personas interesadas en recibir información del partido de primera mano. En otro lado, se vendía material promocional –camisetas o chapas- con el que sufragar los gastos, de momento exiguos, del partido. Podemos ya tiene los votos (143.000 en las europeas sólo en la Comunitat Valenciana, quinta fuerza política) y ahora quiere tener gente.