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El PP busca las alcaldías de las siete ciudades valencianas más pobladas: ¿En qué grado depende de Vox?

El alcalde de Alicante y candidato del PP a la reelección , Luis Barcala (i) la candidata de Vox a la Alcaldía de Alicante, Carmen Robledillo (c), y el 'número 2' de Vox, Mario Ortolá (d), en la ronda de contactos con los partidos políticos.

Toni Cuquerella

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El próximo 17 de junio el PP puede pasar a gobernar las siete ciudades valencianas más pobladas, cuando en el anterior mandato únicamente lo hacía en una de ellas. Las alcaldías de València, Alicante, Elche, Castelló de la Plana, Torrevieja, Torrent y Orihuela están a su alcance, pero no lo tiene igual de fácil en todas ellas, y en la mayoría depende de la ultraderecha de Vox.

Donde ya tenía la alcaldía es en Torrevieja, y renovará el gobierno porque amplió su mayoría absoluta de modo aplastante, con 16 de los 25 concejales del pleno municipal. Aquí los dos concejales conseguidos por Vox no tienen ningún peso de decisión, pero es el único lugar donde eso ocurrirá.

En un segundo escalón están València, Alicante, Castelló de la Plana y Orihuela. En estos municipios el PP fue la fuerza más votada, pero no ha llegado a alcanzar la mayoría absoluta, por lo que depende de Vox para contrarrestar al bloque de partidos de izquierda. En estos casos la ultraderecha tiene fuerza para dar estabilidad al gobierno para todo el mandato de cuatro años, pero no son imprescindibles para que el PP obtenga las alcaldías, ya que de no conseguirla con los votos de una mayoría absoluta de PP y Vox, la puede obtener en una segunda vuelta por ser la fuerza que obtuvo más votos.

Por ello esta situación hace que el PP pueda permitirse marcar distancias -como ha manifestado el propio alcalde de Alicante, que ya ha rechazado a Vox en su gobierno- ante un improbable apoyo de la ultraderecha a algún candidato de la izquierda. El inconveniente de esta situación es la posibilidad de un gobierno inestable, condicionando temas capitales como los presupuestos anuales, cuya aprobación siempre estará en manos de Vox -o de los otros partidos de la oposición-.

En el último escalón están Elche y Torrent, donde el PP no ha sido el partido más votado, sino que ha quedado en segundo lugar. Aquí no se escucha por ningún lugar el mantra recurrente de dejar gobernar a la lista más votada. El PP necesita en estos casos amarrar el apoyo de Vox antes de llegar a la investidura, y aquí la ultraderecha se puede permitir ser más exigente, ya que si los populares no reciben su apoyo quienes alzarán la vara de mando serán los candidatos socialistas. No obstante, si PP y Vox no llegaran a un acuerdo inmediato la posibilidad de la moción de censura siempre sería una espada de Damocles sobre las cabezas de los alcaldes a la que podría recurrir la derecha en cualquier momento.

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