El Puerto de València utilizó para tapar las críticas a la ZAL la misma consultora que el PP con el accidente de metro
Dos conflictos entre administraciones y sociedad civil por motivos bien diferentes pero con un común denominador: el uso de una gran consultora de comunicación por parte de los poderosos para ganar el relato de cara a la opinión pública.
Es lo que sucedió tanto en el caso de la construcción de la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del Puerto de València en la huerta de la Punta como en el del accidente de metro que dejó 43 muertos y 47 heridos. En ambos casos la firma H&M Sanchis estuvo contratada por los organismos públicos, pagada por tanto con los recursos de todos, para desacreditar a las entidades críticas y lograr sus fines.
En el del accidente de metro de València, un exdirectivo de Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana (FGV) reconoció que los cargos de la empresa mantuvieron reuniones con representantes de HM Sanchis para preparar la comisión de investigación que se convocó en las Corts Valencianes tras el accidente y que la consultora les dio un documento que contenía “respuestas muy concretas a preguntas muy concretas”.
El objetivo fue construir y difundir una verdad oficial sobre lo sucedido, para borrar la memoria colectiva sobre el accidente, en lo que se conoce como la estrategia del silencio.
No era la primera vez que en un conflicto que sacudió a la sociedad valenciana intervenía H&M Sanchis.
Lo relata perfectamente la periodista y activista de Per l'Horta Anna Gimeno, quien junto con otro profesional llevó la comunicación de las entidades que defendieron a las más de 100 familias expulsadas de manera forzosa y acelerada de su tierra, de los hogares que levantaron sus antepasados y les vieron nacer, para implantar la ZAL.
Casi 750.000 metros cuadrados arrasados de huerta cultivada y habitada, calificada por la propia administración que la destruyó como suelo no urbanizable de especial protección agrícola, de alto valor ecológico.
“En aquella batalla para salvar La Punta, del lado de la Autoridad Portuaria, estuvo H&M Sanchis y su comunicación neoliberal”, explica.
Casualidades de la vida, años después Gimeno se apuntó a un curso de la Universidad a Distancia (UNED) en el que uno de los directivos de esta agencia dio un curso de especialización sobre planes de comunicación: “No se me olvida cómo explicó, sin pelos en la lengua que la agencia H&M Sanchis había trabajado para el Puerto de Valencia, para la campaña de expropiaciones de la ZAL, y que su estrategia de comunicación, que expuso como ejemplo de un método a seguir, había consistido en desacreditar a la masa crítica, a las organizaciones como Per l’Horta, a la asociación vecinal y otras que se opusieron firmemente a la ZAL”.
El mensaje del puerto era sencillo y claro: el puerto es el progreso para la ciudad de Valencia, para que sobreviva el puerto es necesario construir la ZAL en la huerta, quien se opone a la ZAL se opone al progreso.
“Teníamos al puerto de Valencia, al Ayuntamiento y al ministerio de Fomento enfrente, pero no tuvimos miedo y tuvimos la confianza suficiente. Conseguimos sacudir a la opinión pública con un mensaje claro y potente sobre el valor de la huerta y la necesidad de proteger este enorme valor que distingue nuestra ciudad y le aporta oportunidades de sostenibilidad y una vida saludable”, explica.
El proyecto de la ZAL enterró la huerta bajo el hormigón, pero más de una década después no ha llegado a ocuparse y ha sido anulada por sentencias judiciales del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana y del Tribunal Supremo.
La ZAL no se ha puesto en marcha, ni se ha paralizado la actividad del Puerto de València ni la actividad económica de la ciudad se ha ido a pique como trataba de venderse en aquel momento. Sin embargo, se ha perdido un espacio de gran valor ecológico y se ha creado un daño irreparable para muchas familias.
Una situación similar a la actual con la ampliación norte del Puerto de València. Ante la oposición de colectivos sociales por la repercusión que puede tener la ampliación en las playas del sur y en L'Albufera, desde la Autoridad Portuaria de València se ha vuelto a recuperar el mensaje de que quien se opone al crecimiento del puerto se opone al progreso, a la dinamización económica y a la creción de empleo.
El presidente de la Autoridad Portuaria de València (APV), Aurelio Martínez, llegó a asegurar que el retraso en el proceso de construcción de la nueva terminal de contenedores “pone en riesgo no solo la inversión de MSC sino el futuro de todo el puerto”. Por lo visto, nada nuevo.
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