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Rajoy levanta ampollas en la Comunidad Valenciana con la promesa de inversiones a Cataluña

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo.
  • El Consell y los partidos levantan la voz para que el estado no margine en el próximo presupuesto a la autonomía después del anuncio del gobierno en Barcelona y de la ausencia de poder de negociación valenciano en los próximos presupuestos

El anuncio de Mariano Rajoy de fuertes inversiones de estado en Cataluña durante esta legislatura ha levantado ampollas en la Comunidad Valenciana aunque ha sido recibido con escepticismo en Barcelona. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha exigido equidad al estado en las inversiones; Compromís ha tildado de “vergüenza” el ninguneo del PP a la Comunidad Valenciana y Ciudadanos ha clamado contra la discriminación y la “compra de votos” del presidente del Gobierno al “independentismo catalán”.

Rajoy ha prometido 4.000 millones para los trenes de cercanías y un fuerte impulso a los obras del Corredor Mediterráneo en Cataluña. Lo ha hecho a tres días de que el consejo de ministros , a falta del visto bueno del parlamento, apruebe los presupuestos generales del estado. En la Comunidad Valenciana se mira con mucha atención ese proyecto. Todas las fuerzas políticas exigen más inversiones a Madrid. Hay, con diferentes grados, consenso: el gobierno central margina a la autonomía.

“El estado nunca, excepto durante la construcción del AVE a Valencia, ha destinado un 10% de sus inversiones a la Comunidad Valenciana, en proporción a su peso en la población de España”, dice Puig con mucha frecuencia. La parálisis del corredor mediterráneo, subvenciones al transporte metropolitano en Valencia, el tren de la costa, mejores conexiones ferroviarias interiores o la pésima comunicación -en tren o autopista, pero de pago- entre la Comunidad Valenciana y Barcelona son algunas de las reivindicaciones valencianas.

También, como Cataluña, inversiones o mejor gestión en cercanías o la transferencia de las competencias. El gobierno valenciano enmarca estas reivindicaciones en el llamado problema valenciano: la marginación secular del territorio, plasmada en las escasas inversiones, una pésima financiación y la negativa a condonar parte de la llamada deuda histórica, como se ha hecho en otras autonomías.

Con la reforma de la financiación en marcha, el Consell confía en que aumenten las inversiones de la Comunidad Valenciana. Rajoy, sin embargo, no ha asumido compromisos concretos. En ese contexto, la aparente generosidad del gobierno con Cataluña ha encendido las alarmas. Se da por probable que PNV y los partidos canarios sacarán tajada -inversiones- de su apoyo parlamentario a los presupuestos.

El problema catalán -con la mayoría del Parlament trabajando por la independencia- parece convertir a esa comunidad en una prioridad. En ese contexto, el anuncio de Rajoy en Barcelona ha metido el miedo en el cuerpo a parte de las élites valencianas, incluida la empresarial, que batalla sin disimulo por mejores infraestructuras: ¿Y si en 2017 el estado vuelve a ningunear a la Comunidad Valenciana?

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