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El taller de Podemos tras la polémica, sin noticias de Bertín

Taller sobre la despatriarcalización de Podemos Elche.

Emilio J. Salazar

No hubo sorpresa. Bertín Osborne no acudió al taller organizado por Podemos Elche. Ni estuvo este viernes en la sede de la formación. Ni lo cierto es que tampoco se le esperaba, a pesar de que se le había invitado. Por no estar, ni estaba su imagen, la que presidía el cartel sobre la despatriarcalización. La agrupación local la había retirado como “gesto” tras el conato de denuncia del presentador de televisión

Con la silueta recortada de la foto de Osborne, lo cual hacía más evidente su -no- presencia, comenzó el taller pasadas las seis y media de la tarde. Al frente, Carles Fons, ataviado con una camiseta cuya serigrafía rompe el esquema tradicional de la evolución del hombre. Ya no aparece en último lugar el Homo sapiens sapiens; le sucede el Homo con carrito de bebé. “En primer lugar, quiero agradecer a mi pareja que se esté haciendo cargo de mi hijo e hija porque de otra forma yo no podría estar aquí”, avanza este animador sociocultural formado en igualdad. “Digo esto porque los hombres que ocupamos el espacio público, se da por entendido que tenemos disponibilidad permanente teniendo responsabilidades de cuidados que atender”, aclara.

Detrás de este experto de Valencia, la sede está decorada con el lema “espacio libre de machismo” y el clásico cartel “We can do it!” de una trabajadora sacando músculo que el feminismo ha hecho suyo para autoempoderarse. Delante, una treintena de personas, la mayoría hombres de mediana edad. Aunque también se dejan ver chavales, hombres mayores y mujeres. Una de ellas pide permiso para sentarse y agradece que se le deje estar allí pese a que el taller estaba pensado solo el sexo masculino.

La master class sobre deconstrucción de las masculinidades parte del cuestionamiento que hace Carles Font del término “patriarcado” que firma la RAE, una institución de la que recuerda más adelante, “no es para nada favorable a la igualdad” pues apenas cuenta con académicas. “Esta definición la pongo en duda porque no es una ‘organización social primitiva’, es una organización social plenamente vigente; tampoco es una ‘autoridad’ porque la autoridad puede tener una serie de connotaciones de que tú la concedes y para mí sería mejor utilizar el término de ‘poder’”.  

Prefiere Font la acotación que hace la feminista Marta Fontenla, en la que plantea que es un sistema instaurado por los hombres desde el neolítico, cuando se establece la división sexual del trabajo y a partir de entonces “se empiezan a generar las desigualdades”. Una de las asistentes al taller le pide que aclare “si el origen real de este problema ha venido de las religiones, más que de cómo hemos venido evolucionando en la sociedad”. “Las religiones son una construcción social –responde el conferenciante- elaboradas a partir de los modelos que estaban dados y desde mi punto de vista el patriarcado es previo a las religiones”. Esto no quita, añade que “en este momento si tuviera que poner una cara al patriarcado, desde luego la iglesia sería una de las instituciones que llevaría ese rostro”.

Actualmente Carles Font achaca a “la producción cultural” parte de la responsabilidad del sustento del patriarcado y no, como le cuestiona un hombre del público, a la educación en los hogares. “Este es un debate falaz  porque mis hijos pasan más tiempo en el colegio que conmigo y la responsabilidad no pasa por los padres o la escuela, sino por la sociedad en su conjunto”, responde.

¿Ejemplos? La serie infantil ‘La patrulla canina’. Hace unas temporadas, cuenta, la trama iba sobre cómo arreglaban desperfectos como la caída de árboles, y ahora han introducido a gatos y una gatita vestida de rosa “que son los malos de la película”. Conforme van creciendo nuestros hijos, estos se van relacionando con videojuegos como el ‘GTA’, basado en la violencia. “No establezco una relación causa-efecto, pero es preocupante porque en él la mujeres que salen son prostitutas”, aclara. Luego ya en la edad adulta, “el bombardeo publicitario permanente bajo esta lógica no ayuda”. No hay más que ver a varios jugadores del Real Madrid en un spot en el que rechazan cremas para el cuerpo porque son de color rosa, en cambio, aceptan las que van envueltas en botes de color azul “porque son para hombres”, reza el anuncio.

El debate en el taller también prosigue cuando una mujer levanta la mano para explicar que sus padres, pero “sobre todo” su madre, le han dado una “educación machista”, comentario que Carles Font establece como propio del patriarcado que “divide” a través de una “guerra de sexos”. “No hay más que ver ‘Hombres, mujeres y viceversa’”. Sobre la educación en igualdad o coeducación recuerda que las últimas generaciones se han esforzado en decirle a la niña que tiene los mismos derechos que el niño, “pero no nos hemos esforzado en cuestionarles a ellos el papel que representan”.

Es por ello, que el experto valenciano pide a los hombres que empiecen ya a salir del “silencio cómplice” que se da, por ejemplo, cuando se comparten fotos o vídeos sexistas en los grupos de Whatsapp sin que nadie denuncie el machismo de estos actos. También cree que, a diferencia de las mujeres, los hombres “no se sienten interpelados cuando se habla de igualdad”. Y la prueba está en que la primera asociación de hombres en defensa de la igualdad nace en el año 2001 “cuando las mujeres llevan dos siglos y medio cuestionándose esto”.

Llegados a este punto, este animador sociocultural con estudios de género considera que en las tareas del hogar, no se debe de tener la actitud de “yo ayudo a mi mujer” o, en un estadio superior, “comparto las tareas” pues eso significa “que la mujer sigue llevando el peso”, sino “la corresponsabilidad” entre la pareja tanto en la planificación como en la ejecución “de manera compartida”.

Por último, el cuestionamiento constante de la masculinidad tradicional en este taller volvió a toparse con la realidad cuando un hombre le preguntó a Font que “cómo podía estar de acuerdo con la imposición por cuotas de género”, cuando “tiene que llegar a los puestos de poder la gente que vale”. “Rotundamente a favor”, le contestó el ponente. “Te voy a contestar con una cita, podemos afirmar que hay igualdad a partir del momento en el que hay tantas mujeres inútiles en puestos de responsabilidad como hombres inútiles hay”. En cambio, Bertín Osborne no fue citado ni una vez en las dos horas del taller, aunque su modelo de masculinidad estuviera muy presente. 

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