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PARAÍSOS FISCALES: ¡Ay Manola, que nos han vuelto a engañar!

Sergio Crespo

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¡Ay Manola, que nos han vuelto a engañar este año…!

Mi querida amiga Manola es una maravillosa mujer de 63 años con una fuerza y un corazón sorprendentes. Recientemente perdió a su hijo por una enfermedad estando en lista de espera para ser operado. Ella ha vivido de primera mano el impacto que tiene la reducción de la carga impositiva de grandes patrimonios y multinacionales sobre el gasto social y, en especial, sobre el sistema sanitario. Y desgraciadamente, no es la única…

Las noticias que aparecieron hace unas semanas, con relación a la presión de algunos gobiernos europeos para reducir la lista de paraísos fiscales propuesta por la Comisión Europea, le provocan una tristeza profunda. No puede entender este tipo de decisiones que afectan fuerte e injustamente a la gran mayoría de la sociedad europea, y en particular a los españoles y españolas, tras haber vivido la dureza de la última crisis. Un periodo que ha dejado atrás a muchas personas que deben hacer enormes esfuerzos para llegar a fin de mes y, a otras muchas, en niveles de pobreza inaceptables.

El pasado 12 de marzo, el Consejo de Finanzas de la UE (ECOFIN), formado por los ministros y ministras de Hacienda de la UE, hicieron pública la lista negra de paraísos fiscales. Esta lista, compuesta por 15 países, proviene de una propuesta de la Comisión Europea que evaluó durante 2018 a 92 países según criterios de transparencia fiscal, fiscalidad justa y medidas contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (anti-BEPS). Otros 34 países continuarán siendo evaluados durante este año, permaneciendo en una lista gris, y dependiendo de los resultados entrarán en la lista negra o no.

A pesar de que la UE ha conseguido presionar y movilizar a más de 60 países para modificar muchos regímenes fiscales perjudiciales, los baremos de evaluación de los países implicados son muy permisivos y están influenciados por la presión política. Mi querida Manola se revuelve al observar que verdaderas potencias de la agresividad fiscal quedan excluidas de la lista negra. Piratas fiscales, ávidos de los beneficios generados por las empresas en el exterior, como EEUU, Suiza, Singapur, e incluso países compañeros del proyecto europeo, como Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Malta o Chipre, están generando un perjuicio económico masivo al resto del bloque de la UE y en especial a los países en desarrollo. Ninguno de ellos aparece en la lista negra.

El informe de Oxfam “Vía libre” (publicado el 7 de marzo de 2019) estima el impacto del traslado de beneficios desde Francia, España, Italia y Alemania al exterior: Estos cuatro países han dejado de recaudar hasta 35.100 millones de dólares en 2015. En el caso de España, con ese dinero perdido, se podría haber reducido un 12,4% el gasto en sanidad de cada hogar. El cálculo se basa en las investigaciones realizadas en el informe “The Missing Profits of Nations” de 2018 en el que se estima un traslado de beneficios de las grandes empresas hacia paraísos fiscales de 600.000 millones de dólares en 2015. El 30% de este volumen terminó en paraísos de la UE. El informe también estima que el 80% de los beneficios trasladados desde países europeos terminó en paraísos fiscales de la UE, principalmente en nuestros países amigos: Irlanda, Luxemburgo y Países Bajos. Un verdadero e incomprensible expolio.

La impunidad de estas prácticas fiscales nocivas dentro de la UE está intensificando la competencia fiscal entre los estados miembros. Si en 1997 el tipo impositivo medio del impuesto de sociedades era del 35,2%, en 2018 cayó al 21,9%. Un ejemplo claro de la competencia fiscal se encuentra en la forma de tributar de los activos intangibles en la UE, como las patentes, las marcas o el software, cuyos beneficiarios directos son los que registran este tipo de activos, las grandes empresas, como las tecnológicas y farmacéuticas.

Además de la UE, los otros grandes perjudicados son los países en desarrollo que, según estimaciones de 2015 de la UNCTAD, dejan de ingresar al menos 100.000 millones de dólares anuales en impuestos por la evasión y elusión fiscal de grandes empresas a través de los paraísos fiscales. Por otra parte, en estos países, las mujeres son mucho más representativas en las franjas de pobreza y niveles de renta bajos, siendo mucho más vulnerables a las consecuencias de la evasión fiscal de las grandes empresas, ya que los gobiernos deben compensar las pérdidas de recaudación con subidas de impuestos a la población. En estos países, dos tercios de los ingresos recaudados provienen de impuestos sobre el consumo (o indirectos) que al no ser progresivos, generan desigualdad y mayor pobreza, pues las personas con rentas más bajas se ven obligadas a hacer un esfuerzo mayor para adquirir bienes de consumo básicos (comida, productos de higiene, medicinas,…)

En el informe de Oxfam mencionado, se han analizado diferentes puntos que debilitan la evaluación de las prácticas fiscales nocivas de los países de la lista gris. Entre ellos, destaca la exigencia de la UE de evitar el trato fiscal preferencial destinado a empresas extranjeras o a beneficios obtenidos en el extranjero frente a empresas del país y beneficios generados localmente. Para eludir este requisito, muchos de los países analizados igualan los tipos impositivos, ampliando las rebajas fiscales preferenciales a nivel local, pues de este modo la UE no las considera preferenciales. Este hecho convierte a muchos países en territorios todavía más nocivos, por lo que la UE volverá a evaluar de nuevo algunas de las medidas aplicadas. A pesar de ello, países como Hong Kong, Jersey, Isla de Man o Panamá han conseguido escapar de la lista gris por esta razón, aun siendo auténticos paraísos fiscales. La Unión Europea está siendo directamente responsable de legitimar este tipo de prácticas al ser tan permisiva.

La falta de voluntad política es evidente y preocupante. Muchos de los países europeos ponen trabas a la transparencia, como es el caso de Alemania, que trata de reducir la efectividad de la publicación de los informes país por país (CbCR) de la OCDE sobre las estructuras de tributación de las grandes empresas, bajo la premisa de la confidencialidad. No suele mencionarse a Alemania como un país que favorece la elusión y evasión fiscal, pero según la Red para la Justicia Fiscal, Alemania ocupó en 2018 la 7ª posición del mundo en el “ranking” de secreto financiero, por detrás de Suiza, EEUU, Islas Caimán, Hong Kong, Singapur y Luxemburgo, y por delante de Emiratos Árabes Unidos, Isla de Guernsey o Panamá. Como segundo centro financiero europeo, cuya capital es Frankfurt, las estructuras corporativas como los fideicomisos alemanes (Treuhand) que dificultan la identificación de los verdaderos titulares reales, y el peso de Alemania en los flujos económicos mundiales, otorgan a este país un 5% de la cuota mundial del secreto financiero, convirtiendo a Alemania en una verdadera potencia de la opacidad. No es de extrañar por tanto que su discurso lleve una doble moral en público y privado.

Cabe destacar también la importancia de los países “conducto” que se mencionan en el informe de Oxfam, extraídos a partir de las investigaciones del informe “Piercing the veil”. El informe estimó que el 40% de toda la inversión directa extranjera en el mundo (es decir, la que se asocia a patrones de inversión a largo plazo, crecimiento y eficiencia) es completamente artificial. Se trata por tanto de inversiones financieras que transitan por sociedades instrumentales sin una verdadera actividad real. Las 8 principales economías “conducto” (Países Bajos, Luxemburgo, Hong Kong, Islas Vírgenes Británicas, las Bermudas, Islas Caimán, Irlanda y Singapur) albergan más del 85% de estas inversiones mundiales en sociedades instrumentales, cuyo objetivo es reducir la carga fiscal lo máximo posible. Es por ello por lo que el informe destaca la necesidad de poner el foco sobre estas economías que condicionan la ubicación de servicios y actividades, y distorsionan el comercio y la eficiencia de los patrones de inversión, aumentando la desigualdad y el rechazo social a los sistemas tributarios.

Entre las recomendaciones que se proponen en el Informe de Oxfam se encuentran: intensificar el control de las economías “conducto”, promover una lista de paraísos sin injerencias políticas, aumentando la transparencia y la participación en el proceso de elaboración del Parlamento Europeo y de países extracomunitarios, evaluar los cambios realizados por los países de la lista gris para verificar el cumplimiento de los criterios de la UE, incluir análisis económicos para mejorar la detección de los países que facilitan la evasión y elusión fiscal, adoptar una base común consolidada del impuesto de sociedades en la UE y, evidentemente, adoptar medidas dentro de la propia UE contra las prácticas fiscales agresivas de nuestros compañeros europeos.

Mi querida Manola, a pesar de su enfado e incomprensión no pierde la esperanza, y sabe que se ha iniciado un movimiento y una presión ciudadana que poco a poco va dando resultados para atajar las prácticas fiscales agresivas. También tiene muy claro que esta presión debe ser constante para que dé resultados, pues existen muchos interesados en continuar con estas prácticas injustas y ambiciosas. Por eso, continuará movilizándose. Para que los ciudadanos podamos tener mejores oportunidades, y en especial lo hará, para que las personas que se encuentran en listas de espera no pasen por la situación trágica que ha tenido que pasar su hijo.

*Sergio Crespo Ginés, master en Internacionalización Económica. Analista FATCA - Foreign Account Tax Compliance Act. Colaborador de Oxfam Intermón en Valéncia

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