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Justicia fiscal: enséñame tus morritos que te la cuelo

Sergio Crespo

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“Enséñame tus morritos que te la cuelo”. Esta frase podría ser perfectamente el resumen de una junta de accionistas de Facebook tras aprobar las cuentas anuales. Mientras disfrutamos publicando en Instagram “selfies” enseñando nuestros morritos, su propietario (Facebook) nos la cuela eludiendo una gran parte de los impuestos que debe pagar.

Mediante una planificación fiscal agresiva que permite trasladar la mayor parte de los ingresos a Irlanda, Facebook pagó un importe irrisorio de 267.000 € en España, a pesar de los ingentes beneficios que obtuvo por publicidad en el país gracias a sus usuarios. En cierto modo, es un detalle pagar algo, pues si quisieran, podrían hacer que les saliera a devolver. De las mayores tecnológicas del mundo, Facebook es con diferencia la que menos paga y, además, se ahorra en torno a 80 millones de euros en  impuestos en España.

Otra de las grandes tecnológicas, Google, llegó a desviar 20 mil millones de dólares en 2017 a nivel mundial desde Irlanda a Bermudas pasando por Holanda. Esta estructura de ingeniería fiscal le permitió ahorrarse en torno a 120 millones de euros en España (considerando un tipo impositivo general del 25%).

Pensamos que tener una cuenta de Facebook, Instagram o Google es gratis, pero la realidad es que nos sale realmente caro. Las grandes tecnológicas (Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft) obtienen sus ganancias gracias a la publicidad y a la información que extraen de sus usuarios. Generan enormes beneficios, pero contribuyen muy poco. De hecho, en 2017dejaron de pagar en España entre 300 y 500 millones de euros. El robo del siglo. Y si no pagan las grandes empresas, ¿a quién busca Hacienda para pagar y que cuadren las cuentas…?

Este tipo de prácticas no pueden continuar año tras año porque dañan la recaudación del estado, aumentando los desequilibrios y la desigualdad. Se trata de cientos de millones de euros que pueden utilizarse en mejorar la sanidad, la educación, las políticas de I+D, de inserción profesional, etc. Es gracias a los ciudadanos y ciudadanas que estas empresas han florecido con tanto éxito. Qué menos que devolver el “favor” contribuyendo y aportando lo que moralmente corresponde.

En este sentido, el Termómetro de responsabilidad fiscal empresarial, elaborado por Oxfam Intermón, ESADE, la Asociación de Inspectores de Hacienda (IHE) y Sustentia, puede ser una buena herramienta a disposición de las grandes empresas para incrementar la responsabilidad fiscal, reduciendo los niveles de elusión y evasión fiscal de cara a alcanzar una tributación más justa.

Nos llegan noticias muy positivas sobre el impulso internacional que está cogiendo la propuesta de gravar a las grandes empresas según el lugar en el que generen su negocio y no según el lugar donde radique su sede fiscal (generalmente en paraísos fiscales). De hecho, Francia adoptó el pasado 11 de julio una tasa del 3% (tasa GAFA) a las mayores tecnológicas con la que espera recaudar 650 millones de euros en 2020. Otros países, entre ellos España, ya han indicado que seguirán sus pasos.

A pesar de ello, ante esta injusticia y sangría fiscal, no podemos olvidar la responsabilidad que tiene la ciudadanía. Por un lado, como consumidores y consumidoras, siendo conscientes del poder que tenemos a la hora de elegir un producto o servicio que contribuya al proyecto común de forma justa. Y, por otro lado, como personas que apoyan la redistribución de la riqueza como estrategia de cohesión y bienestar social.

Llevamos muchos años poniendo morritos, pero ahora toca movilizarse para exigir nuestra parte del pastel.

Sergio Crespo es experto en prevención del blanqueo de capitales y fraude fiscal y colaborador de Oxfam Intermón en València

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