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Entrevista

Antumi Toasijé, presidente del Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial: “Hay elementos suficientes para la ilegalización de Vox”

Antumi Toasijé, presidente del Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial y Étnica.

Gabriela Sánchez

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Antumi Toasijé (Bogotá, 1969) se convirtió en octubre del año pasado en el primer presidente afrodescendiente del Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial y Étnica. Desde este organismo autónomo, adscrito al Ministerio de Igualdad, se encarga de promocionar la igualdad de trato, asesorar a las víctimas de racismo y vigilar la situación de la población racializada en España. Este martes, el también historiador y activista panafricanista vio en el anuncio racista desplegado por Vox en la estación madrileña de Sol una “vieja y conocida estrategia” xenófoba que le activó todas sus alertas.

Su equipo está detrás de una de las diferentes denuncias presentadas ante la Fiscalía esta semana para investigar si la propaganda de la formación de extrema derecha incurre en un delito de odio. También ha registrado a título personal una reclamación ante la Junta Electoral Provincial de Madrid para exigir la “urgente” retirada del cartel racista. En una entrevista con elDiario.es, Toasijé cuestiona la impunidad con la que se ha utilizado en los últimos años el discurso racista para ganar votos.

En 2019, en la campaña de las elecciones generales, el Consejo ya emitió una serie de recomendaciones a los partidos políticos para evitar la proliferación de mensajes xenófobos, racistas o antigitanos. La organización pedía “responsabilidad”.

Desde el Consejo hablan del riesgo de un efecto “multiplicador” del racismo en campaña electoral. ¿Qué peligro tiene para la sociedad el anuncio de Vox? ¿Y para los menores migrantes?

Propaganda de este tipo, que vincula dos conceptos económicos y sociales totalmente diferentes para crear la falsa impresión de que la infancia migrante no acompañada es un problema para la economía española, puede generar y, de hecho lo hace, odio en determinados sectores sociales con escaso conocimiento sobre el funcionamiento de la economía y los servicios sociales. Una porción de ese sector social está desempoderada económicamente y desconoce las causas de su situación que no tiene nada que ver con la presencia de migrantes sino con el sistema macroeconómico y su inserción en él. Esas personas son fáciles de manipular con discursos simples que apelan a la existencia de falsos enemigos fáciles de identificar, específicamente por su origen étnico o racial.

En España y, en concreto, en Madrid tenemos precedentes recientes de ataques a centros de menores extranjeros no acompañados bajo esos falsos argumentos, lo que ha sucedido puede volver a repetirse incluso a mayor escala, y una vez que se desata la ola de odio social no es fácil detenerla. Los grupos extremistas saben esto y buscan que suceda para imponerse en el caos resultante, es una vieja y conocida estrategia de la que Europa tiene una triste memoria, por ello es importante atajar este tipo de discursos cuando están naciendo, antes de que desemboquen en calamidades sociales mucho mayores.

Ha recordado que la vigente Ley de Partidos “permite la ilegalización de un partido político que vulnere las libertades y derechos, promoviendo la persecución de personas por razón de su nacionalidad o raza”. ¿Cree que Vox debería ser ilegalizado?

Entiendo que hay elementos suficientes para la ilegalización de Vox por sus reiterados discursos que atentan contra las personas con relación a su origen. Hemos asistido a mítines en los que se leían apellidos de origen africano y se les culpaba de recibir ayudas por ser migrantes, hemos visto mensajes en los que se apelaba a expulsar de España a un ciudadano español de origen senegalés. Integrantes de la formación han estado vinculados a grupos neonazis: todo ello colisiona con la vigente ley de partidos. En algún momento deberá recabarse y sistematizarse toda esa información y ponerla en su conjunto a disposición de los tribunales.

Según ha dicho, este tipo de propaganda xenófoba puede poner en cuestión las propias elecciones. ¿Por qué?

Si se diera el caso de que en las elecciones a la Comunidad de Madrid proliferasen los discursos que atentan contra los derechos de determinados sectores de la población, y por ende contra los derechos de toda la ciudadanía, se podría argumentar que se ha creado un clima de odio que enturbia el proceso. Si las autoridades que deben velar por la limpieza del proceso no hacen nada para que las personas de diferentes orígenes que residen en Madrid puedan salir a votar, si disponen de ese derecho, o puedan simplemente hacer uso del espacio público en estos días de campaña sin ser agredidos por propaganda xenófoba y racista, se podría argumentar ante la Unión Europea la invalidez del proceso por el clima de hostigamiento generado. El Estado de Derecho debe garantizar a todas las personas que residen en él sus derechos y la protección a su dignidad.

No es la primera vez que vemos que la extrema derecha ataca a los menores extranjeros no acompañados en campaña electoral. En otras ocasiones, Vox ha celebrado mítines a las puertas de los centros de menores y, en este momento, cuando las cifras de menores migrantes tutelados en Madrid han bajado debido al cierre de fronteras, también ponen el foco en ellos. ¿Por qué cree que los utilizan de forma reiterada para ganar votos?

Se ataca a un grupo vulnerable porque está desempoderado, es decir, que tiene escasas redes sociales de apoyo y escasos recursos económicos, además una condición administrativa como la de extranjeros extracomunitarios, que reduce sus derechos sociales y políticos. A ello se une el hecho de ser fácilmente identificables y la existencia de persistentes estereotipos racistas y clasistas de carácter estructural.

La cobardía de quienes azuzan el odio contra niñas y niños es evidente, ya que su objetivo tiene que ser un objetivo fácil, que difícilmente pueda oponérseles. La legislación española, en ocasiones a instancias de Europa, ha creado figuras como el Defensor del Pueblo, el Defensor del Menor o el Consejo Para la Eliminación de la Discriminación Racial que presido, no por casualidad, sino porque es conocido que se trata de colectivos susceptibles de ser acosados y atacados por quienes buscan víctimas fáciles para presentarse como salvadores ante un peligro totalmente ficticio.

Teniendo en cuenta que no es la primera vez, parece que no hay consecuencias para quien utiliza el discurso xenófobo en campaña. ¿Qué falla a nivel institucional para que se permitan este tipo de campañas y aparentemente no pase nada?

Es necesaria una mayor concienciación social, a todos los niveles, judicial, policial, político, administrativo, educativo. Es imprescindible entender que la prevención es fundamental a la hora de proteger los derechos colectivos, del mismo modo que parece haber una cierta concienciación frente al hecho de que la vigilancia hacia los grupos extremistas es fundamental para combatir el terrorismo, debemos entender que el supremacismo blanco existe como catalizador de una forma concreta de terrorismo.

Las sociedades tienden a identificar fácilmente amenazas inexistentes cuando vienen de fuera, pero se resisten a ver el peligro real cuando proviene de los que son considerados como “los suyos”. El fascismo, el nazismo, el supremacismo blanco, son enemigos de los derechos humanos y la democracia que se originan en la propia Europa, de esto hay amplia experiencia por desgracia, hay que saber identificarlos para prevenir las consecuencias de sus actos. Por ello, en gran parte, es imprescindible una Ley Integral de Igualdad de trato y no Discriminación que entre en detalles y consideraciones precisas sobre las acciones precursoras de propaganda de odio y estrategias de exclusión que anteceden a la persecución de grupos sociales, esas acciones precursoras son las que anticipan el estallido violento que buscan estos grupos.

Incluso aunque el cartel sea retirado, ¿cree que el partido ya ha obtenido rédito político de esta acción con la atención mediática despertada?

Ese debate sobre si ignorar o condenar estas acciones está sobre la mesa. Sabemos que en toda acción propagandística hay una búsqueda de difusión directa o indirecta, positiva o negativa. El hecho de que hablemos de ello puede beneficiarles si el hablar no nos lleva a acciones punitivas. Pero si hablar de esta acción va a significar que se sienten precedentes sobre lo que no es tolerable en política, si va a significar que las instituciones comprenden su papel y la diferencia entre la libertad de expresión y la agresión racista y xenófoba, entonces, hablar de ello habrá tenido sentido.

Entiendo que cuando las acciones de quienes quieren atacar los derechos humanos se hacen visibles, callar no es una opción, ya que la experiencia señala que esos grupos tienden a ganar cualquier espacio que no se les oponga. En nuestro caso, como entidad dedicada a la lucha contra el racismo, el Consejo que presido no puede permitirse el lujo de permanecer callado, tenemos un mandato y debemos hacerlo valer

Como historiador, ¿este cartel le ha recordado a otros episodios en la historia?

Sin duda. Es conocido que el ascenso del Partido Nacionalsocialista en Alemania trajo consigo la persecución de grupos sociales frecuentemente apelando a lo pretendidamente costoso que era su mantenimiento para el Estado. La idea de que hay seres humanos que son un “estorbo” y que deben ser expulsados o eliminados es la base de la eugenesia social. La idea de amenaza en el “otro” y su deshumanización es otro aspecto de este tipo de propaganda. Las niñas y niños migrantes también tienen abuelas a las que quieren, también lloran, también sueñan con un futuro mejor, también pueden contribuir al progreso colectivo, pero esto no es conveniente que se sepa o les humanizaría.

Si nos fijamos en el cartel de Vox, el supuesto menor no acompañado, es de piel más oscura, tiene una mirada amenazadora y se cubre con una bandana, la anciana que tiene la mirada baja es de piel clara y es presentada como una persona desvalida y que podría ser atacada. Esta presentación simplista de imágenes impactantes es típica de la propaganda goebbeliana y su principio de simplificación y de creación del enemigo único. Sin embargo, no fueron los nazis quienes inventaron el racismo, esa ideología surgió hace cuatrocientos años en la propia península ibérica para dominar y expulsar a los grupos no blancos y no cristianos.

Esa trama ideológica ha fundamentado el esclavismo racista, el colonialismo y el neocolonialismo. Es un orden de ideas que configura el sistema de explotación norte-sur actualmente vigente, ese sistema no es solo transnacional, opera en el interior del norte. Los estudios revelan por ejemplo que existe una correlación entre el color de la piel y la cualificación del trabajo que se realiza, independientemente del nivel de estudios que se tenga. Para que ello sea posible tiene que haber un entramado de ideas falaces que configurar una narrativa en la que unas personas, por su color de piel u origen deben tener más capacidades y por tanto merecen tener más derechos que otras, eso es lo que denominados privilegio. El antirracismo es fundamental para desenmascarar todo ese castillo de mentiras que impiden el pleno disfrute de derechos para amplios sectores de la población.

¿Qué le diría a quien considera que ese cartel no puede retirarse por respeto a la libertad de expresión?

La libertad de expresión se termina cuando atenta contra los derechos. Existe una jerarquía de derechos, los principales son la vida, la integridad y la igualdad. La libertad de expresión es un derecho sin duda, pero no puede estar por encima de la integridad y del principio de igualdad. Del mismo modo que una amenaza de muerte no es admisible como ejercicio de libertad de expresión no puede serlo señalar a la infancia migrante como culpable de las desigualdades económicas de España para situarla en el disparadero social.

Por eso existe legislación contra los delitos de odio, o contra la incitación a la persecución de grupos sociales. Quienes defienden que atacar a grupos vulnerables es un ejercicio de libertad de expresión o bien desconocen los objetivos reales de quienes crean este tipo de propaganda o sencillamente realizan un acto de cinismo oportunista, aprovechando los resquicios del sistema democrático para introducir ideas totalmente antidemocráticas.

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