El número de familias con problemas para pagar el alquiler y otros gastos básicos se duplica desde 2008
La reactivación económica que está viviendo Euskadi tiene una doble cara. Por un lado, ha supuesto una caída significativa de la tasa de desempleo, de forma que en el último trimestre de 2017 se sitúa en el 11,1 %. Pero a su vez ha ido acompañada del empeoramiento de la calidad del empleo, aumentando la tasa de temporalidad en ocho puntos desde 2008, hasta situarse en el 28,4 % en 2017. De hecho, ha sido en el período de recuperación de la actividad económica, a partir de 2014, cuando se ha producido el incremento más intenso del empleo temporal en Euskadi. Así, el número de familias afectadas por problemas de impago de alquileres, créditos, hipotecas o recibos alcanza el 6,3% de la población vasca, lo que supone duplicar la cifra con relación al comienzo previo a la recesión.
Ante esta situación, los retos para la política de vivienda son considerables para los próximos años. Sobre todo, teniendo en cuenta que el precio del alquiler libre está creciendo en Bizkaia y Gipuzkoa a niveles que alcanzan los máximos históricos. En estos dos territorios, la renta media de las viviendas en oferta en alquiler supera la cota de los 900 euros mensuales, lo que supone un impacto muy notable sobre los colectivos de población más vulnerables. Y se refleja en la creciente presencia en el Servicio Vasco de Vivienda-Etxebide de personas y familias que se encuentran ya emancipadas en régimen de alquiler libre y que aspiran a una vivienda pública de alquiler.
Según el último informe del Observatorio Vasco de Vivienda, la mayor parte de las personas y familias inscritas en Etxebide muestra un perfil marcadamente social, que se ha agravado con el impacto de la recesión. Por ejemplo, el nivel de ingresos medio de las familias que demandan vivienda protegida en Etxebide ha decrecido desde 2008 en un 37 % en términos reales.
Así, la población que demanda vivienda protegida en alquiler en 2017 dispone de bastantes menos ingresos a la que lo hacía en 2008. El ingreso medio ha pasado de 16.000 euros en 2008 a 12.000 euros en 2017. En términos reales esta caída del nivel de ingresos supera el 37 %, una vez aplicado el IPC de 2008 a 2017 (+13%), “lo que ilustra el mayor impacto de la recesión de 2008 en los grupos de población que demandan vivienda protegida”, según los expertos del Observatorio Vasco de Vivienda.
Desde 2008, más de 30.000 familias han podido acceder a una vivienda protegida, a través de la promoción de vivienda protegida del Gobierno vasco. La tasa de efectividad de las adjudicaciones de vivienda protegida sobre las solicitudes inscritas en Etxebide (calculada como el número de solicitudes que han accedido a una vivienda protegida sobre el total de solicitudes inscritas) evolucionó de forma positiva hasta 2012, creciendo desde el 2,5 % en 2008 (2,5 adjudicaciones por cada 100 solicitudes inscritas) hasta el 6,4 % en 2011 y situándose en el 5,3 % en 2012.
A partir de 2013 y 2014, “se reduce intensamente el acceso a la vivienda protegida en Euskadi tras la crisis presupuestaria que tuvieron que afrontar las Administraciones Públicas y la firma del Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria de la UE”, explica el Observatorio. Por eso, la tasa de efectividad en el acceso a la vivienda protegida ha decrecido de forma continuada en estos últimos años hasta alcanzar su mínimo histórico en 2017 (1,9 %). ¿Por qué? Pues por el importante incremento de demandantes en 2017 y el mínimo histórico de viviendas protegidas acabadas en 2017.
