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El Gobierno central denuncia en el Día de la Memoria el “estigma en soledad” de las víctimas

Itxaso, Santano, Domínguez y los invitados al Día de la Memoria

elDiario.es Euskadi

9 de noviembre de 2021 14:30 h

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La Delegación del Gobierno de España en Euskadi y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo han conmemorado juntos el Día de la Memoria -que formalmente es este miércoles- con un acto, desarrollado en el Ayuntamiento de Irún en el que se ha homenajeado a las víctimas del terrorismo y, de manera particular, a quienes por su trabajo y sus responsabilidades sufrieron la amenaza y el chantaje de ETA, de quienes han subrayado el “estigma” que tuvieron que soportar “durante años en soledad”.

Los testimonios del magistrado Juan Luis Ibarra, presidente del Tribunal Superior de Justicia hasta el pasado año, de la periodista Charo Zarzalejos, del presidente de Petronor, Emiliano López Atxurra. y de la exconcejala del PP del Ayuntamiento de Andoain, Asunción Guerra, han protagonizado el acto. Asimismo, han intervenido el alcalde de Irún, José Antonio Santano, el director del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, y el delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso. También representantes del mundo empresarial como el presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre, y directivos de varias empresas, de la judicatura, con la fiscal superior del País Vasco, Carmén Adán, de los medios de comunicación o de las víctimas de ETA han estado entre el público asistente al acto, informa Europa Press.

También ha acudido representantes institucionales como la directora de Gogora, Aintzane Ezenarro, el director General de Derechos Humanos y Cultura Democrática Diputación Foral de Gipuzkoa, Ion Gambra, así como ediles de municipios guipuzcoanos. En su discurso, el delegado del Gobierno ha recordado que “la condición de víctima se convirtió en un estigma que hubo que soportar durante años en la soledad de aquella burbuja en que se convirtió nuestra vida, encapsulados en el amargo silencio de la incomprensión”.

En esa línea, ha subrayado que “en ocasiones se olvida que además de víctimas mortales y heridos, existió un daño continuado a determinados segmentos de la sociedad vasca que vivieron bajo la amenaza y privados de una libertad plena”. “El chantaje y el escarnio que todo ello representó para empresarios, miembros de la judicatura, concejales o periodistas supuso un intento por socavar los pilares sobre los que se sustenta una sociedad plural y democrática”, ha recalcado Itxaso.

Por eso, esta edición del Día de la Memoria se dedica a homenajear y reconocer “la valentía y coraje cívico de todos estos vascos y vascas que asumieron la amenaza y el chantaje en sus propias carnes con el objeto de preservar la democracia y el Estado de Derecho”. Itxaso ha subrayado que “no es posible construir un presente ni un futuro en paz sin memoria, por más que haya quien se empeñe en postular la amnesia, o la memoria edulcorada, como el mejor bálsamo para paliar el dolor ajeno”.

Además, ha recalcado que “el compromiso frente a la violencia, cada uno desde su responsabilidad tuvo un coste personal incalculable”. “Ciudadanos anónimos, que no estábamos llamados a asumir el rol de héroes y que sólo aspirábamos a vivir nuestras vidas en paz y en libertad cada cual en su ámbito personal, profesional y familiar, nos vimos forzados a renunciar, de repente, a tantas pequeñas cosas que tardaríamos años en recuperar”, ha afirmado.

Para el delegado del Gobierno, “aquella sensación de abandono, de falta de aliento y de solidaridad”, fue la que empujó a salir a tantas familias de nuestro país “en busca de un lugar alejado de la amenaza y la coacción”. “Aguantar la presión resultaba particularmente asfixiante e insoportable. Estar en la diana terrorista le sacaba a uno de su mundo por el mero hecho de haber tomado la decisión de no ceder al chantaje, convirtiéndole en una suerte de extraterrestre”, ha expresado.

Por su parte, Florencio Domínguez ha destacado que Irún “ha sido campo de pruebas de todas las formas de amenaza empleadas por ETA y por el entorno político que le ha respaldado” y ha recordado que es la cuarta localidad vasca con mayor número de crímenes etarras, con 23 asesinatos. Además, ha apuntado que, en 2003, la organización Gesto por la Paz cifró en más de 42.000 las personas amenazadas, de las cuales, 24.000 corresponden a policías, 15.000 a empresarios, 1.250 a políticos, 800 a funcionarios de prisiones, 400 a periodistas, 350 a jueces y fiscales, y 200, a profesores e intelectuales.

Domínguez ha considerado que para tener un conocimiento “preciso” de lo que ha supuesto el terrorismo de ETA en la sociedad hay que tener también presentes a todos aquellos que “vivieron amenazados o tuvieron que abandonar su tierra para salvar la vida”. “Sin su recuerdo, sin el conocimiento de sus vivencias traumáticas, el mapa de la memoria estará incompleto”, ha defendido.

En su discurso, Emiliano López Atxurra ha sostenido que no deben olvidar estos años porque “la memoria es frágil y sin la memoria la banalidad del mal se asienta en la sociedad”, al tiempo que ha advertido de que “cuando las heridas se cierran mal, el mal vuelve con mayor horror todavía”. “No hay que perder nunca la memoria del sufrimiento, fundamentalmente, el de las familias,” ya que este “dolor” ha sido “muchas veces, el sostén de los extorsionados”, ha asegurado el presidente de Petronor, quien se ha mostrado convencido de que “a través del terrorismo, de la amenaza y de los comportamientos mafiosos es imposible que avance una sociedad”.

Por su parte, Charo Zarzalejos ha resaltado que aquellos que ejercieron el periodismo en la década de los 80 y 90 saben “bien lo que es ejercer la profesión bajo la presión del miedo” y ha querido tener palabras de “homenaje y reconocimiento” a todos los periodistas de su generación que fueron testigos de “una realidad cruel”. “Lloramos mucho a través de nuestras crónicas. Los amenazados entre tanto horror hemos sido, somos, afortunados, otros murieron asesinados para que no nos tocara a nosotros y por eso muchas veces siento vergüenza de estar viva”, ha confesado, al tiempo que ha resaltado que “el terror no nos ganó” porque “ningún periodista dejó de serlo pese a la amenaza y el miedo”.

Juan Luis Ibarra, por su lado, que ha recordado a los jueces magistrados y fiscales que sufrieron violencia de persecución de ETA, así como a los asesinados por ETA, ha tenido especiales palabras de recuerdo para José María Lidón, que “a día de hoy no ha alcanzado a obtener ni la verdad ni la justicia victimada”. “Nunca hemos aceptado ni vamos a aceptar un diploma en la universidad del olvido porque el deber de la memoria nos sigue imponiendo la tarea de medirnos con aquel pasado en el que la gramática de la violencia, creada por ETA y difundida en una parte significativa de la política y la sociedad vasca, contribuyó a que Lidón, antes de ser asesinado, hubiera sido ya plenamente incluido en la categoría de la población sobrante”, ha afirmado. Y ha destacado: “Quienes sobrevivimos podemos mirarnos y mirarles de frente a quienes, a través del discurso del odio, justificaron aquellas vidas negadas, y también a quienes al mirar para otro lado no evitaron que aquello siguiera sucediendo, en la confianza de que eso solo así mirando de frente llegaremos a un autoentendeminiento social sincero y éticamente honesto fraguado sobre una auténtica justicia memorial”.

Finalmente, Asun Guerra ha resaltado que “es muy importante no olvidar y no dejar que los ciudadanos olviden”, así como “contar a los jóvenes lo que se vivió aquí y que no se vuelva a repetir”. Asimismo ha pedido al Memorial que siga trabajando para “mantener ese relato real de lo que hemos vivido”. “No dejemos que haya gente que trate de blanquear lo que ha pasado, y que aprendamos a vivir y a convivir, en nuestras manos está trabajar con las nuevas generaciones para que no vuelva a pasar”, ha concluido.

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