Pradales aprovecha su discurso de fin de año para recordar las “obligaciones” de los extranjeros que residen en Euskadi
El lehendakari, Imanol Pradales, ha aprovechado su mensaje televisado de final de año, el segundo desde que accedió a Ajuria Enea, para subrayar las “obligaciones” que tienen las personas extranjeras que residen en Euskadi, 300.000 según sus propios datos. En el cierre de un 2025 en que se ha atribuido al PNV un endurecimiento en su discurso migratorio —por su oposición frontal al centro de refugiados de Vitoria o por haber empezado a revelar la nacionalidad de los detenidos de la Ertzaintza, por ejemplo—, Pradales ha dedicado buena parte de su alocución a este asunto. “Hago un llamamiento a las comunidades de personas migrantes, especialmente a quienes las lideráis, para que impulséis activamente este compromiso colectivo, este espacio común de derechos y obligaciones”, ha lanzado el jefe del Ejecutivo vasco.
Pradales ha innovado en la grabación de este mensaje. Amigo de ir introduciendo novedades en la comunicación institucional desde que sustituyó a Iñigo Urkullu y con el ánimo de ganar en cercanía, el lehendakari se ha llevado el mensaje fuera del palacio de Ajuria Enea, en Vitoria, para emitirlo desde el de Miramar, en Donostia, con la bahía de fondo. Miramar, ahora muy imbricado a la vida social y académica de la ciudad y donde el Gobierno vasco se reúne cada verano a la vuelta de vacaciones para iniciar el curso político, es un espacio de gran peso histórico. Vinculado en origen a la Corona española, ya que fue promovido por la esposa de Alfonso XII y madre de Alfonso XIII, la reina regente María Cristina, pasó a ser residencia estival de los jefes de Estado republicanos en la década de 1930 y luego, ya en dictadura, fue devuelto a la familia Borbón. Juan Carlos I pasó largas estancias de niño en el palacio. Ahora es gestionado por las instituciones vascas y, entre otros eventos, es la sede de los cursos de verano de la EHU, la Universidad pública.
Pradales ha arrancado su discurso —bautizado como “mensaje de Gabon” por los lehendakaris en el exilio durante la Guerra Civil y televisado desde 1982, con Carlos Garaikoetxea— con un balance del año que se va. Ha contrapuesto la inestabilidad “a ambos lados de los Pirineos” y la “incertidumbre” global con hitos en Euskadi como el pacto para mejorar Osakidetza, la reforma de la normativa de Vivienda con medidas “urgentes” para atajar la mayor preocupación ciudadana, la puesta en marcha en la propia Donostia del gran ordenador cuántico, la botadura de la nao San Juan, de nuevo en Gipuzkoa, y las operaciones empresariales en las que el Ejecutivo ha puesto dinero público, encabezadas por la de Talgo, que trasladará su sede social de Madrid a Álava. También ha tenido un recuerdo para la invasión de Ucrania y para el genocidio de Israel en Palestina.
Después, como segunda idea, ha pasado ya a hablar de migración. “A principios de este siglo erais 30.000. Hoy sois más de 300.000”, ha indicado de entrada. Y ha seguido: “Llegáis a un país con cultura, lengua e identidad propia. A un país que ha construido su bienestar a base de mucho esfuerzo, trabajo y colaboración. A un país democrático que ofrece libertad y seguridad. Llegáis a un país que sabe acoger y cuidar a quienes vienen de fuera. A quienes quieren formar parte de él”.
Según Pradales, los foráneos emprenden un camino “de doble sentido, de derechos y obligaciones”. “Porque la libertad de uno comienza por defender la libertad del de enfrente. La responsabilidad hacia el otro y, también, hacia la propia comunidad. Somos lo que nos une. Y lo que nos une debe ser más que el espacio físico [...]. Debe ser una identidad basada en valores como el respeto, la igualdad y la convivencia. Una vida en comunidad asentada sobre nuestra cultura y bienestar colectivo. Habéis puesto un pie en Euskadi. Os animo a que pongáis los dos”, les ha dicho el lehendakari a los 300.000 extranjeros residentes en la comunidad autónoma, algo más del 10% de la población. “Porque Euskadi es de todas esas personas que respetáis y contribuís a fortalecer los cimientos de la casa vasca, vengáis de donde vengáis. Pero no podemos hacerlo solos. Es necesario que todas y todos nos impliquemos con determinación”, ha continuado.
Después, el lehendakari se ha detenido en analizar la situación del euskera. “Hay quienes tratan de dificultar” su equiparación efectiva con el castellano y “desandar lo ya andado”, ha diagnosticado. Pero ha avisado de que “nada ni nadie podrá impedir que la ciudadanía de Euskadi continúe impulsando” la lengua “propia”. “Porque anida en lo más profundo de nuestros corazones. Y vamos a dar un nuevo salto hacia la normalización y revitalización del euskera”, ha comprometido.
Y ha cerrado su alocución, que es emitida en una versión en euskera y luego en otra en castellano de idéntico contenido, con los retos para 2026. Ha asegurado que “será decisivo” para “seguir mejorando” la “casa vasca”, en referencia al Estatuto de 1979. El año se cierra con el compromiso incumplido por parte de Pedro Sánchez de completar en 2025 las transferencias pendientes, lo que ha soliviantado al PNV en las últimas horas. “Los compromisos firmados con el Gobierno español siguen sin cumplirse”, ha denunciado el lehendakari, que insiste en que en enero quiere mantener una “reválida bilateral” con el presidente para analizar la situación. Ha añadido que “no se trata únicamente de más o menos competencias”, eso es “falso o simplista”, sino de “cuidar” el “mandato del pueblo vasco” emanado del referéndum de 1979, hace casi medio siglo. Por el contrario, no ha mencionado nada de la posibilidad de superar ese marco. Él mismo había fijado 2026 también con un año relevante para ello.
Pradales sí ha subrayado que en 2026 será el nonagésimo aniversario del primer Gobierno vasco autonómico, el creado en plena Guerra Civil con José Antonio de Aguirre al frente. En 2016, ese 7 de octubre fue festivo. Lo ha considerado un “ejemplo” en “colaboración” de diferentes partidos, dado que aquel Ejecutivo fue una coalición de su formación, el PNV, con socialistas, comunistas y otros republicanos, como el asesinado Alfredo Espinosa. Ha avisado, igualmente, “que los vientos de la historia pueden volver a soplar en contra”. “Confío en que sepamos acertar. Tengo plena confianza en nuestro pueblo. Mis mejores deseos para 2026”, ha remachado.
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