La Justicia suspende cautelarmente el reglamento que permite cazar en Gipuzkoa una hora antes del amanecer
La sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha suspendido cautelarmente el reglamento foral de caza de Gipuzkoa de 2025. Sostiene que la autorización de esta actividad una hora antes del amanecer puede generar riesgos tanto para los animales como incluso para las personas en tanto no se resuelva el fondo del asunto. La Diputación había alegado que no era una novedad, pero el tribunal recalca que eso no exime de que se pueda discutir ahora sobre la oportunidad o no de esa medida.
La resolución judicial ha sido dada a conocer por la entidad ecologista SEO/Birdlife, que había recurrido la orden foral, firmada en septiembre por el diputado Xabier Arruti, del PNV, y que se felicita por esta decisión cautelar. Temporalmente, mientras se resuelve el contencioso-administrativo, se vuelve a la normativa anterior, que permite la actividad cinegética solamente desde los veinte minutos previos al amanecer.
El Superior afirma que esta modificación horaria supone elevar de 20 a 60 minutos el tiempo “antes del orto” en el que se puede realizar esta actividad en Gipuzkoa y constata que en ese momento del día “existe una situación de noche/oscuridad/penumbra” que “afecta indudablemente a la seguridad general, no sólo la de las aves de especies protegidas sino incluso la de las personas”. Ha accedido a la cautelar porque “de no adoptarse” podría “producirse una situación de imposible o muy difícil reparación”. Se insiste en que la existencia de precedentes, algo que alegaba la Diputación, no evita que ahora se pueda discutir sobre la idoneidad del régimen horario.
Desde la entidad SEO/Birdlife, Kiko Álvarez, delegado en Euskadi, sostiene que es “muy positiva” la medida cautelar adoptada porque “el tribunal ha sabido interpretar bien los riesgos”. Alude a la “posibilidad de un accidente personal” o de “muerte de especies protegidas”. David de la Bodega, también portavoz de SEO/Birdlife, insiste en que ha imperado la “sensatez” porque la falta de luz es una “realidad física” que comporta riesgos. El monte, defienden, tiene que ser un espacio compartido en “plena seguridad” para cazadores pero también para “baserritarras, senderistas o ciclistas”.
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