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Vascos en California, la avanzadilla de una diáspora que ahora se reinventa

Un encuentro de las delegaciones vasca y americana

Rubén Pereda

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Fermín Francisco Lasuen y Diego de Borica nacieron en la misma ciudad, en Vitoria. Apenas los separaron seis años, los transcurridos de 1736 a 1742, y la casualidad quiso que sus experiencias no se desligaran aun a miles de kilómetros de su tierra natal. Uno por la fe franciscana —encabezó hasta nueve misiones por la Sierra Gorda mexicana— y otro por los azares militares y administrativos —llegó como teniente al virreinato de Nueva España y acabó siendo gobernador—, la historia de ambos acabó intrincada, pues terminaron por ser los alaveses más ilustres de la Alta California. Amigos, uno detentó el poder religioso y otro, el civil. Las biografías de Lasuen y Borica y varios de sus escritos son algunos de los elementos históricos que recopila la exposición 'Basques in California', que en los últimos años se ha desplegado a caballo entre Estados Unidos y Euskadi y que ahora, con aportaciones del museo vasco de Boise (Idaho) —la ciudad estadounidense con mayor concentración de vascos— y la Fundación Sancho el Sabio, puede visitarse en Vitoria hasta el 28 de octubre.

La inauguración de esta exposición ha coincidido con el Día de la Diáspora Vasca, que se celebra el 8 de septiembre, coincidiendo con el regreso a puerto de Juan Sebastián Elcano en 1522 tras completar su primera vuelta alrededor del mundo. “El pueblo vasco ha sido históricamente un pueblo migrante. Los vascos se integraron en las sociedades que los acogían, convirtiéndose en modelos de trabajo y compromiso con la comunidad”, se señalaba en un vídeo que ha presentado la secretaria general de Acción Exterior, María Ángeles Elorza. “Llevaron en el fondo del corazón a su país, y por eso intentaron que esa Euskadi idealizada, perfecta, que conservaban en sus corazones creciera a su alrededor allí donde se instalaron. Y transmitieron su amor a Euskadi a sus hijas e hijos. Los descendientes de esos emigrantes siguen siendo vascos, porque así se sienten en el fondo de su corazón. No renuncian a ser parte de la sociedad donde viven, pero también saben de dónde vienen sus raíces”, narraba el vídeo. Se recogen incluso ejemplares de los dos únicos periódicos que se publicaron en Estados Unidos en euskera, el 'Escualdun Gazeta' y el 'California-ko Eskual Herria'.

La exposición también dedica algunas vitrinas a revisitar la historia de Jesús de Galíndez. Natural de Amurrio, este escritor, jurista, profesor y afiliado del PNV se exilió a la República Dominicana tras la conclusión de la Guerra Civil y fue raptado en Nueva York por orden del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo en 1956. El 12 de marzo, desapareció de manera misteriosa tras impartir una clase en la Columbia University. Se subió al metro en el cruce de la 57 con la Octava Avenida y nada más se supo de él. Antes, se había significado como espía al servicio de los Estados Unidos, un activo cuya información era muy valorada. Tras fungir como delegado en Ciudad Triujillo, en la República Dominicana, entró en la rueda del espionaje con el SIS británico y acabó siendo agente del FBI. Arthur P. Duggan, también a nómina de ese cuerpo y de quien se dice que reclutó a Galíndez, hablaba de él en estos términos: “Galíndez ha sido franco al afirmar que prefiere informar sobre los nazis en Santo Domingo a hacerlo sobre las actividades de los comunistas españoles, donde cuenta con buenos contactos. De todas formas, siempre que ha podido ha brindado valiosa información sobre los movimientos e intenciones de los comunistas españoles”.

“Mirar más allá de nuestra geografía es una constante en nuestra historia y en nuestra sociedad”, ha señalado Elorza este miércoles, aunque ha trazado una distinción entre la 'diáspora tradicional' y lo que ha denominado 'nueva migración vasca. “Nuestra diáspora ha dado muestras de capacidad de adaptación y resiliencia y está preparada para aprovechar las oportunidades que brinda la digitalización”, ha señalado, en referencia a la Basque Global Network, que aglutina ya a 1.200 personas, un número que considera “discreto” pero que está segura de que crecerá, pues el Gobierno vasco ha “reafirmado” su compromiso.

Urkullu destaca la “gran red” de vascos

La jornada la ha presidido el lehendakari, Iñigo Urkullu, cuyas primeras palabras han sido para recordar a los fallecidos por COVID-19 en todo el mundo y que luego ha mostrado también su orgullo por el trabajo que llevan a cabo las comunidades vascas en el exterior y las 'euskal etxeak', que ha tildado de “activas, abiertas y dinámicas”. “Vivimos momentos difíciles. Por eso, traslado y comparto nuestro reconocimiento más sincero por la capacidad demostrada para hacer frente a la adversidad y ayudar a quien más lo necesita. Hemos empezado a ver la luz de después de la pandemia. Estoy seguro de que con el trabajo conjunto y con la ilusión que hoy renovamos saldremos juntos y reforzados de ella. Volveremos a mostrar al mundo la gran red de personas con la que contamos en el exterior”, ha abundado.

En la jornada dedicada a reivindicar la diáspora vasca, se ha contado también con testimonios de vascos que residen en el extranjero en la actualidad y que integran 'Basques in California'. “La resiliencia evolutiva, la capacidad de innovación, hacer las cosas de manera profesional... Salimos de los problemas todos juntos, con el trabajo colaborativo y se pone en valor el bien común. Esas son las marcas de Euskadi, lo que distingue a los vascos ante las instituciones europeas”, destacaba Marta Marín, que funge como delegada de Euskadi ante la Unión Europea. “Lo más importante es lo que llamamos circulación del talento, que tienen que impulsar las instituciones y las empresas. Lo malo es cuando el talento solo se va y no llega. El capital se pierde y con el tiempo el país se empobrece”, añadía Xabier Goenaga, que ejerce de científico para la Comisión Europea. Y Ángel Olaran, misionero que ha recorrido parte de África con sus proyectos, explicaba cómo su identidad vasca y también los viajes y las experiencias han forjado quien él verdaderamente es: “Hay dos injertos que son tan fuertes como mis raíces vascas: veinte años en Tanzania y treinta en Etiopía. Esa mezcla de los tres componentes soy yo”.

El lehendakari ha recalcado, además, su apuesta por aunar pasado, presente y futuro con medio centenar de actividades e iniciativas que están organizadas en más de una docena de países. Como clave de bóveda del pasado ha situado la exposición 'Basques in California'; el presente se sostiene sobre las actividades ya organizadas y el reto #EuskoChallenge, que anima a los vascos diseminados por el mundo a mostrar cómo viven, y el futuro pasa por la iniciativa HanHemen, que pretende entretejer una red que aglutine “con ideas, propuestas, experiencias y necesidades” a todos los vascos. Además, el lehendakari se ha congratulado por contar ya con un Archivo de la Diáspora Vasca que lleva más de dos años en funcionamiento y por contar con un grado de especialización universitaria en la UPV/EHU. “Nuestro reconocimiento al trabajo silencioso, voluntario y constante de estas miles de personas. Aportáis lo mejor que tenéis a la comunidad y contribuís a fortalecer la imagen de Euskadi mediante la cultura, la gastronomía, el deporte o la difusión del euskera”, ha agradecido a los vascos que viven en el extranjero.

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