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DATOS

51 países no han llegado ni al objetivo de vacunar al 10% de su población contra la COVID-19

Ilustración: Fani Gutiérrez.

Icíar Gutiérrez / Victòria Oliveres

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Era el primero de los objetivos marcados por la comunidad internacional para hacer frente a la desigualdad en la vacunación mundial contra el coronavirus. Para finales de septiembre, el 10% de la población de todos los países debía tener la pauta completa. No se ha logrado. 

A día de hoy, 51 países no han alcanzado esta meta, según el análisis de elDiario.es basado en las cifras del portal especializado Our World in Data. De estos, 42 tampoco han llegado aún al 10% de población con al menos una dosis. El análisis excluye a Eritrea, Corea del Norte, Burundi y Turkmenistán, para los que no hay datos.

“No alcanzar el objetivo de vacunación del 10% es un fracaso mundial”, ha dicho este jueves Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha elevado hasta 56 el número de países que no lo han conseguido –la base de datos de la OMS incluye también territorios más pequeños y cifras de cobertura que pueden diferir en fechas–.

Se trata de una marca que, en cambio, España batió hace cinco meses, el 3 de mayo. Estados Unidos la superó aún antes, el 11 de marzo.



El grueso de este medio centenar de países rezagados, tres de cada cuatro aproximadamente, están en África. Nueve se ubican en Asia (18%), seguidos por tres en América Latina y el Caribe (6%) –Haití, Jamaica y Nicaragua–, según los datos de Our World in Data analizados por elDiario.es. En Oceanía hay solo un país que no lo ha cumplido, Papúa Nueva Guinea. Ningún territorio está en Europa ni en Norteamérica.

La desigualdad queda patente cuando se pone la lupa sobre el nivel de renta, con una correlación clara: los países sin este mínimo de cobertura vacunal son, en su mayoría, empobrecidos. O lo que es lo mismo, a mayores ingresos, más población inmunizada. Más del 80% de las 51 naciones que no han superado el 10% de la población con la pauta completa son de renta baja y media-baja. 


La brecha de vacunación en cada país por nivel de renta

Porcentaje de población con la pauta completa de vacunación en cada país agrupados por niveles de renta. El tamaño de la burbuja indica la población del país. Destacados los paises donde la población completamente vacunada no alcanza el 10%

Fuente: Our World in Data, Banco Mundial


Prácticamente la totalidad de los territorios ricos ha vacunado a al menos el 10% de sus ciudadanos. La única excepción es Taiwán, que ha sido muy eficaz en el control de la pandemia, pero ha sufrido retrasos en las entregas y reticencia de la población en su campaña de inmunización, y empezó más tarde a vacunar que los países occidentales. Más de la mitad de la población taiwanesa, no obstante, tiene ya una dosis. El 85% de las naciones de renta media-alta también ha inmunizado a más del 10% de su población.

En cambio, solo dos países empobrecidos, Ruanda y Tayikistán, con alrededor del 13% y 16% de la población completamente inmunizada, han alcanzado el objetivo fijado durante la Asamblea Mundial de la Salud de mayo por el director general de la OMS, que pidió a los países miembros acelerar el ritmo de las entregas de dosis para hacerlo realidad.

Más del 90% de los países de ingresos bajos no han llegado al 10% de cobertura. “Esto no es culpa suya [de los países de renta baja]. Hemos escuchado excusas de los fabricantes y de algunos países de renta alta sobre cómo los países de renta baja no pueden absorber las vacunas”, dijo el jefe de la OMS a principios de septiembre. “Casi todos los países de bajos ingresos ya están poniendo las vacunas que tienen, y tienen una amplia experiencia en campañas de vacunación a gran escala contra la poliomielitis, el sarampión, la meningitis, la fiebre amarilla y más”.

Sin embargo, recordó, “como los fabricantes han dado prioridad o se han visto obligados legalmente a cumplir acuerdos bilaterales con los países ricos dispuestos a pagar mucho dinero, los países de bajos ingresos se han visto privados de las herramientas para proteger a su población. Se ha hablado mucho de la equidad de las vacunas, pero se ha actuado muy poco”.

La OMS ha marcado dos objetivos más: que todos los países vacunen a al menos el 40% de su población para finales de este año y al 70% a mediados de 2022, una meta con la que se alinearon por lo general los líderes mundiales en la cumbre global organizada por Estados Unidos la semana pasada, paralelamente a la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Varios países han superado ya el 70% de población vacunada completamente a estas alturas del año. Más del 90% ellos son ricos.

África, a la cola

África es, de lejos, el continente que concentra el mayor número de países con una cobertura por debajo del 10%. Nueve países africanos, incluidos Sudáfrica, Marruecos y Túnez, cumplieron la meta a principios de septiembre y varios más han logrado acelerar hasta alcanzarla gracias al aumento de las entregas de vacunas, ha dicho este jueves la rama de la OMS en el continente, cuyos datos incluyen también entre los que ya han superado el 10% a Botsuana.

Aun así, los que han conseguido superar el umbral representan apenas un cuarto de los países de este continente.

La OMS ha dejado claro que el acaparamiento de vacunas [principalmente por los países de mayores recursos] ha frenado al continente. “La escasez de suministros en África entre abril y julio provocó incertidumbre e inseguridad entre los países africanos, lo que en última instancia repercutió en la aceptación”, dijo OMS África hace unos días.



“La falta de acceso a las vacunas es la principal causa de la disparidad en la vacunación. Los países no pueden poner vacunas que no tienen”, dice a elDiario.es Andrea Taylor, subdirectora del Centro de Innovación en Salud Global de la Universidad Duke. 

Muchas naciones de menores recursos confiaron para sus campañas en el mecanismo de reparto equitativo COVAX. Pero su suministro se vio interrumpido, principalmente tras los retrasos de su principal proveedor a raíz de la ola devastadora de coronavirus en India la pasada primavera. Estas limitaciones a la exportación solo profundizaron aún más los problemas a los que ya se enfrentaba COVAX. La iniciativa no comenzó sus primeros envíos hasta finales de febrero, aseguró volúmenes bajos y el acaparamiento por parte de los países ricos a través de acuerdos bilaterales perjudicó su capacidad de compra. Varios dirigentes han expresado su frustración con COVAX y muchas voces han cuestionado que el mecanismo está fallando en su objetivo.

El suministro a la iniciativa ahora está aumentando. Pero a principios de septiembre, los impulsores dijeron que no se alcanzará el gran objetivo inicial de contar con 2.000 millones de dosis a finales de este año. En su lugar, calculan que, en 2021, tendrán acceso a 1.425 millones de dosis en el escenario “más probable”, 575 millones menos de las que esperaban. 

COVAX ha pedido que se levanten urgentemente todas las restricciones a la exportación, que los fabricantes cumplan sus compromisos con el mecanismo y sean transparentes con los calendarios y las colas de entrega, “para que los países que ya han logrado una alta cobertura cedan su lugar en la cola a COVAX y para que se amplíen, aceleren y sistematicen las donaciones de dosis”.

Agathe Demarais, directora de pronósticos globales del Economist Intelligence Unit, menciona otros factores que también han influido en las disparidades mundiales en la vacunación, principalmente “la escasez mundial de materias primas, la limitada capacidad de producción sobre todo en los países en desarrollo”, pero ha habido otros como la financiación, las barreras logísticas –principalmente relacionadas con la infraestructura de transporte adecuada y cadenas de frío–, falta de personal sanitario o reticencia vacunal.

Además, indica, “en las economías desarrolladas la atención se está desplazando gradualmente hacia la vacunación de los niños y la administración de dosis de refuerzo a la población general, lo que agravará la escasez de materias primas y los cuellos de botella en la producción”. La OMS ha pedido una moratoria global para las terceras dosis de refuerzo al menos hasta fin de año, con el objetivo de que todos los países puedan vacunar al menos al 40% de su población.

Acelerar las donaciones

La empresa de análisis Airfinity calculó a principios de septiembre que se habían entregado menos del 15% de las dosis que los países del G7 se han comprometido a donar. También estima que las naciones occidentales podrían donar más de 1.200 millones de dosis solo en 2021. Muchos países ricos han comprado suficientes vacunas para inocular a sus poblaciones varias veces.

En otro análisis posterior, calculaban que 100 millones de dosis de países del G7 y la UE van a caducar a finales de año, y deben redistribuirse inmediatamente.

Pero la redistribución de vacunas sobrantes no es una tarea sencilla porque depende de los países donantes, los receptores y del sector farmacéutico, según los expertos, que llevan tiempo advirtiendo de que este tipo de donaciones suelen dificultar la planificación en los países que las reciben.

En la actualidad, como explicó un portavoz de COVAX a este diario, las donaciones se están repartiendo en volúmenes reducidos, con poca antelación y con fechas de caducidad cortas, lo que supone, dicen, un enorme esfuerzo logístico. Como resultado, los países receptores tratan de utilizar las vacunas en un plazo muy ajustado.

Este es uno de los problemas que señala Taylor, que dice que en los próximos meses, las principales limitaciones pasarán de la oferta mundial a los desafíos a nivel de país. “Uno de los retos es el flujo imprevisible de las entregas de vacunas, que llegan a trompicones y con poco aviso a los países de menores ingresos. (...) Los ministerios de Sanidad no saben si la próxima semana tendrán 500.000 dosis o ceros dosis para distribuir. ¿Cómo pueden las áreas locales establecer horarios para los trabajadores sanitarios u horarios de vacunación para la población? ¿Cómo pueden asegurar que habrá suficiente almacenamiento de frío cuando no saben lo que va a llegar?”.

La experta de Duke añade que, por último, muchos países “necesitan más apoyo para hacer frente a la logística interna y a las dudas sobre las vacunas, de modo que puedan distribuirlas eficazmente una vez que las reciban”.

Pero ahora mismo, reitera, la cuestión sigue siendo la asignación global: las vacunas “que tenemos no están llegando a las partes del mundo donde más se necesitan”.

“Es un fracaso. A nivel mundial, habremos producido suficientes dosis para finales de año para vacunar completamente a casi toda la población, pero no estaremos ni cerca de vacunar realmente a la mayoría de la gente porque no estamos llevando las vacunas a donde se necesitan. Lo que esta pandemia ha puesto de manifiesto es que no existe una comunidad global ni un liderazgo global”, dice Taylor.

Demarais recuerda que hasta ahora las donaciones de los países ricos “solo han cubierto una parte de las necesidades y, a menudo, ni siquiera se han entregado”.

Los datos sobre donaciones que rastrean los investigadores de Duke también muestran que “se ha puesto más energía en hacer promesas que en cumplirlas”, dice Taylor. “La urgencia de la situación parece haberse perdido en toda la retórica, las cumbres y los comunicados de prensa. Aún es posible alcanzar el objetivo del 40% y es muy importante que lo hagamos, pero todos tendremos que pedir cuentas a nuestros propios gobiernos para conseguirlo. Los países que disponen de vacunas deben compartirlas ahora, no el año que viene”.

“No más excusas. No más promesas incumplidas”, ha dicho Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Es posible si hay voluntad política de cumplir con los compromisos compartiendo dosis, compartiendo conocimientos, tecnología y licencias, renunciando a los derechos de propiedad intelectual, intercambiando entregas y priorizando COVAX y AVAT [Fondo Africano para la Adquisición de Vacunas (AVAT), puesto en marcha por la UA] y haciendo transparentes los calendarios de producción. Más inacción equivale a vidas perdidas”.

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