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“Israel empieza su Estado con un desplazamiento masivo de palestinos y hoy en día eso se llama limpieza étnica”

Jorge Dezcallar, diplomático y exdirector del CNI, durante su entrevista con eldiario.es.

Javier Biosca Azcoiti

A menudo, los diplomáticos están para resolver los errores, o los ridículos, de los políticos. Desde guerras, hasta otros detalles menos peligrosos. Como cuando un joven Jorge Dezcallar tuvo que aclarar al director del MoMA de Nueva York, uno de los museos de arte moderno más importantes del mundo, que la propuesta del entonces ministro de Hacienda español, Francisco Fernández Ordóñez, de ofrecerle un Velázquez a cambio del Guernica de Picasso era solo “un pronto” insignificante del ministro.

Jorge Dezcallar ha sido embajador en países como Marruecos y EEUU y fue director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) entre 2002 y 2004, del que salió tras su encontronazo con el presidente José María Aznar por su gestión de la crisis de los atentados del 11-M. Aquello lo contó en su primer libro de memorias, Valió la pena, pero aún le quedan anécdotas que se ha guardado para su segundo libro, El anticuario de Teherán.

En el libro habla en varias ocasiones sobre los muros que está levantando Europa a los refugiados. ¿Cómo calificaría estas políticas?

Se achaca a la Unión Europea no hacer cosas cuando los que no hacen cosas son los Estados. Yo creo que el papel de la Unión Europea en el tema de los refugiados es malo. En Jordania, por ejemplo, hay un refugiado por cada 10 habitantes; en Líbano, uno por cada tres habitantes; y en Turquía hay más de tres millones. En Europa, si vinieran un millón de refugiados, tendríamos uno por cada 500 habitantes y, aun así, Europa cierra las puertas. Yo creo que esto no es un problema de poder, es un problema de querer.

Yo creo que cerrar las puertas envía al mundo un mensaje muy insolidario y muy malo de esa Europa que tiene el 9% de la población mundial y el 50% del gasto social mundial. Yo creo que Europa está mostrando una cara fea en este asunto.

Si ahora mismo fuese usted director del CNI, ¿sería su opinión la misma?

En un país que tiene el grado obsceno de desempleo que tiene España, yo creo que es complicado abrir la puerta a inmigrantes. Pero sinceramente pienso que con la tasa de natalidad que tenemos, o aceptamos inmigración, o nuestro sistema de seguridad social es insostenible. España necesita inmigración y hay que ser solidarios con la gente que lo pasa mal.

Yo comprendo que no se pueden abrir las puertas. Si en algún momento se abrieran las puertas se calcula que durante la primera semana unos cinco millones de africanos emigrarían a Europa. Pero una cosa es la inmigración económica y otra son los refugiados. Sinceramente, yo aconsejaría al Gobierno ser generoso.

La anécdota que da nombre al libro hace referencia a la vida de un iraní humilde a quien las sanciones le impiden ir a la boda de su hija en California e incluso mandarle un collar de perlas que pertenecía a su esposa. Ese tema no puede tener mayor relevancia actual. ¿Funciona el régimen de sanciones?

El régimen de sanciones no funciona. Yo comprendo que la frustración de la comunidad internacional tiene que manifestarse de alguna forma y entonces impone sanciones. Pero ni las sanciones están doblando la voluntad de Putin, ni van a poder tampoco con la voluntad de Irán. Las sanciones no funcionan. Los países tienen su orgullo. Lo que pasa es que efectivamente uno tampoco puede pasar por alto una situación tan violenta como la anexión de Crimea. Yo creo que las sanciones revelan un poco esa frustración e impotencia.

Lo que ha hecho Trump hace de Oriente Medio un lugar más inseguro. Creo que los asuntos que a Trump le preocupan, que es la intervención de Irán en algunos países de la región, aunque no es el único, ya que Arabia Saudí también interviene en otros, la política de misiles y su nefasta política de derechos humanos, pueden ser enfocados y discutidos con los iraníes, pero sin poner el peligro el pacto nuclear. Lo que pasa es que al señor Trump todo aquello que huela a Obama le parece mal. Está haciéndolo por razones de política interna americana, pero esas razones a mí ya me están costando un aumento del precio del petróleo.

¿Cómo calificaría la política exterior de Trump?

Trump es un producto de una situación preexistente: esa agresión cultural y económica que sienten sectores amplios de la sociedad estadounidense y que Washington no ha sido capaz de percibir. Dicho eso, Obama tenía una política exterior que podría gustar más o menos, además de tener un Congreso muy polarizado que le impidió hacer muchas cosas. Pero en el caso de Trump no hay política exterior, hay ideas de proteccionismo, desconfianza hacia las alianzas comerciales, disgusto por las organizaciones internacionales, de la seguridad por encima de todo y de EEUU por encima de todo. Son ideas muy primarias.

A él le gusta ser impredecible y eso genera mucha inseguridad. Yo creo que EEUU ha renunciado al liderazgo mundial y eso es muy grave. EEUU ha dejado de ofrecer un liderazgo de seguridad e incluso un liderazgo moral y eso está produciendo un enorme vacío de poder que está siendo ocupado por otros.

¿Quién está ocupando ese vacío?

Pues está muy claro. En Oriente Medio está Rusia, que está jugando claramente por encima de su peso. Rusia tiene un PIB ligeramente superior al de España, pero es verdad que es potencia nuclear y que tiene un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero no es China, que tiene un PIB de 10 billones de dólares. Por eso a Rusia le molestó mucho aquello que dijo Obama de que era una potencia regional.

En definitiva, Rusia está intentando rellenar ese hueco en Oriente Medio y en Europa. En el Pacífico, sin duda, es China. La decisión de Trump de salirse del TTP ha dejado terreno libre a China. China se ha convertido en el paladín del libre comercio y, al compararlo con el proteccionismo de Trump, parece el mundo al revés.

¿Qué opina de la invasión de Irak de 2003?

La invasión de Irak se hizo sobre un presupuesto falso, que eran las armas de destrucción masiva. Pero lo grave de la invasión es el torbellino que ha desatado en Oriente Medio. En Oriente Medio había un conflicto, que era el conflicto entre Israel y Palestina, y ahora hay seis conflictos. Además, la invasión americana de Irak ha permitido la expansión de Irán. Visto lo visto, la invasión de Irak ha sido un desastre.

España tiene una responsabilidad especial en el conflicto del Sahara Occidental con Marruecos, aunque parece que ha hecho lo posible por no estropear sus buenas relaciones con el país vecino. ¿Por qué?

Lo que hizo España entonces fue refugiarse en la ONU. Yo voy a apoyar lo que las partes digan y Naciones Unidas bendiga y así evitar ser objeto de presiones contrapuestas de Marruecos por un lado, de Argelia por otro y del Polisario por otro. 'Déjenme. Ustedes pónganse de acuerdo y que la ONU lo bendiga', ese era el pensamiento.

Nosotros hemos defendido un referéndum de autodeterminación. Curiosamente, Aznar defendió más la tesis de la autodeterminación que lo que hizo luego el PSOE con Moratinos, que dieron el giro a una política más marroquí. Yo creo que esta decisión se debe a una razón de realpolitik. En este contexto actual que ya se veía venir desde los atentados de 2001 en las Torres Gemelas, un Estado pequeño frente a Canarias y con una población muy reducida, tendría muchas posibilidades de convertirse en un Estado fallido, o por lo menos en un Estado donde pudiera haber intromisiones extranjeras. Yo creo que por esa razón EEUU, Francia y en último término España han evolucionado hacia una postura que defienda un acuerdo mutuo entre las partes que dé a los saharauis cierta autonomía para gestionar sus asuntos, pero que no se convierta en presa fácil para otros.

¿Ha utilizado Marruecos la llave de la inmigración como moneda de cambio en su relación con España?

Yo creo que en algún momento sí lo ha hecho, pero la inmigración irregular también es un problema para Marruecos, no solo para España. Pero es verdad que cuando Marruecos coopera y colabora la llegada de pateras se reduce drásticamente y cuando Marruecos muestra su insatisfacción con España por alguna razón, entonces abre un poquito la mano y empiezan a llegar pateras. Eso ha pasado siempre y no es novedad.

Usted ha conocido a líderes israelíes y palestinos. ¿Cómo vislumbra el futuro del conflicto?

Hombre, en este momento yo lo veo peor que nunca por dos razones: una porque los israelíes se sienten muy reforzados con el traslado de la embajada a Jerusalén, que implica un respaldo muy fuerte de Trump a la política de ocupación y de asentamientos, y por otra parte porque los palestinos están muy divididos y no se ve un acercamiento entre Hamás y la Autoridad Palestina. Yo creo que el único mediador viable es EEUU y EEUU no es visto en estos momentos como un mediador imparcial. En consecuencia, las perspectivas de paz se alejan. Ellos solos no llegarán nunca a un acuerdo. Un acuerdo exige condiciones y los israelíes no se ven presionados a hacer esas condiciones.

Los israelíes quieren un Estado judío y democrático, pero no puede ser las dos cosas a la vez si mantienen la ocupación, porque además la población palestina crece a mayor velocidad que la judía. Llegará un momento en que ese Estado será un Estado judío con los palestinos fuera o que ese Estado incorpore a los palestinos y deje de ser judío.

Es muy duro decir esto, pero Israel empieza su Estado con un desplazamiento masivo de palestinos, hoy en día estas cosas se llaman limpieza étnica. Pero fue eso y no se dice. Si uno ve las estadísticas, el grado de equipamiento de las zonas palestinas ocupadas es de un 12% en relación con el resto de Israel, esto hace referencia a escuelas, sanidad, transporte... No es que sean ciudadanos de segunda, son de tercera. Creo que en el medio y largo plazo Israel tiene que pensar si esta situación puede continuar.

Israel ha matado a cerca de 100 personas en las últimas semanas. ¿Es esa sensación de impunidad un fracaso de la diplomacia internacional?

Esa sensación de impunidad viene de la aplicación del veto por EEUU en el Consejo de Seguridad. EEUU ha vetado una investigación imparcial, objetiva e independiente. Parece que hay una ley para los poderosos y otra para los débiles, y eso es muy malo. Este EEUU prepotente está dando la sensación de que las leyes y los tratados son para que los cumplan los demás, como el acuerdo nuclear con Irán o el acuerdo del clima de París. Nadie debe estar por encima de la ley. No hay países de primera y países de segunda y no hay países que por estar protegidos por países de primera puedan violar el derecho internacional. Yo creo que la represión israelí del otro día fue, por lo menos, desproporcionada.

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