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Vecinos y vecinas de Lavapiés aprovechan las fiestas de San Lorenzo para reivindicar lo distintivo del barrio al margen del programa oficial

Uno de los mensajes reivindicativos con los que la plataforma Fiestas Populares de Lavapiés ha engalanado la calle Sombrerete. "Más vivienda, menos hoteles y menos AirBnb, igual a BARRIO"

Antonio Pérez

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Las de San Lorenzo son las fiestas de agosto de Lavapiés y adelantándose a su programa oficial, que tiene lugar este martes y miércoles en la plaza de Arturo Barea con acceso restringido de público, la plataforma de las Fiestas Populares de Lavapiés las daba por iniciadas, con modestia y orgullo, el pasado fin de semana, adornando las calles Sombrerete, Lavapiés y De la Fe.

La citada plataforma la integran asociaciones como Valiente Bangla, Red Interlavapiés, Red Solidaria de Acogida y Sindicato de Manteros, entre otras, además de vecinos y vecinas particulares y algunos comercios; un conjunto de colectivos heterogéneo con un fuerte nexo en común: el barrio y sus distintas luchas y resistencias.

En la plataforma trabajan desde hace un lustro para que estas fiestas hablen y celebren las peculiaridades de Lavapiés, ayuden a que no pierda su identidad y conecten a sus gentes. Tras la suspensión de los festejos por la pandemia el año pasado, en 2021 celebran estas “no fiestas”, que el Ayuntamiento ha dado en llamar “conmemoración”, adornando las mencionadas calles y poco más.

Les hubiera gustado armar una programación protagonizada por agentes culturales locales y que pudiera haberse seguido a través de internet, rescatar el tradicional concurso de engalanar calles y corralas y que la oficialidad del festejo hubiera destacado el trabajo de todas aquellas organizaciones y particulares que han arrimado el hombro para salir en común de la crisis del Covid-19, pero no han tenido una respuesta positiva de la Junta Municipal de Centro en este sentido, por lo que las celebraciones populares y oficiales discurren en paralelo.

La Junta Municipal del Distrito Centro ha optado por celebrar las tradicionales fiestas de agosto de San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma en un formato restringido y en lugares acotados, con actividades y conciertos en la zona de El Rastro (plaza General Vara del Rey), Lavapiés (plaza de Arturo Barea) y La Latina (Jardines de las Vistillas). Lo de restringido significa que para cada actividad de las programadas el aforo máximo ha sido y será, según cada espacio, de 241 sillas, 187 y 252, respectivamente.

Para la plataforma de las Fiestas Populares de Lavapiés es muy poco público el que va a poder disfrutar de las propuestas para el desembolso económico que suponen, por lo que no estaban a favor de la celebración oficial tal y como ha dispuesto el Ayuntamiento, aún entendiendo lo complicada de la situación actual por la pandemia: “Gastar mucho dinero público para que lo disfruten pocas personas no nos ha parecido lo ideal”.

El contrato para la organización de las tres fiestas de agosto del distrito Centro ha sido adjudicado por un total de 67.304€ a una oferta que ha rebajado en casi 25.000€ el presupuesto base de 92.197,92€ que tenía el Ayuntamiento.

“Como todos los años, se nos invitó en el mes de febrero a participar en la Comisión de Fiestas de Centro, mesa en la que distintos agentes se sientan con la Junta del distrito y donde somos muy activos en la elaboración de la programación y de los contenidos de los festejos, presentando una escaleta de actividades y ayudando a la empresa que gana la licitación para la realización de los mismos, pero este año no nos han hecho caso. Tampoco han querido elegir el cartel de la celebración a través de un concurso, como se había venido haciendo, y que creemos que este año debería de haber hecho referencia a lo que ha sufrido el barrio en pandemia y a la solidaridad con la que ha respondido a la crisis”, afirma una portavoz de la plataforma de las Fiestas Populares de Lavapiés.

Finalmente, el programa oficial de San Lorenzo se despacha con dos días de misas, propuestas infantiles, cuplé, zarzuela, neo copla -a cargo de la malagueña María Pelae- y con la actuación de un grupo tributo a Jarabe de Palo. “Acabamos como en todo. No sabes si estás en las fiestas de Tetuán, en las de Chamberí o en las de Lavapiés porque todo es igual. Cada barrio tiene sus peculiaridades, también los que estamos tan juntos en Centro, en las sucesivas fiestas de agosto, y las fiestas de cada zona deberían de aprovecharse para resaltar esa diversidad y dar oportunidades a artistas locales”, indican desde la plataforma.

Así, lo particular y local, lo distintivo y las redes vecinales que desde las Fiestas Populares de Lavapiés pensaban que había que destacar, protagonizan las “no fiestas” organizadas por la plataforma, una sencilla reivindicación lúdica que muestra “la solidaridad, empatía y diversidad racial, étnica y social” que caracteriza al barrio.

Vida, mujeres y resistencias

“Hemos querido alegrar Lavapiés poniendo las calles bonitas. Decidimos juntarnos y elaborar los adornos desde un punto de vista ecológico, de reciclaje de ropa y cartones… El domingo por la mañana nos reunimos entre 30 y 40 personas para colgar las guirnaldas de mensajes que empoderan las luchas y ponen en valor la resistencias de nuestro barrio y para mantener la plataforma viva. Fue una jornada que sirvió para hacer barrio y a la que, incluso, se unieron de forma espontánea personas que vieron lo que estábamos haciendo y nos echaron una mano”.

La calle Sombrerete está dedicada a “Proteger la vida”, con mensajes a favor de la sanidad pública universal, de intérpretes en los centros de salud, de la regularización de todos los migrantes en situación administrativa irregular, del cuidado de la Tierra, de los feminismos, del acceso a la vivienda... Pasear por ella es acercarse a la realidad de Lavapiés en cuestión de un par de minutos.

La parte baja de la calle de Lavapiés se ha convertido en un “homenaje a las mujeres anónimas que hacen barrio”, donde los rostros de 41 vecinas de la zona cuelgan en forma de banderines de lado a lado. “Sobre ellas ha recaído buena parte del peso de la pandemia. Son la vecina de al lado, importantes en el papel que juegan dentro de su comunidad pequeñita”.

Por último, la calle de la Fe se ha dedicado a las “Resistencias”. Esa palabra, escrita en distintas lenguas, “simboliza que Lavapiés es un cachito de mundo lleno de riqueza cultural”.

¿Y para las fiestas de 2022, cuando supuestamente regrese la normalidad? “El futuro es incierto”, aseguran desde la plataforma organizadora de las Fiestas Populares de Lavapiés que, en cualquier caso, lo que no desea es la vuelta a unas celebraciones poco respetuosas con el descanso vecinal, llenas de elementos ajenos al barrio y en las que todo se le dé al hostelero.

“Antes de la pandemia logramos que se redujera el número de barras que se instalaban en las calles. No queremos que la vuelta a la normalidad signifique una vuelta al mogollón. Seguiremos con mucha lucha y mucha pelea trabajando para tener unas fiestas de barrio en las que creemos, más vecinales”.

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