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Condenados a perder los partidos porque el Ayuntamiento de Madrid les obliga a jugar a 6 kilómetros de su colegio

El equipo alevín del  CEIP Felipe

Luis de la Cruz

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Todos los fines de semana por la mañana, los centros deportivos municipales, pistas al aire libre y algunos patios de colegios se llenan de familias que acuden a ver a sus chavales en los Juegos Deportivos Municipales. Clubes y equipos de colegios concurren en esta competición y, aunque están organizados por distritos, en ocasiones algunos equipos se apuntan en lugares lejanos a sus sedes por distintas razones, lo que convierte la peregrinación de familias acompañantes en una estampa ya clásica del sábado a primera hora.

Una estampa clásica de la ciudad de clase media, en realidad, que oculta otras realidades injustas, normalmente ocultas, como la que evidencia el caso que nos ocupa hoy. Los chicos del equipo de fútbol sala -categoría alevín- del colegio público Felipe II, en La Ventilla, se sienten engañados y tienen un buen disgusto porque, en contra de lo que les habían asegurado, juegan muchos de sus partidos en un colegio concertado de Montecarmelo al que les es imposible llegar.

El Felipe II es un centro colegio público situado en el número 70 de la Avenida de Asturias (Tetuán). Entre su alumnado, abundan las familias receptoras de Renta Mínima de Inserción o del Ingreso Mínimo Vital; el porcentaje de niños y niñas con beca de comedor es alto, hay numerosas familias monoparentales, sin coche y para las que la tarjeta de transporte entra en el apartado de gastos. Muchas de las familias no son, definitivamente, los protagonistas habituales de la estampa antes descrita, de la hégira motorizada de fin de semana al polideportivo.

Lo que si tiene el CEIP Felipe II es un equipo directivo (relativamente nuevo) y una comunidad alrededor que se desvive por su alumnado. A pesar de no contar con un AMPA que las organice, como en otros colegios, a sus alumnos no les faltan todo tipo de actividades extraescolares y proyectos motivadores. Desde hace años cuentan con una extraescolar de fútbol sala proporcionada por la federación, con un monitor entregado que se viste de entrenador y acompaña a los chicos a jugar los fines de semana la liga del distrito. Quedan en el cole y, desde allí, van a jugar donde toque.

Este año, cuando el entrenador fue a inscribir al equipo, el promotor deportivo de la Junta Municipal de Tetuán le sugirió que se apuntara esta vez a la del distrito de Fuencarral- El Pardo. La Ventilla está a tiro de piedra del Barrio del Pilar –más cerca que algunas sedes habituales de la liga en Tetuán– y le aseguró que los partidos se jugarían en el Centro Deportivo Municipal Vicente del Bosque, a quince minutos andando del colegio. El año pasado el Felipe II fue una de las sedes en Tetuán, pero para las federaciones supone más sencillo concentrar los partidos a los que tiene que enviar árbitros en menos sitios.

La sorpresa llegó con el calendario de partidos, pues la mitad de ellos se jugaban cada jornada en Santa María la Blanca, un colegio concertado religioso del barrio de Montecarmelo, a más de seis kilómetros y cuarenta minutos en transporte público (con transbordo) del Felipe II. A ellos les tocaba jugar ocho partidos en el colegio del PAU de la zona norte.

Aunque llegaron a ir a un partido en el coche, apañándose con el vehículo particular del director del colegio y su pareja, constataron que la situación era inviable y el entrenador no sería capaz ir en ningún caso de llevar solo con los diez niños de 10 u 11 años hasta allí. “Además, podría ser un problema grave si tenemos un accidente”, explica a este medio Juan Miguel Antoranz, director del centro.

Antoranz escribió entonces a las juntas municipales de Tetuán y Fuencarral-El Pardo. De la segunda obtuvo poca respuesta, al margen de los reglamentos publicados y la negativa de que se les hubiera dicho que jugarían en el Barrio del Pilar. Por si fuera poco, el delegado-entrenador del equipo recibió desde la Oficina de Promoción Deportiva del distrito vecino un correo sin firmar con amenazas poco veladas y el presidente de la Federación de Fútbol Sala en copia: como también es árbitro de esta disciplina, de persistir en el empeño, podría sufrir algún tipo de sanción.

Blanca Pinedo-Texidor, concejal presidente de Tetuán, recibió al director del colegio en enero después de un par de aplazamientos previos. El colegio salió de la reunión con el compromiso de la Junta de que se ocuparía de que el resto de partidos que les tocaran en el Santa María la Blanca podrían jugarse en otra sede (bastaría con que se recolocaran en la pista del Vicente del Bosque, donde se juegan el resto de partidos). Pero las palabras cayeron en saco roto y el equipo siguió siendo convocado a jugar en Montecarmelo. En la Junta de Fuencarral-El Pardo, mientras, siguieron actuando como si la reunión en la junta vecina no hubiera existido… y en la propia Junta de Tetuán dejaron, también, de contestar los correos electrónicos.

“Me siento completamente engañado, a los chicos se les ha perjudicado y también se sienten engañados. Podrían, en último caso, haber ofrecido un transporte o unos monitores para que les acompañasen”, explica el director del centro.

Como única solución, desde Fuencarral (donde ya les amenazaron con la expulsión después de la segunda incomparecencia) les señalan un formulario para pedir burocráticamente el aplazamiento o cambio. Y llegaron a hacerlo, pero se les denegó la petición. “Los otros equipos saben que si no vamos ganan el partido por seis a cero, se dio el caso que el propio Santa María la Blanca dijo que ellos en ningún caso podrían desplazarse, y eso que juegan todos los partidos en su propio colegio y que tienen más medios”, explican desde el Felipe II. Y el argumento es lógico: los chicos del cole de La Ventilla han ganado casi todos los partidos que han jugado en el Vicente del Bosque. “Pero nos dan por perdido por seis a cero y nos quitan un punto por sanción cada vez que no podemos ir, podríamos ir primeros”.

Esta jornada no hay fútbol municipal por el parón de carnaval, pero el próximo 4 de marzo les vuelve a tocar jugar en Montecarmelo. Ese día, jugarán en la liga de Fuencarral-El Pardo equipos para los que la distancia no es un problema, como el Sagrado Corazón Rosales, que se ha apuntado en este distrito pese a estar situado en la calle Ferraz. Sin embargo, si nadie busca una solución, los chavales del Felipe II vivirán otra frustrante jornada sin liga por falta de voluntad política.

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