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La EMVS tala la morera centenaria de Tetuán que los vecinos hicieron símbolo del viejo barrio y del desmán urbanístico

Reclamación vecinal frente a la morera antes de su desaparición

Luis de la Cruz

Madrid —
27 de agosto de 2025 07:42 h

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El pasado mes de julio, un grupo de vecinos de Tetuán, liderado por la comunidad de Espacio Lorenzana, guio un paseo durante las fiestas del distrito. Una de las postas, camino de la caseta vecinal situada en el parque Rodríguez Sahagún, fue la morera centenaria de la calle Alberdi.

La silueta superviviente en las alturas del Paseo de la Dirección, en medio de los desmontes de un barrio arrasado por una larguísima operación de remodelación urbana y expropiaciones, se medía a las gigantescas torres Skyline, antítesis lujosa del barrio popular que una vez fue. El árbol estaba situado en una parcela de la EMVS y los vecinos han defendido durante años que su pervivencia era posible, integrada en la nueva promoción como ancla con la memoria arrasada del viejo paseo.

Foto de un vecino después de la tala publicada por @sarimacos en Twitter

El árbol se había convertido en un elemento propio del paisaje urbano y sentimental de Tetuán. Aparece, incluso, en el libro De fuego cercada. Geografía secreta de Madrid (2024), en el que el escritor Servando Rocha describe su propio intento por salir andando de Madrid. Pero el pasado 19 de agosto la morera fue talada.

Los últimos años de la morera lo han sido de supervivencia y hermanamiento vecinal. En 2022, durante las obras de urbanización de las calles Alberdi y Cosmos, dos vecinas tuvieron que plantarse frente a las máquinas para salvaguardar la integridad del árbol, al que se estaba maltratando. Ya por entonces era una superviviente. En 2016 sobrevivió milagrosamente a los derribos y obras de la llamada Cornisa de Tetuán, quedando como un habitante solitario en el erial.

Emergió entonces como símbolo de la memoria de una barriada arrasada para ser reedificada –un recuerdo de los expropiados, también– y fue cuidada por algunas vecinas. Muchos fueron quienes cada invierno quisieron darla por muerta para quitársela de encima, pero todas las primaveras, obstinada, volvía a poblar su tronco retorcido de hojas nuevas.

En marzo de 2022 se aprobó en la junta de distrito una proposición del PSOE y Más Madrid, con la abstención del PP y Ciudadanos, para buscar la integración del árbol en la promoción de viviendas de la EMVS. Blanca Pinedo Texidor, que era entonces la concejal-presidente de Tetuán, se comprometió a buscar soluciones y a mediar con Medioambiente y la EMVS para conseguir la supervivencia de la morera.

Los partidos proponentes hacían de voz de la Casa Vecinal de Tetuán, asociación que había capitaneado la lucha por la conservación del simbólico árbol (como se puede ver en esta carta abierta al alcalde de Madrid enviada unos meses antes).

El aire institucional alcanzó para una bocanada de optimismo. El asunto quedó olvidado –no para los vecinos en lucha– hasta un par de años después. En marzo de 2024 el grupo municipal Más Madrid pidió en el pleno de la calle de Bravo Murillo la protección el árbol y de nuevo la proposición prosperó. A pesar de ello, se hicieron públicas por parte de la Junta noticias poco alagüeñas para la pervivencia de la morera. Según decían, la Empresa Municipal de la Vivienda no encontraba encaje arquitectónico a la morera y en opinión de Medioambiente el viejo árbol no sobreviviría a un trasplante.

Desde la EMVS confirman que se solicitó a la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes la autorización del trasplante pero el informe preceptivo, llevado a cabo por un Ingeniero Técnico Agrícola y un Ingeniero Técnico Forestal, lo consideró inviable “por su estado fitosanitario, tamaño y envergadura”, así como por considerar “nulo” su valor ornamental.

La última prórroga para la morera provino de un error. El cartel de obra que anunciaba la promoción de viviendas de protección pública en arrendamiento pertenecía, realmente, a la parcela contigua, donde también se construyen viviendas de esta naturaleza. Un error de rotulación en el expediente que, al paso de los meses, ha quedado en anécdota.

Lo vecinos de más tiempo del Paseo de la Dirección tienen claro que agosto es tiempo de derribos silenciosos. Marisa, una de las vecinas expropiadas que cuidaron el árbol y se pusieron delante de las máquinas en 2022 nos lo cuenta así: “Recuerdo que las cartas que llegaban en la época de la expropiación solía ser en agosto o navidad y con poco plazo para las alegaciones o recursos”.

La morera, además de un árbol centenario, era, como suele decir el historiador del barrio Antonio Ortiz, vestigio de aquellas que daban sombra en los patios interiores de las casas bajas que durante décadas conformaron el tejido urbano de Tetuán. En el caso del Paseo de la Dirección y su ámbito de influencia, cobró especial simbolismo durante el proceso de cambio radical del barrio.

El Auyuntamiento de Madrid de Alberto Ruiz Gallardón privatizó la reforma del área en 2007. La fórmula era la siguiente: Dragados (constructora de ACS) se haría cargo de la urbanización, el desdoble de la vía –casi dos kilómetros y cuatro carriles– , y de las expropiaciones y realojos de los vecinos afectados. La empresa cobraría sus emolumentos en suelo,

Sin embargo, la crisis de 2008-2009 rebajó los precios del suelo y, de repente, los castillos en el aire se derrumbaron ¿El resultado? El barrio quedó levantado y los realojos sin concluir durante años. Para más inri, lo que se pagó a los vecinos realojados a menudo no llegaba para pagar las casas de realojo. En 2016 Dragados salió de la ecuación cobrando a través de una serie de parcelas que pronto aumentaron exponencialmente su valor de mercado. Entre ellas, las dos que, tras su venta, vieron crecer las torres Skyline frente a la morera. Los dos edificios de lujo llegaron antes que los servicios prometidos y la urbanización de muchas de las calles, que siguen llegando poco a poco.

El barrio de la cornisa es ya otro, en el que, poco a poco, desaparecen los colores terrosos de los desmontes que han evidenciado el desastre urbanístico acaecido durante años en el lugar. Este verano, con agosticidad, ha desaparecido la vigía de la calle Alberdi, expresiva guardiana silente de todo lo que allí sucedió. Pero la morera de Tetuán, al menos, dejará hijos en el Madrid del futuro, según explican desde la Empresa Municipal de la Vivienda. Su tala se ha compensado con 70 ejemplares de morera, que se han depositado en el Depósito Municipal. Además, Junta Municipal de Tetuán ha solicitado conservar esquejes del árbol. “Se han trasladado dos moreras de un metro de altura y, en cada una de ellas, se han injertado cinco ramas de la morera original que, posteriormente, se han llevado al vivero municipal de Casa de Campo donde permanecerán hasta que se decida su destino final”. ¿Dónde nacerán los hijos del viejo Paseo de la Dirección?

Noticia actualizada el 28/08/2025

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