Stellantis produjo más de 100.000 vehículos eléctricos en España durante 2022
Las plantas españolas del grupo Stellantis fabricaron en 2022 un total de 851.661 vehículos de 16 modelos y cinco marcas distintos, cifras que sitúan al consorcio como el primer fabricante de automóviles de nuestro país, con un 38,4% del total de los coches producidos en España, según los datos recién publicados por la patronal Anfac. El fabricante superó también la barrera de los 100.000 turismos y vehículos comerciales totalmente eléctricos fabricados en nuestro territorio: concretamente, 112.768 unidades.
El liderazgo industrial se une al comercial, con 213.790 matriculaciones y un 22,9% de cuota del mercado total de turismos y vehículos comerciales, gracias a sus nueve marcas presentes en nuestro mercado: Abarth, Alfa Romeo, Citroën, DS Automobiles, Fiat, Jeep, Maserati, Opel y Peugeot.
Stellantis es el único fabricante que produce turismos 100% eléctricos en sus tres plantas españolas: los ë-C4 y ë-C4 X en Villaverde (Madrid), el Opel Corsa-e en la planta de Zaragoza y el Peugeot e-2008 y los comerciales y polivalentes que salen de la de Vigo: Citroën ë-Berlingo/ë-Berlingo Van, Fiat e-Doblò/Doblò Van eléctrico, Opel Combo-e Life/Combo-e Cargo y Peugeot e-Partner/e-Rifter. En total, 12 modelos cero emisiones.
En un año marcado por el lanzamiento del Doblò y su versión eléctrica, el centro de Vigo conquista el liderazgo entre las fábricas de automóviles españolas con 404.585 automóviles producidos, de los que un 14,2% incorpora cadena de tracción eléctrica. Buena parte de este resultado se debe a la alta demanda del Peugeot 2008 en los principales mercados europeos.
Precisamente, el SUV compacto de la marca del león es el modelo más producido por Stellantis en la fábrica gallega. El 17,3% de su volumen corresponde a la versión eléctrica e-2008, que se erige así en el vehículo cero emisiones más fabricado en España.
La planta de Zaragoza, con 365.263 vehículos fabricados en 2022, produce, en exclusiva mundial, el Opel Corsa y el eléctrico Corsa-e, que representa un 15,5% de los todos los Corsa producidos el año pasado. Además, es clave en la estrategia SUV de Stellantis con modelos como el Citroën C3 Aircross y el Opel Crossland. Este año, la factoría aragonesa ha celebrado su 40 aniversario y anunciado la próxima llegada de un nuevo modelo que dispondrá de versiones electrificadas.
Por su parte, Stellantis Madrid destaca por el éxito de las versiones eléctricas de los Citroën C4 y C4 X, que produce en exclusiva para todo el mundo. Las 23.677 unidades de los ë-C4 y ë-C4 X representan el 29% de la producción total de estos dos modelos en la fábrica madrileña, que suma 81.813 vehículos en 2022.
Una producción ligeramente al alza
A nivel general, los datos de Anfac indican que la producción de vehículos se recuperó en 2022 y registró un crecimiento del 5,8% en comparación con el año anterior. En concreto, se han producido en España 2.219.462 unidades que respondieron a una mejora de los flujos de las materias primas y a un aumento de la disponibilidad de microchips en los últimos meses de 2022.
A pesar de la mejora del último tramo del año, el sector continúa “reticente” -señala la patronal de fabricantes- ante los problemas de aprovisionamiento intermitentes en las fábricas, que han mantenido en vilo a la industria durante el último año. Asimismo, las marcas alertan del nuevo cuello de botella producido por los problemas de distribución de vehículos, tanto por mar como por carretera, que limitarán su capacidad exportadora durante este 2023.
En 2022, la producción de vehículos de cero y bajas emisiones (eléctricos, híbridos enchufables, híbridos convencionales, de gas natural y de GLP) ha alcanzado un registro considerable, con un incremento del 31,9% respecto al mismo periodo del 2021 y un total de 319.605 unidades.
Durante el año se enviaron fuera de nuestras fronteras un total de 1.881.164 vehículos, un 3,3% más que en 2021. Pese a los datos positivos de fin de año, el ritmo de producción y la capacidad de exportación de las factorías se han visto afectados por la crisis de componentes y la incertidumbre económica consecuencia de la guerra de Ucrania. En este contexto, los mercados de fuera del continente han experimentado un crecimiento superior al de los europeos, que no consiguen recuperar los niveles previos a la pandemia.