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“Vivimos tiempos de confusión general, tenemos que cambiar nuestra forma de pensar”

Luis Eduardo Aute visita Murcia el próximo 24 de enero con su Gira Luna

Rafa López

Murcia —

Luis Eduardo Aute (Manila, 1943) visita el próximo 24 de enero el Teatro Romea de Murcia con su Gira Luna, donde repasa sus mejores canciones y las acompaña con Vincent y el Giraluna, un cortometraje animado creado por él mismo. Desde que comenzara en la música hace 50 años, Aute ha sido uno de los compositores de la banda sonora de la historia reciente de España. Ha sido baluarte de la canción de autor y protesta en nuestro país, y nadie como él sabe o puede aconsejar a los autores más jóvenes a combatir estos tiempos, como bien define “intempestivos”.

'La Gira Luna', entre otras cosas, es principalmente un repaso a sus grandes clásicos, ya que cumple 50 años en el panorama musical, ¿qué se va a encontrar el público en sus siguientes actuaciones?

Será una selección de las canciones más significativas de mi trayectoria, que cumple 50 años desde que grabara mi primer disco en 1966. Antes del concierto se proyectará un cortometraje llamado 'Vincent y el Giraluna' que he creado yo mismo. El título viene por un disco homenaje que me hicieron unos benjamines de la canción popular llamado 'Los Giralunas'.

El concierto es largo, hay muchas canciones y con la proyección que ya he comentado pues seguro que va a quedar un espectáculo

A lo largo de estos 50 años se ha dedicado a la música, pero su gran pasión ha sido la pintura y la ilustración. Ahora ha podido con este espectáculo fusionar las dos artes, pero ¿cómo ha compaginado a lo largo de su carrera estas dos actividades?

Bueno en primer lugar diría que cantar es una afición, y que pintar es mi vocación. Desde muy joven he hecho exposiciones y lo de escribir canciones empezó mucho más tarde. Digamos que las canciones fue algo de lo que surgió la oportunidad después, pero que desde pequeño siempre me gustó mucho la pintura.

Aute empezó escribiendo para otros intérpretes, de hecho 'Aleluya nº 1' y 'Rosas en el mar', los primeros temas que le publicaron los cantó Massiel. Posteriormente llegó el momento en el que la discográfica le pide que interprete las canciones que escribía, ¿por qué decidió dar el salto?

Yo no lo decidí, me estuvieron acosando durante bastante tiempo. Yo por entonces estaba encerrado en el estudio de pintura, preparando exposiciones. Esas primeras canciones que escribí, básicamente por curiosidad se convirtieron en un éxito y las discográficas querían que empezara yo a grabar. Me resistí a hacerlo pero llegó un punto en el que no estaba tranquilo y saqué la bandera blanca. Pensé 'bueno, será un disco y ya está, se lo enseñaré a mis nietos', pero luego al terminar volví a grabar otro disco y como no acababa de sentirme cantautor y no quería dejar la pintura, decidí retirarme durante 5 años.

Ese periodo de retirada, ¿cómo se originó? Había gozado de bastante éxito con esos dos primeros discos 'Diálogos de Rodrigo y Ximena' y '24 canciones breves'

El éxito me abrumó y me nubló la vista. Además seguía convencido de que era pintor, y la música era únicamente algo que me gustaba y que estaba ahí, pero que no tenía pensado dedicarme a ello. Decidí tomarme ese tiempo sabático para pensar y reflexionar, y al final tras el parón decidí ir tirando con las dos actividades al mismo tiempo. Grabando discos y ofreciendo exposiciones de mi pintura.

Esos temas que recupera para la gira, ¿cómo han evolucionado a lo largo del tiempo?

Yo nunca doy por terminada ni una canción ni una pintura. Las canciones de próximo concierto, así como otras, han sufrido bastantes cambios, tanto los propios que he querido hacer yo como los que surgen al actuar con mi actual banda.

Lo que si no ha cambiado es la forma de grabar. Me grabo con un casete de estos antiguos y me regrabo hasta que estoy más o menos convencido de lo que he compuesto. En eso sí que no ha cambiado la cosa, así como apunto cualquier idea que me viene a la cabeza y que puedo incluir en una canción o poema.

Se compara mucho a nivel político y social el momento que vivimos ahora con el de la transición del 78. Curiosamente, los años setenta fueron muy importantes para la canción de autor en España, ¿cree que ha ocurrido lo mismo en estos tiempos y qué diferencias cree que existen dos momentos importantes de la historia de España?

Aquello era una dictadura. Manifestar tus ideas era realmente peligroso y no había libertad de expresión. Ahora con las libertades democráticas eso no existe, pero sí hay otro tipo de dictadura, más sutil. Es la dictadura del negocio y de la economía, que tiene como consecuencia otro tipo de censura, que es básicamente que si tú como creador haces algo que se supone que no va a tener audiencia o interés, pues no te permiten grabarlo.

Hay muchos autores más experimentales, arriesgados que tienen muchas dificultades para sacar adelante sus proyectos. Afortunadamente existe Internet y ahí pueden subir todo aquello que realicen para que el público lo disfrute.

Los motivos de la canción por la libertad en la época del auge de Luis Eduardo Aute eran obvios, había una dictadura, pero ¿cómo animaría a los artistas del siglo XXI a no perder esa capacidad de subversión o de lucha?

Son tiempos de decadencia y de cambio en la manera de entender el mundo, la sociedad y la política. Hay grandes desigualdades, crisis de refugiados que huyen de la guerra, problemas medioambientales, prácticamente un ambiente de confusión generalizada. Esto creo que se está viendo reflejado en la obra de muchos artistas: en cine, música, etc.

Yo por ejemplo siempre he entendido que los nuevos cantautores son los raperos, que hacen unas canciones muy duras, agresivas, con unas letras directas y ácidas. Esa necesidad de protestar, por ejemplo el 15-M con los indignados, creo que encuentran un vehículo de expresión en la música rap. También dentro del periodismo o la literatura creo que hay ambientes de protesta y subversión.

¿Cree que han ido igualmente de la mano que contra el franquismo esos movimientos culturales de protesta?

Es difícil hacerlo. Antes el enemigo era muy claro, el franquismo. Las posiciones estaban muy claras, todos contra la dictadura. Ahora todo es mucho más ambiguo, no sabes bien quién es el enemigo, son tiempos más cínicos, camaleónicos. Es muy difícil detectar dónde poner el foco.

Aute ha aparecido colaborando junto a muchos raperos de España, como el caso del sevillano Haze o El Chojín, famoso también por ser muy crítico con el ambiente político y social, ¿cree que autores como usted han influido en estos músicos?

No, creo que no. Si algo puede asemejarse entre lo que hago yo y lo que hacen los autores de hip-hop es el cuidado de los textos. El rap es un género, que en términos generales, posee canciones con unas letras muy bien elaboradas y cuidadas.

Hablando de música como altavoz de justicia y derechos sociales, ¿cómo cree que puede competir ese tipo de autores con otros más comerciales y que llegan a grandes públicos con más facilidad?

Bueno ahí está internet, donde muchos autores pueden hacerse un pequeño hueco independientemente de lo que escriban. Lo demás pertenece al mundo de los negocios y no lo llamaría música. La mayoría de música que se escucha en radiofórmula o en los shows de televisión no la considero como tal. Son “músicas”, pero pertenecen como tal al business.

Las expresiones más auténticas, más coherentes, están en otro ámbito, en la creación, y por supuesto con muchos más problemas para alcanzar al gran público. Son más minoritarias, pero están ahí para quien le interese y no creo que dejen de hacerse.

¿Cómo puede lidiar el autor con esa disyuntiva? Por un lado tiene que crear, pero por otro también hay que vivir

Bueno ahí está la gracia. Yo puedo hacer una canción para mí y que resulte que por casualidad guste a un gran público y se convierta en un éxito. Pero por otro lado está la posibilidad de aquél que crea para el mercado y no para sí mismo. Eso es lo que me refiero con que hablamos de algo que no es música. Cuidado, y podemos hablar de buenas creaciones, pero tienen algo diferente, con otros objetivos.

Hay que tener en cuenta que al poder económico, a esas empresas necesitan de esas canciones o películas más frívolas para tener distraído al público. Por eso creo que ahora están de moda las películas de zombis, para acostumbrarnos a ser como ellos porque si no podemos ser peligrosos.

Hablando del negocio de la música, usted es amigo de Teddy Bautista, con el que colaboró en dos discos allá por principios de los años 80, ¿cuál es su opinión sobre el presunto escándalo de la SGAE y cómo cree que deberán resolverse esos juicios?

Al final creo que es la mitad de la mitad de lo que se decía. Tengo gran amistad con Teddy y estoy absolutamente convencido de que no ha metido la mano en la caja, porque no le hacía ninguna falta. Ya se verá el juicio.

¿Han tratado imparcialmente los medios de comunicación este caso?

Bueno, a veces los medios se precipitan, y quieren tener la noticia antes de que se produzca el hecho. A veces caen en prejuicios muy anticipados y luego con el tiempo se demuestra que no es tal como lo reflejaron.

Para concluir, ¿cómo definiría el tiempo que vivimos actualmente y que canción o canciones de Aute lo reflejarían mejor?

Bueno estoy convencido de que llegamos al fin de una época. La siguiente etapa está por escribir, no sé si será la era digital o digicual, pero por pura lógica tiene que arrancar otra manera de entender la sociedad, la cultura, la política y en definitivamente la forma de vivir. Hay que darse cuenta de que cada vez somos más y los recursos para la supervivencia escasean y se reparten peor.

Para ello, creo que cualesquiera de las canciones del último disco 'El niño que miraba el mar' y ahí hay unas cuantas para reflexionar en estos tiempos intempestivos.

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