El Gobierno regional improvisa y penaliza a la ciudadanía desmantelando los puntos de vacunación de los municipios, que funcionan bien, para centralizarla en otros puntos más alejados.
La mayoría de municipios ha habilitado espacios para vacunación masiva, con el consiguiente gasto para cada ayuntamiento. Algunos de ellos no se han utilizado, porque la autoridad sanitaria decidió derivar a otros municipios.
En los ayuntamientos que se está vacunando la experiencia ha sido positiva. Sin grandes colas, sin esperas, sin fallos en las citas. Y cuando alguien falla, es fácil llamarle o citar a los siguientes en la lista, porque viven cerca. No sobra ni una dosis.
En unos pocos municipios la vacunación masiva se está haciendo en el propio centro de salud, en horario de tarde, como es el caso de Beniel. Participa el personal del propio centro, y el resultado es muy bueno, porque conocen a la población y sus circunstancias, y pueden dar respuesta a sus problemas.
No entendemos que se desmantelen estos centros para alejar las vacunas y concentrarlas en unos pocos centros de vacunación, donde se forman colas, hay fallos en las citaciones y la accesibilidad es más complicada. Más de un 30% de las personas no acude, según el propio consejero, mientras que en los centros municipales y en los centros de salud pocos fallan y siempre se les puede avisar.
Es un disparate derivar a las personas de Águilas a Lorca; las de Jumilla a Yecla; las de Blanca y Abarán a Cieza; de Alhama, Santomera y Beniel a Murcia; de Calasparra, Moratalla o Bullas a Cehegín, y ahora a Caravaca.
Los alcaldes y alcaldesas están muy molestos y sus vecinos también. No hay ninguna ventaja en mover a tantas personas de unos municipios a otros, y dejar de vacunar donde se estaba haciendo a plena satisfacción, tanto de ciudadanos como de profesionales.
El Gobierno regional está organizando el proceso de vacunación de espaldas a los ciudadanos y los profesionales de los centros de salud, que están disgustados porque se sienten ninguneados y no pueden colaborar en la mejora del proceso, ni en resolver las dudas de sus pacientes.
Hay una absoluta descoordinación con los centros de salud, que no pueden dar respuestas a la población porque no tienen información.
El balance de la gestión es muy negativo. López Miras, que alardeó de que la Región estaba preparada para vacunar y decía que lo que faltaban eran más vacunas, mentía. La Región es la última de España en ritmo de vacunación.
Este gobierno, el único de España con tránsfugas y negacionistas de las vacunas, debe rectificar.
Debe aprovechar más la colaboración de los ayuntamientos, que está siendo ejemplar, utilizar los grandes espacios que han habilitado y los centros de salud, en horario de tarde remunerado, con los refuerzos necesarios, para acercar las vacunas a la población y no generar disgusto en la ciudadanía, que ve en la vacuna la esperanza para salir de esta crisis sanitaria.
0