Declara el exgerente de la discoteca incendiada en Murcia: “El Ayuntamiento permitía que las salas estuviesen abiertas”

El supuesto propietario de la discoteca Teatre, Marco Martínez, ha negado su implicación en la organización con el local de ocio en el momento del incendio: “Hace ya cinco años que cedí esa gestión”, ha sostenido el antiguo promotor, que solo ha respondido a las preguntas de su abogado, Manuel Maza.

Manuel Maza ha reconocido que su cliente encargó la separación de la sala Teatre y Fonda Milagros. También ha admitido que su cliente era consciente que el local carecía de licencia de actividad: “Todos los inquilinos, los subarrendadores, los que estaban explotando las salas, eran conocedores perfectamente de la situación de las licencias. Si no, no lo hubiesen alquilado”. Ante esto ha subrayado que “el Ayuntamiento de Murcia permitía que esas salas estuviesen abiertas, como así lo acreditan, por ejemplo, inspecciones que se han hecho o incluso sanciones de la Policía Local”.

El letrado ha sostenido que la única vinculación entre su cliente y la sala es que él permanece “como el arrendador de la nave”: “Lo único que hace es pagar a los propietarios de la nave reformada y cobrar un alquiler temporal tanto a Daniel [Ramírez] de la sala de la Fonda Milagros como de la Sala Teatre: a Javier Belda, a Carmen Pérez Íñiguez y a Juan Inglés”, ha explicado Manuel Maza. Su cliente, ha defendido, no es el dueño de la nave, sino los hermanos Cerezo, que arrendan la nave a Martínez, que a su vez la alquila a los propietarios de la Fonda y la Sala Teatre.

Maza ha restado credibilidad las declaraciones de los empleados de las salas Teatre y Fonda que identifican a Marco Martínez como el dueño del local: “La única relación que tenía [Marco Martínez] era con los explotadores de la sala”.

El abogado ha defendido que Marco Martínez “no tiene nada que ver con la explotación. La fiesta Remember ni la ha organizado ni ha organizado absolutamente nada en ninguna de esas salas desde hace ya cinco años”. El empresario inauguró la sala Teatre el año 2008 y la gestionó hasta 2018, cuando según su letrado decidió “dejarla en manos de otra persona” con la idea de traspasar el local y así recuperar la inversión mientras lo tenía alquilado.