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Eva Blanco se reafirma al frente de EA mientras los críticos dan por “anulada” su proclamación

Eva Blanco, en el Parlamento Vasco

Iker Rioja Andueza

¿Es Eva Blanco secretaria general de Eusko Alkartasuna o no lo es? 72 horas después de que la vicepresidenta del Parlamento Vasco fuese proclamada como nueva líder del partido fundado en 1986 y desde 2011 integrado en EH Bildu y 48 horas después de su primera comparecencia pública desde su nuevo cargo, la Comisión de Garantías ha atendido el recurso del sector crítico y rechazado la anulación de la candidatura alternativa a la de Blanco, la de Maiorga Ramírez, que demanda que las fuerzas de una y otro se midan en unas primarias después de las generales. La resolución, en su punto 2.c., plantea igualmente “anular la resolución de la Comisión de Organización Electoral de 28 de octubre de 2019 nombrando a Blanco secretaria general de Eusko Alkartasuna”, pero Blanco asegura que adolece de importantes defectos de forma y de fondo.

Guía para no perderse en la crisis de Eusko Alkartasuna, un partido dividido y que discute su papel en EH Bildu

“Vamos a darnos un poco de tiempo”, ha implorado Blanco en respuesta a la pregunta que encabeza la información como primera valoración de urgencia ante la noticia llegada a horas de que arranque una campaña electoral que coge a EA partida en dos mitades. Horas más tarde, en cambio, ha enviado un comunicado como “secretaria general” y con los logotipos del partido negando “todo valor” al acuerdo de Garantías. ¿Por qué? Porque dos de sus cinco miembros son avalistas de Ramírez y no jueces imparciales -Blanco había pedido su recusación sin éxito- y porque la resolución la han adoptado únicamente esos dos y un tercero sin reunirse físicamente y orillando “el derecho a dar su opinión” a los otros dos vocales.

Para interpretar el choque de legitimidades hay que explicar el contexto que vive EA desde el congreso de 2017, en el que Ramírez aspiró a relevar a Pello Urizar y se quedó a solamente 14 compromisarios de lograrlo. Los críticos, que tienen en el fundador y lehendakari Carlos Garaikoetxea su principal apoyo, entienden que la histórica formación ha quedado “diluida” dentro de la coalición EH Bildu y, sin llegar a plantear una ruptura, piden más peso y visibilidad. 

Urizar dimitió en verano -los motivos nunca han sido explicados con detalle públicamente- y se abrió un período de interinidad hasta la celebración de primarias, fijadas para el 25 de octubre. Ramírez volvió a presentar su candidatura y la línea continuista la representó Blanco, quien defiende que EA sigue siendo fuerte dentro de EH Bildu. Ella misma ocupa el que quizás es el cargo institucional más relevante de la coalición -vicepresidenta de la Cámara vasca- y Ramírez el segundo -miembro de la Mesa en Navarra-. 

El reglamento de primarias fijó la necesidad de presentar 50 avales para ser candidato y también cinco por cada una de las cinco organizaciones territoriales en que se divide EA: Álava, Bizkaia, Gipuzkoa, Navarra e Iparralde (tres de ellas están controladas por los críticos). El problema surgió en Iparralde, con apenas una veintena de afiliados y poco margen para captar apoyos. Ramírez arrasó en avales a Blanco (presentó 400 por 60) pero 5 de los 7 de Iparralde le fueron anulados por irregularidades, como estar firmados por terceros sin poderes habilitantes. La candidatura, por lo tanto, fue anulada por un organismo llamado COE (Comité de Organización Electoral) que los críticos ven controlado por el aparato. 

A partir de ahí, Ramírez hizo una doble línea de defensa. Por un lado, recalcó la legalidad de su avales en Iparralde. Pero, por otro lado, incidió en que ese requisito de cinco avales por territorio había sido anulado por la Comisión de Garantías. Blanco replicó que estaba vigente y que la propia Asamblea Nacional lo había ratificado. 

De ahí derivan los recursos que este jueves han sido resueltos por Garantías. En su resolución, los vocales de este ente insisten en que es desproprocionado que en Iparralde el mínimo de avales equivalga al 25% del censo -“no favorece en absoluto la competición”- y en que la Asamblea Nacional -el máximo órgano de EA entre congresos- no tiene poderes para modificar la normativa interna, cuyo máximo intérprete son ellos mismos entre congresos. 

Blanco ha recibido esa resolución con sorpresa, como ha confesado ella misma en los pasillos del Parlamento a los medios de comunicación. “La Comisión de Garantías es de todo menos garantista. Ha perdido toda su credibilidad”, ha señalado. Insiste en que son “juez y parte” porque varios de sus miembros apoyan abiertamente a Ramírez y lamenta que hayan despachado la petición de recusación sin entrar al fondo de la cuestión. Para la secretaria general no tiene ninguna validez ese acuerdo.

Los críticos denuncian que un partido que defiende el derecho a decidir no quiera poner urnas para dirimir sus diferencias. Y esgrimen la gran diferencia de avales entre una y otra candidatura. Blanco alega que ella no compitió y que se limitó a recoger los necesarios y diez adicionales por si se anulaban algunos, como así fue. En Radio Euskadi ha ironizado que es como nadar cientos de metros a mariposa adicionales cuando la competición se limita a hacer unos largos a 'crol'. A juicio de Blanco, los críticos han colonizado órganos del partido para ponerlos en contra de la secretaria general y ha asegurado haber recibido a la vez la noticia de los medios de comunicación de la anulación de su designación que la resolución que lo certificaba.

Las espadas siguen en alto en EA sin que esté muy claro qué salida tiene este entuerto orgánico, jurídico y, sobre todo, personal. No convocada la reunión de la Ejecutiva del lunes por la campaña electoral, el siguiente 'round' será el miércoles próximo ante una magistrada de Vitoria, donde se dirime una segunda denuncia de los críticos, que alegan que se han conculcado “de forma grave” los “derechos políticos y asociativos” de una parte de la afiliación. La primera petición de medidas cautelares no fue admitida el 24 de septiembre, según fuentes judiciales.

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