La soledad y las malas compañías
“¿Logrará Sánchez completar la legislatura o habrá elecciones anticipadas?” Así consultaba a sus lectores el miércoles el ABC, un diario español con más de cien años de historia (fue fundado en 1903). Y daba dos opciones de respuesta. Atentos:
1) Sí, conseguirá completar la legislatura, porque su principal objetivo en política es perdurar en el poder a cualquier precio. Aunque la economía entre en coma, dará a los separatistas y a Podemos todas las concesiones que le pidan con tal de conservar una mayoría de Gobierno y seguir en el cargo. Además, cuenta con el apoyo de las televisiones y trabaja muy bien la propaganda.
2) No, será incapaz de completar la legislatura, porque el descalabro económico se llevará por delante su Gobierno y porque ya está tocado por el modo en que ha gestionado la epidemia de coronavirus. A pesar de que domina las televisiones y el CIS, los ciudadanos españoles ya están empezando a distanciarse de él y su Gobierno. La propaganda no lo salvará.
El viernes, confirmados los datos de la profunda recesión que el coronavirus y sus consecuencias han causado en el mundo entero, ABC remataba en portada con la peor foto que encontraron de la ministra de economía Nadia Calviño y centrando en España lo que es un caída global de la economía. Sus colegas hacían lo propio, uno de ellos mentando incluso un “rescate”.
Esther Palomera en eldiario.es hablaba de la soledad de Sánchez, bunkerizado en La Moncloa. Su plan unilateral de desescalada “provoca un alud de críticas entre oponentes y aliados”, dice. Iñaki Gabilondo en La SER criticaba la víspera que no estábamos sabiendo aprovechar “la extraordinaria estructura de nuestro Estado de las autonomías” y entre las causas estaba “la torpeza de Pedro Sánchez”. A la misma hora exacta de la mañana temprana, Carlos Alsina en Onda Cero utilizaba el comodín Gabriel Rufián para destacar que “hasta Rufián” le fallaba a Sánchez. En la COPE un tertuliano de Herrera, de voz cervecera, ampliaba el espectro para llamar ignorante a Pablo Iglesias entre risotadas, pasando por encima del brillante currículo académico del vicepresidente. Entender España hoy pasa por los resúmenes de prensa. Quizás, por los de “ayer” también.
Y aún faltan un par de apuntes más. Los nacionalistas vascos y catalanes se alejan del Gobierno y amenazan con dejar el decreto de alarma en manos del PP. Es cierto, lo dicen.
“Lo más inteligente es posicionarse en contra del estado de alarma y forzarlo al pacto con el PP o que, simplemente, la prórroga sea rechazada por el Congreso”, escribía el director de ElNacional.cat, José Antich. Según el periodista, anterior director de La Vanguardia, Pedro Sánchez está llevando a cabo “una recentralización en toda regla y un desmantelamiento del Estado de las autonomías”. Cree Antich que “el independentismo y el nacionalismo vasco y catalán, que tuvo en tres de sus formaciones -ERC, PNV y Bildu- un papel activo en la investidura de Pedro Sánchez, está obligado a dar un puñetazo encima de la mesa ya que están en juego cosas más importantes que el futuro político del presidente”.
A la vista de la oportunidad, Casado sondea a la élite económica a ver qué le conviene más, por si el PP decide tumbar el estado de alarma, según Lainformación.com. Hecho que marcaría una excepción en el mundo entero. El único precedente parecido es el ultraderechista húngaro Orban quien, en el poder, decidió cargarse a la oposición y a la democracia, dado que ha dejado el Estado de Alarma sin límite de tiempo.
Cosas más importantes. Los datos del coronavirus siguen siendo devastadores. Mucho más de tres millones de casos confirmados en el mundo. 233.000 muertos. De ellos, más de 24.500 en España. Este viernes han fallecido 281 personas. Y hoy, con seguridad, sucumbirán más y seguirán siendo ingresados muchos en los hospitales, pese a estar mejorando la situación. La curva afloja, pero el coronavirus sigue aquí. Y para quedarse por mucho tiempo. Cosas importantes.
La recesión económica también es un hecho. Nadia Calviño prevé una caída del PIB del 9,2%, y un ascenso del paro hasta el 19%, aunque con una salida en V asimétrica, una recuperación de los niveles. Pero hay quienes, en su análisis, olvidan un dato de radical importancia: se ha paralizado la actividad económica, productiva, de consumo, todo lo que era consustancial al modelo. Un parón así de la economía mundial es la primera vez que ocurre. De ahí que falten noticias esenciales para tener una idea más ajustada de la realidad. El PIB de la Eurozona ha registrado la mayor caída desde que se tienen registros: España, Italia y Francia con cifras más profundas Alemania anota aumentos del desempleo insólitos: un 13,2% en abril, según la agencia France Press. Más de 30 millones de personas han perdido su trabajo en Estados Unidos. Y esto es el principio. Según la OIT, Organización Internacional del Trabajo, más de la mitad de trabajadores del mundo podrían perder sus medios de subsistencia.
Y las víctimas no están solo en lejanas montañas, no. Hay gente pasando hambre en España, en Madrid probadamente con el aumento de la demanda en comedores sociales que han de ser atendidos con donaciones y voluntarios. Hay incertidumbre y miedo en quienes ahora mismo han visto mermados sus ingresos o no ven entrar dinero alguno en casa, a pesar del esfuerzo del gobierno por paliar las necesidades de los más vulnerables. Es lo que principalmente incomoda a la derecha: actúan pisando la mano de Sánchez y su equipo hasta cuando activan las ayudas.
Aludir a un rescate sin explicar más ronda lo perverso. La Unión Europea no ha estado a la altura del grave momento que vivimos. No se comporta como un club de países, sino como lo que siempre pareció: un club de empresas. Los ricos del norte –en cabeza el paraíso fiscal holandés– se niegan a los eurobonos más equitativos y pretenden seguir con la política de la tijera que dio un golpe fatal a la UE. Tal es así, que el BCE –que no actúa como banco público de la Unión, sino de los bancos privados y que no responde ante nadie- sigue su tónica. Favorecer a las entidades financieras para que sigan dando crédito a familias y empresas, dicen muy ufanos.
Seguramente sufren más recesión los países con peor soporte económico. Recordemos que España lo fió todo al turismo y al ladrillo, las joyas de las políticas sin visión de futuro ni proyecto de país, pero sí del lucro en la cartera de unos pocos. Les aseguro que los fabricantes de mascarillas, guantes, respiradores no dan abasto a producir. Quién iba a pensar que serían más necesarios que las transacciones financieras especulativas que dieron la vuelta al mercado mundial ¿verdad? España tiene el problema de depender del exterior hasta para componentes de los productos que podrían ser hoy más útiles. Una de cada cinco empresas tuvo que reducir su actividad por falta de suministros del extranjero, como contaba este excelente artículo de Bernardo Bayona. Mucho han de cambiar las cosas si queremos salir adelante y han de hacerlo imprescindiblemente ante el fracaso del más de lo mismo, o algo peor. Otra economía, otra forma de vivir. Si lo permiten, que claramente hay voluntades que no están por esa labor.
Vienen días duros que necesitan una ciudadanía templada, adulta, que piense por sí misma. Y razone por encima de lo que siente, que analice hasta sus emociones. No son lo mismo los haters descerebrados que quienes persiguen sus propios intereses a menudo torpemente disfrazados.
La soledad de Sánchez, dicen, de su gobierno, ante una pandemia con demoledoras consecuencias económicas mundiales, que no ha provocado. Errores que se magnifican. Y la evidencia de que tener el egoísmo como motor no funciona socialmente. Para compañía solidaria la de la prensa española en los atentados del 11M, llegado a retocar portadas al gusto de los intereses de Aznar. Tuvimos que informarnos en los medios extranjeros.
A cuenta de miles y miles de vidas que se han quedado por el camino, hemos ido aprendiendo a pensar como adultos, algunos al menos. Un tanto desarbolados desde que, por salud, nos prohibieron abrazarnos. Una suerte de primavera tardía empieza para nosotros este 2 de mayo. Permitirá salir a respirar en las ciudades ese aire limpio que huele a pueblo y llenarnos los pulmones y empezar a sanar de lo que no es coronavirus. No vuelvan a enturbiarlo. Nos queda mucho trecho por andar y se precisan fuerza y lucidez.
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