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La participación de Juan Marín en el congreso del PP andaluz reabre el debate sobre la fusión con Ciudadanos

Casado y Arrimadas, en una imagen de archivo

Carmen Moraga

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La presencia, y activa participación, del coordinador autonómico de Ciudadanos y vicepresidente de la Junta, Juan Marín, en el congreso del PP andaluz celebrado este fin de semana ha agitado las aguas internas de la formación que lidera Inés Arrimadas, ya de por sí bastante revueltas. La imagen de Marín y el presidente del Ejecutivo autonómico, Juan Manuel Moreno, abrazándose, tras la filtración de un audio protagonizado por Marín que desbarata la estrategia de Moreno para aprobar los Presupuestos de 2022, ha reabierto un debate que la dirección de Ciudadanos intenta taponar desde hace meses para que no estalle: la posibilidad de que ambos partidos se fusionen.

La teoría de la líder del partido que ahora se hace llamar “liberal” es que el centro político que dice representar es ahora “más necesario que nunca” y que las dos formaciones deben de colaborar para “echar al Gobierno de Sánchez”, pero “cada uno desde su espacio”. Si llega el caso, defienden, podrían gobernar en coalición, como hacen ahora en la propia Andalucía o en Castilla y León.

Las encuestas son tozudas y no vaticinan nada bueno para el futuro de Ciudadanos, sino todo lo contrario. No solo en Andalucía sino en toda España. Precisamente ese temor a desaparecer del mapa está provocando que cada vez sean más los cargos públicos de Ciudadanos que se estén planteando esa solución. “No vamos a engañarnos, el partido está en caída libre y tarde o temprano habrá que abrir ese debate”, afirma una diputada autonómica que prefiere guardar el anonimato.

La idea no es nueva. Incluso estuvo a punto de cuajar tras la dimisión de Albert Rivera, cuando Pablo Casado y Arrimadas se plantearon un acuerdo para ir en listas conjuntas en Galicia y el País Vasco, y también en Catalunya, al estilo de la coalición “Navarra Suma” que ambos cerraron con UPN. Al final solo fue posible hacerlo en Euskadi. En Galicia el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se cerró en banda. Tampoco pudo ser en Catalunya, donde los de Casado atrajeron hacia sus filas a Lorena Roldán después de que Arrimadas la apartara del número uno de la candidatura en favor de Carlos Carrizosa.

En el País Vasco el experimento ha saltado por los aires después de que uno de los dos diputados de Ciudadanos se haya fugado el PP, uniéndose a una lista interminable de cargos públicos y orgánicos que se están bajando del barco antes de que naufrague. El último se ha anunciado este mismo lunes en la Diputación de Málaga, pero la semana pasado dimitió en bloque la cúpula de La Rioja.

Todo este debate, en opinión de uno de los miembros del partido consultados, podría frenarse si Casado y Arrimadas se sentaran a hablar “tranquilamente” para ver cómo podrían afrontar el futuro de cara a las próximas citas electorales.

Un almuerzo entre Casado y Arrimadas con dos versiones contrapuestas

Los dos dirigentes lo intentaron el pasado mes de abril durante un discreto almuerzo que compartieron en Madrid y del que Arrimadas no ha querido contar nada de su contenido. Sí lo hizo Casado, quien desveló que “le había ofrecido todo”. “Todo es todo”, remarcó, incluso una “convergencia” y convertir a Arrimadas en la portavoz en el Congreso de esa fusión, según explicó Casado en una entrevista en Antena 3, en la que añadió que había sido “muy generoso” con Ciudadanos.

Arrimadas no tardó en desmentirle: “Nosotros nunca hemos hablado de cargos y yo no me vendo por un cargo. No entiendo por qué está diciendo esto el señor Casado”, sostuvo en RNE, para calificar después estas revelaciones como “palabrerías”.

Las relaciones entre ambos líderes se enfriaron y ahora hay pocos puentes tendidos a pesar de que sus respectivos partidos siguen gobernando también en Castilla y León, aunque con grandes dificultades.

Mientras, la alargada mano de Fran Hervías ha continuado haciendo de las suyas, removiendo las revueltas aguas de su antiguo partido, fagocitando a varios de sus dirigentes. Al ex secretario de Organización se le atribuyen los intentos de dinamitar Ciudadanos en Asturias, y a gente de su cuerda la filtración de la grabación de Marín, aunque él lo ha negado personalmente. El propio vicepresidente de la Junta señaló a su excompañero antes de un congreso en el que se ha vuelto a alimentar esa posible convergencia para Andalucía, después de que el líder del PP, Juan Manuel Moreno, le recibiera con un gran abrazo en Granada y rescatara, en declaraciones al diario Ideal de Granada, la idea de una candidatura conjunta PP-Ciudadanos, e integrar al propio Marín en sus filas. “Es ciencia ficción, pero todo puede ser”, dejó caer, en una frase que luego sus colaboradores rebajaron.

“Una base para el cambio que tiene que continuar”

El portavoz del Ejecutivo andaluz, Elías Bendodo, aprovechó su coloquio con Marín para lanzar también nuevos cantos de sirena al partido de Arrimadas: “Hemos consolidado una base del cambio que tiene que continuar”. No obstante, luego ambos negaron la mayor. “Cada uno en su casa y Dios en la de todos”, dijo Bendodo. Al menos por ahora.

En el partido creen que a Marín no le amarga ese dulce, aunque de puertas afuera lo niegue, “como lo niega todo”, apostilla un compañero de filas. De hecho, en una ocasión deslizó que no le parecería mala idea, siendo desautorizado de inmediato por Arrimadas.

La dirigente de Ciudadanos sigue empeñada en cerrar esa puerta, convencida de que puede salvar al partido y ser “útil” como “alternativa al bipartidismo”. Así lo dejó dicho este verano en la Convención Política que celebraron en Madrid: “No habrá fusión con el PP”, zanjó, molesta porque ese debate se colara en un cónclave que sirvió para proclamarse “liberales” y que buscaba insuflar ánimos a sus alicaídos militantes .

Pese a sus quejas por los duros ataques que les dispensan desde el PP, la líder de Ciudadanos sigue con la mano tendida a Casado para trabajar “unidos” con el fin de “combatir al gobierno frankenstein de Sánchez y a sus aliados nacionalistas y separatistas”, y para que así en el futuro no tenga que apoyarse en la extrema derecha. Y así se lo hacía llegar este lunes tras asistir a la entrega del premio al “autónomo del año”.

A su juicio, ese Gobierno frankenstein es “demasiado peligroso como para pensar que uno lo puede desmontar solo”. “Si en Génova están pendientes de atacar a Ciudadanos y a sus amigos, y en romper los acuerdos en Euskadi, pues así va a ser muy complicado”, ha advertido. Por eso ha insistido en pedirle al PP “que piense más en construir, no en destruir y piense más en tener aliados y no enemigos, tanto dentro de su partido como fuera”. De ahí que algunos crean que esa “reagrupación” del centro derecha no pueda descartarse del todo y que sea solo cuestión de tiempo.

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