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La controversia por anunciar casas de juego online salpica a youtubers adolescentes

Vídeo del youtuber Jake Paul anunciando la casa de apuestas.

Carlos del Castillo

Dos adolescentes estadounidenses, con sendos canales en YouTube que suman más de 27 millones de seguidores, han recibido críticas por promocionar una casa de juego online en sus vídeos. Aunque esta práctica no es nueva, su llegada a canales mayoritarios y con contenido orientado a menores ha avivado el conflicto por el aumento de la publicidad de los sitios apuestas online.

La casa de juego que ha provocado la polémica, MysteryBrand, se centra en las denominadas loot boxes, o cajas botín. El usuario paga una cantidad de dinero por abrir un cofre, que puede contener o no un premio. El precio por abrir las cajas varía en función de las recompensas que contienen: hacer una sola apuesta puede costar desde tres dólares hasta 300, aunque puede irse por encima de los 1.000 dólares para premios especiales. La página no especifica qué porcentaje de los cofres tiene premio ni si varía en función del dinero invertido.

 

La edad mínima que establece para apostar son 13 años, aunque no exige ningún documento que lo acredite para registrarse. Además, especifica en sus términos de uso que “ningún empleado de la página” tiene permitido “invalidar las operaciones realizadas por una persona que no ha alcanzado la mayoría de edad”. Al estilo de muchos videojuegos, que incluyen rankings de los puntos que han conseguido sus jugadores, MysteryBrand incluye un “top de victorias” que escala a los apostantes en función de los premios que han obtenido. No obstante, no hay forma de establecer un contacto con ellos dentro de la página y su única información pública es un correo electrónico.

Los supuestos premios de MysteryBrand, que también está disponible en castellano, comienzan en una caja de pegatinas de unicornios o juguetes, pasando por zapatillas deportivas, smartphones hasta, aseguran, una casa. Si la caja incluye un artículo en el que el apostante no está interesado, puede reembolsarlo y obtener crédito instantáneo para seguir abriendo botines. Eso sí, perdiendo el 20% del valor del ítem por el camino: como en las casinos físicos, la casa siempre gana.

 

Los youtubers que han promocionado la página son Jake Paul, cuyo canal tiene 17,6 millones de suscriptores, y Bryan Le (conocido por su nick, RiceGum), que cuenta con 10,8 millones. Ambos son profesionales de la plataforma de vídeo y crean varios tipos de contenido enfocado al público adolescente y de gran éxito en YouTube, como bromas y sketches cómicos, gaming (suben sus partidas de videojuegos), críticas de otras celebridades de las redes sociales y videoclips musicales. Sus vídeos con más reproducciones sobrepasan los 225 millones en el caso de Paul, y los 160 millones en el de Le.

Tanto Paul (21 años) como Le (22) subieron sus vídeos promocionando MisteryBrand el 31 de diciembre y el 1 de enero. Las críticas llegaron dos días después, cuando otras estrellas de la plataforma recriminaron su acción debido al peligro que supone para el público joven de sus canales. Una de ellas fue Felix Arvid (PewDiePie), actualmente el youtuber con más suscriptores con casi 80 millones. Denominó a la casa de apuestas y la publicidad que Paul y Le hicieron de ella como “estafa”. Otros youtubers revelaron que MisteryBrand les había ofrecido 100.000 dólares por hacer propaganda de su web.

Tras las críticas, Le ha subido un vídeo pidiendo perdón a sus seguidores y ofreciendo códigos de descuento en Amazon a modo de disculpa. También ha colocado subtítulos en el vídeo donde hace publicidad de la casa de juego que advierten, en mayúsculas, “esto es una estafa, no piques”, aunque no lo ha eliminado. Paul, por su parte, no ha hecho ningún comentario en su canal.

Polémica por el uso de loot boxes con menores

El uso de loot boxes se ha extendido en el sector de los videojuegos en los últimos años. A diferencia de lo que ocurre con MisteryBrand, donde el único fin de la plataforma es pagar por abrir cajas, en el caso de los videojuegos el sistema es un poco más refinado y se intercala con el juego en sí. Las loot boxes toman forma de cajas, cofres o sobres, y el ofrecimiento de pagar por abrirlos llega en los descansos entre partidas o al cambiar de nivel. Como premio los jugadores reciben artículos que mejoran su rendimiento, como armas, pociones o dinero virtual para comprar esas mejoras dentro del propio juego.

Uno de los videojuegos más vendidos que recurre a las loot boxes para aumentar los beneficios del producto más allá de la venta es el popular FIFA. En este simulador de fútbol, la única forma de conseguir a los jugadores más populares es abriendo sobres. El juego proporciona algunos de ellos como premio por avanzar, pero si se quiere aspirar a tener un equipo de estrellas, la única forma de conseguirlo es pagar por abrir sobres, cuyos precios también varían en función de la exclusividad de los futbolistas que incluyen.

El sistema se completa con la publicidad que los youtubers hacen de los sobres, mostrando en sus vídeos cómo emplean miles de euros en abrirlos y conseguir a los mejores jugadores. La práctica está extendida también en España.

Varios reguladores de juego europeos se unieron en septiembre al controlador de apuestas de EEUU para denunciar la situación. Advirtieron que, de seguir así, será necesario crear una regulación específica para los videojuegos sociales tipo casino y los que incluyan loot boxes y ventas de skins (trajes, camuflajes para armas, empuñaduras y demás objetos para dar a los personajes aspecto único dentro del juego, pero sin un impacto real en el potencial de victoria).

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